El delantero de los Memphis Grizzlies, Matt Barnes, dijo el jueves que fue a la casa de su exesposa para ver a sus gemelos de seis años, y no a confrontar al entrenador de los New York Knicks, Derek Fisher.
Barnes dijo a ESPN que estaba en su hogar en Marina del Ray cerca de las 10:00 de la noche el sábado cuando recibió un texto de su hijo Carter que inmediatamente le preocupó.
"Yo estaba, primeramente, como que ¿por qué siguen despiertos?", dijo Barnes. "Así que les respondí el texto, 'los quiero y los extraño también'. Entonces los llamé por FaceTime. 'Hey, ¿que pasa, amigo?'".
"Ahora, Carter es como el bravucón. Está siempre trepando las paredes. Y cuando ví su cara, solo estaba sentado allí y sabía que algo andaba mal. Le pregunté: '¿Hay algo mal, Carter?', y movió su cabeza', 'No'. Luego se pone la cabeza en el sofá, coloca una almohada en frente de su cara y dice: "Derek, el amigo de mamá, está aquí".
"No fue una llamada telefónica. Estábamos en FaceTime. Podía verlo a él y la mirada en su cara".
Barnes dijo que vive a unos 15 minutos de su exesposa. La familia había viajado junta desde Santa Barbara a Los Angeles durante el día luego de que Barnes completó su entrenamiento con los Grizzlies. Reportes previos habían indicado que Barnes manejó desde Santa Barbara a Los Angeles para conforntar a Fisher y a su exesposa.
"No puedo creer que la gente piensa que era un maníaco conduciendo a 95 millas y escuchando a Tupac para ir a pegarle a alguien", dijo Barnes. "No. Yo vivo a 15 minutos y que iba a ver a mis hijos porque parecían incómodos. Esa fue la razón principal para ir allí".