Los amistosos de la selección son rentables gracias a una asociación de marketing, pero expertos argumentan que frenaron el crecimiento de México.
Este sábado, la selección nacional de México se enfrenta a su similar de Brasil en Kyle Field, el estadio de futbol americano de la universidad de Texas A&M, en un amistoso de cara a la Copa América. A lo largo de 120 años, el inmueble jamás había sido sede de un partido de futbol soccer. ¿Por qué debutarlo en esta ocasión? Su capacidad de 102,733 aficionados rompería el récord de asistencia para un partido de selecciones en Estados Unidos.
Durante décadas, México ha optado a jugar la mayoría de sus amistosos en el vecino del norte, gracias a la gran cantidad de paisanos viviendo ahí. Esto, combinado con la creciente popularidad del futbol en Estados Unidos, le ha permitido a El Tri ser amo y señor del país en lo que se refiere a popularidad y ganancia económica.
Desde el 2002, la Federación Mexicana de Futbol (FMF) es socio de Soccer United Marketing (SUM), empresa fundada por MLS, para masificar su impacto. Según expertos, la unión ha derivado en cientos de millones de dólares para ambos lados. Estos duelos, que se juegan bajo el título de MEXTOUR, han atraído a más de cinco millones de aficionados, y de paso ha infundido a MLS y al futbol en Estados Unidos con dinero para desarrollarse.
Pero el gran éxito del futbol mexicano en Estados Unidos es mayormente económico, no deportivo. El equipo masculino no ha podido vencer a Team USA desde 2019, fallando en los últimos siete partidos. En México, tanto los aficionados como los medios se han quejado de estos amistosos por ser mayormente de baja calidad, o ‘moleros’ como los bautizó Ricardo Ferretti, ex DT de la selección.
“Si somos honestos, en lo deportivo el beneficio es muy poco”, dijo Iván Pérez, director y fundador de El Míster. “Pero a nivel económico, no hay una selección que facture más dinero en Estados Unidos, ni siquiera la selección de ese país.”
En apenas dos décadas, la FMF y SUM se han unido para transformar el panorama económico tanto de la Selección Mexicana, así como la industria futbolística en Estados Unidos – así fue como lo lograron.
Los inicios
México jugó por primera vez un amistoso en Estados Unidos como local en 1973, cayendo 1-0 ante Polonia en Los Angeles, California. Durante las siguientes tres décadas, El Tri salió pocas veces de ahí, y jugaron 41 partidos en Los Angeles o sus suburbios, en gran parte gracias a la concentración de mexicoamericanos en la región. De acuerdo con el censo 2020 de Estados Unidos, hay 3.6 millones de personas de origen o ascendencia mexicana ahí, más que cualquier otra zona metropolitana de México, excluyendo a la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.
En 1996, un partido entre Estados Unidos y México metió a 92,216 aficionados al Rose Bowl, estadio emblema del área de Los Angeles, convirtiéndose en uno de los partidos con más asistencia en la historia del país. Cuando la FMF firmó con SUM, esta prometió replicar el éxito de Los Angeles en el resto de la nación.
“La selección jugaba aquí de una manera más o menos organizada, y desde que se tiene esta colaboración entre SUM y FMF, se empezó a establecer un mecanismo mucho más estructurado que le permitió construir un plan comercial a la FMF”, dijo Pablo Zárate, vicepresidente de Propiedades Internacionales en SUM. “Cuando inició este acuerdo hace 20 años, el futbol soccer no era lo que es hoy en día y en gran medida eso se debe a los recursos y la afición que tiene México en Estados Unidos”.
Bajo la guía de SUM, México ha jugado en 15 estados de la unión americana. Han inaugurado a tres estadios de la NFL siendo el primer evento deportivo en disputarse ahí: AT&T Stadium (Dallas Cowboys), MetLife Stadium (New York Giants/New York Jets) y NRG Stadium (Houston Texans). En total, han sido 110 partidos amistosos en Estados Unidos desde el 2003, promediando casi 50,000 aficionados por duelo.
Pese a que SUM no habla públicamente sobre cantidades específicas de los contratos que ha celebrado con la FMF, se estimó que en los primeros doce años de la sociedad, se generaron casi 400 millones de dólares entre venta de boletos, mercancía, patrocinios, y otras fuentes de ingreso relacionados a los partidos.
“Parte del éxito de esta alianza es saber entender al aficionado, que es lo que quiere ver, que quiere consumir”, dijo Zárate. “A [los mexicanos en Estados Unidos] les costaba un poco encajar, pero ahora son locales. Nacieron en Charlotte, en Chicago, pero siguen teniendo ese arraigo y pasión y lealtad por la Selección de México”.
El presente
El contrato más reciente entre ambas partes, firmado en 2022, asegura que México juega al menos cinco amistosos al año en Estados Unidos hasta el 2028. Tomando en cuenta que El Tri no jugará eliminatorias mundialistas rumbo al 2026, la disponibilidad del equipo para jugar amistosos será incluso mayor hasta ese entonces.
Además, se incluyó por primera vez a la selección femenil en esta versión del MEXTOUR. El éxito de la Liga MX Femenil ha permitido que los aficionados en ambos lados de la frontera se vayan aficionando también a aquella versión de la selección.
