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La historia poco conocida del primer contrato publicitario de Serena Williams

Antonio Bertone no puede olvidar ese día fatídico en que conoció a la niña joven y callada que lo cambió todo.

Era el otoño de 1997, una noche en Los Ángeles, donde Bertone, entonces de unos aproximadamente 25 años, trabajaba como director global de gestión de marcas para la empresa alemana de ropa deportiva Puma.

En aquel entonces, Regency Enterprises tenía los derechos como el accionista principal de Puma. El cerebro detrás de esa unión única entre el entretenimiento, el calzado y la indumentaria era el fundador de Regency, Arnon Milchan, un exitoso empresario de Israel quien se convirtió en el productor de cine de alto perfil detrás de éxitos taquilleros tales como Mujer bonita (1990), JFK (1991) y L.A. Confidential (1997). Milchan siempre pensaba en el panorama completo y tenía un plan secreto y ambicioso para Puma, relacionado a su obsesión fuera de la pantalla con el tenis.

"Recibí una llamada de la asistente de Arnon", recordó Bertone. "Ella dijo, 'Oye, ¿puedes pasar por el estudio esta noche a las 5 o 6? Arnon quiere que estés en una reunión'. Dije, 'Bien. ¿Tienes idea de qué se trata la junta?' Ella dijo, 'No tengo idea'".

Alrededor de las 5:30 p.m., Bertone llegó a la oficina de Milchan, entonces localizada en el lote de Warner Bros. Studios. La reunión había comenzado al mediodía.

"Sentada en la oficina está Serena Williams", recordó él. "No creo que tenía 16 años todavía".

Williams, quien cumplió 40 años la semana pasada, pasaría a promocionar a Puma hasta sus veintipocos años, vistiendo ropa diseñada para ella que la hizo una revolucionaria de la moda del tenis. Pero su vigente asociación de 18 años con Nike, la marca a la cual se uniría en 2003, ha eclipsado el a menudo olvidado primer contrato publicitario de su carrera. Todo comenzó, para Williams, con una oferta de Puma, negociada en esta reunión.

A su lado en el salón estaba sentado Richard Williams, quien mudó a su familia de Saginaw, Michigan, a Compton, California, en 1983. Le enseñó el juego del tenis en las canchas públicas a sus hijas, Venus Williams y Serena, separadas por 15 meses.

Milchan había encontrado la horma de su zapato en Richard Williams. El autoproclamado "James Bond" (quien alguna vez dijo haber negociado contratos de armas de fuego encubiertamente para el gobierno ísraelí en los años 1960) tomó el servicio contra el "Rey Richard", el padre activo quien le consiguió a su hija mayor, Venus, un contrato publicitario de ocho cifras con Reebok en 1995. Ese mismo año, Williams se volvió profesional a los 14 años, uniéndose a su hermana en el WTA Tour.

"Arnon reconoció la capacidad de Serena y Venus por transformar el deporte del tenis", dijo Bertone. "Puma no estaba metida en el tenis entonces. Pero Arnon pasó de 0 a 100 ... como, 'Vamos a totalmente volvernos a meter en el tenis con Serena'".

Técnicamente, Milchan no tenía el poder para hablar de términos financieros en nombre de Puma. Y Bertone no tenía la autoridad de ofrecer un contrato multianual a un atleta. Así que llamaron al director ejecutivo de Puma, Jochen Zeitz, en Alemania. Zeitz se despertó en plena noche para dar el visto bueno al acuerdo. En la esquina de la oficina de Los Ángeles, de vez en cuando Richard Williams llamaba a su esposa Oracene desde el teléfono fijo del cuarto para proveer novedades. "Yo estaba convencido de que él ni siquiera estaba hablando con ella", mencionó Bertone. "Que solo estaba ganando tiempo, prolongando todo para ver dónde terminábamos".

En un momento dado, como se detalla en su autobiografía de 2009, On the Line, Williams puso su cabeza sobre la mesa de conferencias y se quedó dormida. Las negociaciones terminaron pasada la medianoche, durando más de 12 horas. La reunión finalmente culminó con un compromiso multimillonario entre Zeitz y Puma, y un acuerdo verbal de Richard y Serena Williams.

"Pude haber firmado con cualquier marca deportiva, pero esta fue la más prometedora y se sintió bien para mí." Serena Williams, de 16 años, en 1998

"Era muy difícil imaginar cómo su carrera evolucionaría", dijo Bertone. "Pero tenías que creer, ¿no? Era como, 'Vamos a hacer esto'. Al mismo tiempo, yo seguía entrando en estos bucles obsesivo-compulsivos en mi cabeza ... por ejemplo, '¿Cómo ca- vamos a resolver esto?'"

