Es manacorí. Pero París es la segunda casa de Rafael Nadal. No fue casual la inauguración de una escultura con su figura en 2021 a metros de la Philippe Chatrier, homenaje exclusivo, hasta ese entonces, para los franceses. Resistido cuando Roger Federer solía liderar en carisma, Nadal enamoró al público a fuerza de talento, pero también con gestos fuera de la cancha.
Prácticamente todos querían verlo levantar la Copa de los Mosqueteros. Y siguió escribiendo historia. Entre rumores de un parate y hasta del retiro, el ibérico arriesgó más de la cuenta físicamente solo porque se trataba de Roland Garros.
“Siempre vale la pena el esfuerzo” confió Rafael Nadal luego de acumular inyecciones para calmar su pie izquierdo del síndrome de Muller-Weiss en la previa de cada partido hasta ganar su Roland Garros N°14 y el 22 en torneos de Grand Slam tras el contundente 6-3, 6-3 y 6-0 ante Casper Ruud.
El noruego jugaba su primera definición de este calibre pero, ya afianzado en el Top 10 y muy sólido en arcilla, no se puede descartar otra presencia de él en este tipo de finales. Aunque nadie la tenga asegurada.
Fue un duelo clásico de polvo de ladrillo, con ambos jugando de fondo a un duelo de ángulos imposibles. Por lo pronto, el escandinavo no pudo estar a la altura en unas condiciones de juego que le calzaban justo a la leyenda, según confesaría en conferencia de prensa.
En el balance, cuatro jugadores Top 10 dejó el español en un camino más que tedioso… y siempre con su pie en vilo. "Mi mente dice que nada cambia a futuro. Voy a seguir trabajando para encontrar una solución al pie. Fueron dos semanas emocionantes pero a un costo muy alto”, explicó, ya con el trofeo entre sus brazos. “Estuve disponible para jugar estas dos semanas pero con inyecciones y anestesias en los nervios”.
Por eso, si bien no descartó su presencia en el All England no lo hará al mismo costo. “Roland Garros es Roland Garros y se sabe lo que significa para mí. Lo hice y puedo estar feliz por lo que hizo mi doctor pero no puedo seguir compitiendo con el pie dormido. Voy a estar en Wimbledon si mi pie quiere que juegue Wimbledon. No voy a inyectarme para jugar. Wimbledon es prioridad pero si puedo jugar sin anti inflamatorios lo haré. Si no, no. No es esa mi filosofía de vida”, contó aunque, ante el éxito de estas aplicaciones, continuará con un tratamiento similar pero más tenue fuera de competencia. "No puedo ser más selectivo con los torneos. Más que esto dejo de ser tenista".