Pese a adelantarse 5-2 en el tercer set, el tenista español Carlos Alcaraz (3°) perdió este domingo su ventaja frente al alemán Alexander Zverev (4°), quien sacó su fuego interior para remontar increíblemente, adueñarse de la manga e ilusionarse con la coronación en la final de Roland Garros.
No obstante, el murciano, de 20 años y dueño de 13 títulos, no ocultaría su malestar en el descanso del 6-5, inmediatamente después de ceder su servicio, momento en que se dirigiría al umpire francés Renaud Liechtenstein para trasladar una curiosa queja respecto al estadio de la cancha: "Esto es increíble, estamos jugando en polvo de ladrillo y parece pista dura. ¿Crees que hay suficiente arcilla para una final de Grand Slam?".
Cabe destacar que el legendario serbio Novak Djokovic (1°) había deslizado comentarios similares sobre la condición de la coqueta Philippe Chatrier el en conferencia de prensa, luego de superar al argentino Francisco Cerúndolo (27°) en octavos de final, que generaría que se resbalara en más de una oportunidad, empeorando su lesión en la rodilla derecha: "Ha habido mucha lluvia y humedad, que generaron condiciones pesadas y lodosas en las canchas. No sé qué hicieron exactamente, creo que quitaron algo de arcilla. Se volvió muy resbaladizo. Hoy me lastimé la rodilla por eso, porque resbalé demasiadas veces. Es inusual".
Sin embargo, el pupilo de Juan Carlos Ferrero volvería a enfocarse en lo estrictamente tenístico para ensayar una levantada memorable, apretando el puño en los parciales posteriores para firmar el triunfo por 6-3, 2-6, 5-7, 6-1 y 6-2 y levantar su tercer trofeo Major, primero en la capital francesa.