Williams, ahora con 23 títulos de individuales de Gran Slam como su legado, se ha transformado en una de las atletas más admiradas- y escudriñadas - en el deporte y el estilo. Pero a fines de la década de los años 90, Puma y una joven Williams, ambos, tenían mucho que probar.

"Yo quería un patrocinador. Quería alguien que creyera en mí", escribió Williams en On the Line. "No era solo Puma apostando por mí. Era yo apostando por Puma. Era un arma de doble filo".


Más o menos una semana después de esa reunión inicial, un paquete grande enviado a Williams llegó a la casa de su familia en Florida. Ella lo abrió y se probó todo lo que venía adentro, hallando validación más allá de cómo cada traje se veía en el espejo. Se trataba sobre mucho más que la ropa gratis o incluso su primer contrato publicitario.

"Fue en este momento", ella escribió en On the Line, "buscando entre las cosas de esta gigantesca caja de ropa de Puma que toda me quedaba perfecta, donde me sentí que al fin había llegado como jugadora".
Para febrero de 1998, aproximadamente cinco meses después de las negociaciones en el lote de Warner Bros., Puma oficialmente anunció su colaboración con Serena de 16 años, entonces la jugadora de individuales ranqueada No. 41 del mundo.

"Pude haber firmado con cualquier marca deportiva, pero esta fue la más prometedora y se sintió bien para mí", dijo Williams en aquella época. (Debido a conflictos de horario, Williams rehusó la solicitud de The Undefeated de ser entrevistada para esta historia.)

El arreglo sin precedentes no solo incluyó su publicidad de los productos de ropa deportiva de la empresa, sino que también decía que ella "participaría en varios proyectos de cine, música y los medios que produjera el Regency", según The Hollywood Reporter.

Spoiler: Regency nunca colocó a Williams en la pantalla gigante (aunque el diario Los Angeles Times reportó en marzo de 1999 que ella y su hermana completaron audiciones para una película no revelada). Pero Puma desde luego cumplió en cuanto a fomentar la pasión por el diseño del fenómeno de tenis. Williams se aseguró de sacarle el máximo provecho a la colaboración en ese sentido.

Para su primera reunión con Alden Sheets, quien se convirtió en el presidente de indumentaria de Puma a nivel internacional en 1997, Williams vino preparada. Ella le dio una nota escrita a mano y bocetos de trajes que dibujó ella misma mientras estaba en el tour.

"Alden", escribió Williams, quien, a los 16 años, tenía su propia hoja membretada personalizada, adornada con su nombre y apellido en la parte superior de cada página. "Aquí están algunos de los diseños que se me han ocurrido. Había muchos más, pero esto requiere muchas largas noches y dedicación, especialmente durante un torneo". En dos pedazos de papel, Williams delineó su visión para ropa en la cancha que llamó las series "Petal" y "Mod". Ella delineó conceptos para chaquetas, vestidos, pantalones de ciclismo y pantalones que rellenó con lápices de colores y añadió notas explicativas.

"Como dije antes", continuó ella, "Puma está atrasado en muchas maneras. Y creo que puedo ayudar a la empresa a ponerse de pie otra vez y ser un líder una vez más".

Recuerden, Puma no tenía una presencia en el tenis cuando la empresa la firmó. Había pasado más de una década desde que Boris Becker y Martina Navratilova representaron la marca en la cancha por última vez. "Nosotros dejamos el tenis en la década de los 80, prometiendo nunca volver", dijo Bertone, quien se convertiría en el director de mercadotecnia de Puma antes de abandonar la empresa en 2012. Pero Puma regresó con Williams. Ella era una atleta - desde su trasfondo a la constitución de su cuerpo y la manera en que se movía - diferente a cualquier otro que la marca había conocido.

"La vi a ella y Venus jugar dobles en Wimbledon. Estas mujeres negras increíbles, poderosas en el deporte", dijo Amy Denet Deal, una ex diseñadora senior de indumentaria de mujeres para Puma, quien es nativoamericana. "Como soy una mujer de color, fue revolucionario ver ese cambio".

En aquel entonces supervisaba una oficina de diseño en Herzogenaurach, Alemania, donde la empresa tiene su sede central, y Deal recibió la tarea de ser la primera diseñadora principal de Williams. Puma también pareó a Williams con Linda Long, una ex tenista-convertida en-directora de mercadeo quien operaba como gerente de marca de diario, viajando con ella en el tour. Deal y Williams se conocieron por primera vez en un torneo en Indian Wells, California, e intimaron sobre el amor que compartían por la ropa en colores llamativos. Williams le dio a Deal unos dibujos representando lo que ella soñaba vestir en la cancha.

