Pese a que sólo participó en doce eventos a lo largo del calendario, Novak Djokovic (N°8 del ranking ATP) sacó adelante una temporada que, por períodos, se vio empañada por la incertidumbre. Luego de unos meses complicados, el serbio cerró el 2022 a lo grande alzando su sexta corona en las ATP Finals de Turín.
El año del oriundo de Belgrado comenzó con la disputa judicial que lo llevó a las primeras planas del mundo debido al incumplimiento de las normativas sanitarias existentes en Australia durante la gira oceánica correspondientes a la vacunación contra el COVID-19. Luego de intensas jornadas de coberturas ante el ida y vuelta de las partes involucradas, Djokovic salió del país sin conseguir el objetivo principal, es decir competir en el Australian Open -lugar que lo vio campeonando en nueve oportunidades- y dar por iniciada su temporada.
Tiempo después, cuando la alta cobertura mediática cesó, se presentó nuevamente en la gira para estrenarse en el ATP 500 de Dubai. Sin embargo, los resultados a los que acostumbra demoraron un poco más de lo esperado. Recién en el Masters 1000 de Roma, el europeo recuperó la sonrisa luego de los meses de incertidumbre sobre sus posibilidades de volver a competir en los terrenos en los que rigen normativas similares a la de Australia en cuanto a la obligatoriedad de ciertas medidas sanitarias.
Más adelante, dejando atrás el polvo de ladrillo, inició su cruzada en el All England. Allí contaría con una nueva oportunidad para ampliar el palmarés que lo tiene como protagonista en la carrera como uno de los mejores tenistas de la historia. Mientras que Rafael Nadal había tomado la delantera gracias a sus consagraciones consecutivas en el Australian Open y Roland Garros, el serbio se encontraba con una nueva noticia que daba vuelta su esquema en cuanto a puntos y ranking. En el césped londinense, debido a la medida que tomaron las autoridades de las asociaciones de no entregar puntos en el prestigioso certamen, tuvo que afrontar la campaña sabiendo que, aún en el mejor de los casos, no podría revalidar lo adquirido con título anterior. Más allá de todo, Novak se puso como objetivo la suma de Grand Slams y así consiguió su trofeo N°21, quedando a uno de diferencia con el español.
Desde entonces, posicionado en el escalón N°7 del ranking ATP, entró en una extensa pausa de casi tres meses saltándose toda la gira norteamericana sobre cemento por las regulaciones sanitarias existentes en ese territorio. Regresó en la Laver Cup para darle comienzo a la última etapa del año en indoor. ¿Cuál era la meta? Clasificarse a las ATP Finals. Sabiendo que, con el título de Grand Slam a sus espaldas, tendría que mantenerse en el Top 20 de la race para adquirir un boleto a Turín, dio luz verde a uno de los momentos más intensos de su temporada. Así ganó de manera consecutiva Tel Aviv y Astana, celebrando allí sus 90 títulos como profesional y atrapando el objetivo de la clasificación al Torneo de Maestros.
Finalmente, en el certamen que reúne a los mejores ocho tenistas del año, impuso condiciones lógicas debido a la experiencia y al momento que atravesó en las semanas previas, para sellar un año atípico con su sexto título en las ATP Finals. Un número que igualó lo adquirido por Roger Federer, hasta entonces, el máximo ganador del evento. Este año, además, sumó otras tantas instancias decisivas en Belgrado, Madrid y París. Por ello, pese a que sólo disputó once torneos puntuables, concluirá el año dentro del Top 5.