Para los aficionados mexicanos que radican en Estados Unidos, la selección femenil ofrece una conexión incluso más cercana: gracias al robusto programa de futbol femenil estadounidense que existe desde hace muchos años, El Tri ha podido encontrar varias jugadoras en el país, nutriendo al equipo de figuras como María Sánchez, Scarlett Camberos, Mayra Pelayo-Bernal y otras más que nacieron y fueron criadas en Estados Unidos.
“[Los deportes] capturan algo que no se captura en otros rubros”, dijo Walter Franco, socio en Victus Advisors. “El lenguaje del futbol es universal, como mexicano en Estados Unidos no necesitas conocer la historia o la actualidad política de México para disfrutarlo, pero te hace sentir unido al país”.
Además del MEXTOUR, aficionados mexicanos en Estados Unidos tendrán múltiples oportunidades para seguir tanto al Tri varonil como femenil en los próximos años. Del lado masculino, se juega la Copa América este verano y el Mundial en 2026. Y se espera que México y Estados Unidos sean sedes del Mundial femenil en 2031. A mediano plazo, ambas selecciones podrían crear beneficio económico a la FMF con sus giras en el país del norte.
“La única [selección] rentable es la de los hombres aun”, dijo Pérez. “Hay un plan para posicionar la femenil ya que es mucho más consumido en Estados Unidos, y falta para que generen ingresos, pero los costos de mantenimiento son altos”.
El DT de Uruguay fue implacable con el Tri tras la goleada.
El futuro
El actual contrato entre SUM y FMF acaba en 2028, aunque la mayoría de los analistas esperan que se renueve, lo cual significaría que el matrimonio de ambos se extendería a más de 25 años juntos. En abril, la marca de vinos chilena Casillero del Diablo se unió como patrocinador del MEXTOUR, uniéndose a otras diez marcas exclusivamente para Estados Unidos.
Indudablemente, la mera presencia de la selección mexicana en Estados Unidos es sinónimo de éxito, gracias a las estrategias implementadas por SUM. Pero en términos deportivos, el beneficio es desigual por varios factores.
“Muchos partidos son moleros”, dijo Ferretti, ahora analista en ESPN. “Ojalá muchos de estos partidos que consiga la compañía en vez de jugar contra Paraguay o Bolívia en Estados Unidos, se jugaran contra Paraguay o Bolivia en esos países. Futbolísticamente, creo que nos serviría mucho más”.
Sí, México se ha enfrentado en el MEXTOUR a equipos como Brasil, Argentina, Alemania y Uruguay – todos ex campeones del mundo – pero los rivales más comunes han sido Paraguay (diez ocasiones) y Ecuador (ocho ocasiones), selecciones que no han ganado un trofeo desde 1979. El país europeo más veces enfrentado es Islandia con cinco. Actualmente, ocupan el lugar 72 en el ranking FIFA.
México se ha enfrentado a campeones del mundo o equipos Top 10 en el ranking actual de FIFA en 13 de los 110 partidos, o casi 12 por ciento de los encuentros. De acuerdo a SUM, conseguir oponentes de calidad es la labor más dura. Costos de contratación, logística y viajes a miles de kilómetros, así como calendarios sobresaturados son elementos que juegan en contra.
Ante el momento inusualmente mediocre de la selección, hay cada vez más escrutinio alrededor de la estructura que rodea al equipo. La selección de Estados Unidos no solamente ha vencido a El Tri sobre la cancha en los últimos años, sino que han logrado reclutar a jugadores como Ricardo Pepi que son elegibles para México.
“En los últimos 30 años, hubo un gran movimiento migratorio de mexicanos a los Estados Unidos”, dijo Franco. “¿Qué pasará con sus hijos? ¿Todavía van a tener esa misma lealtad, o se van a identificar más con la selección de los Estados Unidos?”.
Aunado a esto, la selección parece generar algo de resentimiento con su afición local. Desde que inició el acuerdo con SUM, México ha jugado 82 partidos en territorio nacional. Sin contar partidos oficiales de Copa Oro, Copa América Centenario, Nations League y otros – El Tri ha disputado 110 amistosos en Estados Unidos durante el mismo periodo.
Se destaca también que los aficionados mexicanos en ambos lados de la frontera han sido señalados por tener malos comportamientos mediante el grito homofóbico en los partidos. Esto ha derivado en cientos de miles de dólares en multas para la FMF, y amenazas de FIFA para excluirlos de torneos a nivel internacional.
“Los temas extracancha, como organizadores de eventos, tenemos que estar muy atentos”, dijo Zárate. “Desafortunadamente es algo que no nos gusta y estamos en contra de cualquier acto discriminatorio de nuestros estadios. Tratamos de educar a las personas, lamentablemente no hay una receta mágica, es un trabajo continuo”.
Ante las diversas dificultades que ya se presentaron o están todavía por mostrarse en el futuro, el partido ante Brasil, con su potencial récord de asistencia, como una fiesta del futbol mexicano que pasa por un momento delicado, muestra aunque sea por hoy, que el futbol mexicano sigue siendo el rey en Estados Unidos – en gran parte, gracias a su socio estadounidense.