"Pensé que era la cosa más genial que esta joven se presentó con un montón de bocetos", dijo Deal, ahora la propietaria y directora creativa de una consultoría en diseño y marca de supraciclaje sostenible. "Estás hablando de alguien que tenía 17 años y no tenía formación en diseño. Ella quería ser la jugadora más poderosa. Pero este natural sentido de la moda que ella ha desarrollado a lo largo de estos años - eso estaba en su corazón".

Deal diseñó el vestido amarillo que Williams vistió cuando ganó el US Open en septiembre de 1999 después de sorprender a la No. 1 del mundo, Martina Hingis, 6-3, 7-6, en sets consecutivos. A los 17 años, se convirtió en la primera mujer afroamericana en conquistar un título de singles de Gran Slam desde Althea Gibson en 1958. Ella también ganó el título de dobles del torneo con su hermana Venus. Puma celebró la primera victoria de Gran Slam de sencillos de Williams en su carrera con una bonificación de $500,000. Y varias semanas después, su vestido tenístico de la coronación llegó a los estantes en la primera tienda de Puma en los Estados Unidos, la cual abrió en Santa Mónica, California.

"Amarillo de pies a cabeza", dijo Deal. "Bastante diferente de lo que se esperaría. Era tan hermoso. Cuando ella empezó a jugar y llevaba todas las cuentas en su cabello, siempre las combinaba con su ropa".

Si consideramos el catálogo de toda su carrera de trajes para la cancha, el traje de Williams de Puma del US Open de 1999 es relativamente soso. Tardó algún tiempo para que ella se volviera cómoda con la marca mientras maduró y se volvió en una joven.

Serena cumplió 18 años. Hizo la transición de trenzas con cuentas a nuevos peinados. Ella anunció un plan conjunto con su hermana Venus para matricularse en la temporada baja en el Art Institute of Fort Lauderdale, donde ellas estudiarían una carrera en moda. Y, sobre todo, comenzó a ganar. Para fines de 1999, ella estaba ranqueada No. 4 del mundo en individuales de mujeres.

"Siempre teníamos el ojo puesto en los torneos majors", dijo Sheets. "Cada torneo major, habría una nueva colección de ropa y un atuendo llamativo. Comenzamos de manera conservadora. Entonces nos empezamos a poner salvajes".

Una joven diseñadora llamada Bonnie Domínguez, quien se especializaba en la moda cotidiana, se quedó a cargo como la visionaria detrás de la vestimenta de Williams luego de que Deal abandonó la empresa en noviembre de 1999. Más cercana a Williams en edad, Domínguez y la estrella de tenis conectaron de inmediato. Williams le puso el apodo de "la pequeña Bonnie" a Domínguez, quien mide 5 pies 2 pulgadas.

"Serena siempre fue la musa", dijo Domínguez, quien diseñó para Puma de 1998 a 2005. Ella ha trabajado para New Balance desde 2013. "No sé si eso pudiese haber sucedido con cualquier otra jugadora - tomar tantos riesgos de la moda tan temprano en su carrera. No creo que el mundo estaba listo para ello. No creo que el mundo del diseño estaba listo para ello".

En el 2000, las clases en el Art Institute comenzaron para Williams, quien fue denominada como "la atleta (mujer u hombre) más reconocible que patrocina Puma mundialmente" en el diario The Palm Beach Post por el encargado de U.S. marketing de la marca. También comenzó a hablar sobre sus trajes en las ruedas de prensa, mientras se sinceraba más sobre su amor de toda la vida por la moda. Sin embargo, Williams bromeó que el diseño no se le hacía tan natural como el tenis.

"Me gusta dibujar las ideas de cosas para ponerme y solo hacer bocetos", dijo ella en el 2000. "No soy la mejor artista, pero tengo ideas".

Previo al US Open del 2000, Sheets descubrió un nuevo tipo de tela y una fábrica en Los Ángeles que podría ser manipulada a través de un proceso único de tie-dye. Él desafió a Domínguez a utilizar sus hallazgos en su primer conjunto para que Williams lo vistiese en el Gran Slam final de esa temporada.

"Uno de los primeros atuendos que recibió gran atención fue el cubierto violeta y negro de Williams", dijo Sheets. "Ella llevaba unos pantalones cortos de compresión debajo, la barriga al descubierto y la parte de arriba de bikini. Por tanto, de varios ángulos, veías a través de la prenda, porque era de malla. Ese atuendo tenía a la WTA llamándome para preguntar qué le estábamos haciendo al tenis, que era un deporte muy blanco y conservador".

