El trabajo, tarde o temprano, da recompensa. Así lo puede revalidar la polaca Iga Swiatek (8ª), que este viernes cortó la mala racha y accedió a su primera final sobre césped al derrotar 6-1 y 6-3 a la italiana Jasmine Paolini (4ª) en el WTA 500 de Bad Homburg.
En ampliamente la peor temporada desde su irrupción en el circuito femenino, la ex número 1 del mundo, quien durante 2025 cedió la corona en Doha, Indian Wells, Madrid, Roma y Roland Garros, encontró un inesperado renacer en el evento alemán, en el cual aún no cedió sets al deshacerse de la bielorrusa Victoria Azarenka (105ª) con polémica, de la rusa Ekaterina Alexandrova (18ª) y ahora de la segunda máxima favorita, última subcampeona de Wimbledon.
De esta manera, la nacida en Varsovia, que se impuso en 13 de los últimos 16 encuentros en el Tour y se adelantó 5-0 en el historial frente a la de Castelnuovo di Garfagnana, recientemente proclamada en el WTA 1000 de su país, consiguió un hecho inédito en su laureada trayectoria al estrenarse en una definición en su superficie menos favorable, luego de frustradas experiencias en este mismo torneo, Birmingham, Eastbourne y Wimbledon.
En pos de inaugurar su vitrina sobre pasto, la dueña de 22 títulos, cinco en Grand Slam, quien jamás había vencido a una integrante del top 10 en el mencionado terreno y en el All England debutará frente a la rusa Polina Kudermetova (63ª), enfrentará a la ganadora del duelo entre la estadounidense Jessica Pegula (3ª), máxima favorita, y la checa Linda Noskova (30ª).