La vigilancia del estilo de Williams comenzó temprano en su carrera. Particularmente en Wimbledon, el Gran Slam más venerado del tenis, donde existe una regla No. 1: Los competidores deben estar vestidos con ropa de tenis adecuada que es casi completamente blanca. Durante la asociación de cinco años entre Williams y Puma, ciertos torneos comenzaron a exigir que la marca mostrase los trajes de Williams con antelación. Sheets recibió llamadas frecuentes de los funcionarios del tenis, incluyendo una que aún sobresale del All England Club, donde Williams ganó los títulos de sencillos de Wimbledon en 2002 y 2003.

"Recuerdo que yo estaba en un tour de compras, caminando por las calles de Florencia y suena mi teléfono celular", recordó Sheets. "Era el encargado del comité de aprobaciones de Wimbledon y me decía, 'Señor Sheets, estamos muy preocupados que los trajes de Serena estarán fuera de la ética de nuestra organización. Nos gustaría muchísimo ver lo que están planificando para que ella se ponga. De hecho, envíennos las prendas para nuestra preaprobación antes de que se le permita estar en la cancha'.

"Yo estaba pasmado", continuó Sheets. "A la gente en Wimbledon le preocupaba que fuésemos a enviar a Serena a la cancha en un traje rojo o algo así. Queríamos hacerlo. Pero sabíamos que no lo lograríamos. Ahí no".

Puma verdaderamente cambió el libreto de la vestimenta tenística tradicional en el Roland Garros de 2002. El torneo se llevó a cabo durante las primeras dos semanas del Mundial de la FIFA en Corea del Sur y Japón. El equipo de marketing de la marca, que también patrocinaba a la selección de futbol de Camerún, elaboró el loco concepto de vestir a Williams en un traje parecido al uniforme que llevaría la nación africana en la Copa del Mundo. Domínguez realizó un boceto de una muestra y se lo presentó a Williams, a quien le encantó la idea. En su partido inicial en el Roland Garros, salió a la cancha en ropa con el tema de Camerún, incluyendo un par de calcetines amarillos de futbol hasta sus rodillas.

Luego de que Williams ganó el Roland Garros y Wimbledon en 2002, Puma necesitaba otro diseño impactante para la estrella de 21 años, quien había alcanzado el No. 1 del mundo en sencillos de mujeres. Ella se preparaba para competir por su tercer título de Gran Slam consecutivo en el US Open.

"Como ella estaba empujando tantos límites de la moda, pensamos, '¿Qué hacemos ahora?'" Domínguez recuerda haber pensado. "¿Tiene que ser una falda? ¿Tiene que ser un traje?"

Una mejor pregunta, se dijo a sí misma: "¿Cómo fijamos un precedente?"


Los bocetos y materiales de diseño estaban regados por toda su habitación de hotel en Alemania mientras Domínguez se preparaba para una reunión de ventas para presentar lo que tenía en espera para Williams.

En la televisión al fondo, Domínguez escuchó la especulación de que la actriz Halle Berry estaba recibiendo el papel de protagonista en la película Gatúbela. Se viró y vio el programa pasar imágenes clásicas de la actriz Eartha Kitt, quien en 1967 se convirtió en la primera mujer afroamericana en protagonizar como el personaje de los cómics en la serie televisiva Batman.

Fue en este momento que Domínguez halló la inspiración para el infame traje negro ceñido, o catsuit, de Williams que debutaría meses después en el US Open 2002.

"No creo que nadie más se hubiese visto tan bien en ese catsuit", dijo Domínguez, quien inmediatamente se puso a dibujar luego de que "la temeraria Eartha Kitt" le recordó a ella de Williams. Para el traje, ella planificaba utilizar Lycra, una marca de licra de mucho brillo que parecía cuero sintético y quedaría ceñida al físico musculoso de Williams. Domínguez complementó el look con una chaqueta al estilo ciclista que ella podía ponerse encima del catsuit mientras calentaba.

"'Vamos a intentarlo'", recordó Domínguez sobre la aprobación habitual que Williams daba para impulsar un concepto del diseño a la producción. Para cuando Sheets entregó una muestra a la memorable sesión de probarse ropa a las 7 a.m. en la habitación de hotel de ella en el Four Seasons Hotel Los Angeles en Beverly Hills, Williams había olvidado el traje rebelde.

"Se siente como si todo el legado de Serena con Puma se borró cuando ella se fue a Nike." Antonio Bertone, ex director de marketing de Puma

"Le damos el catsuit y ella dice, '¿Esto es para mí ... para ponérmelo mientras juego tenis?'" recordó Sheets. "Entró al baño y salió a donde había un espejo de cuerpo completo frente a la puerta. Estaba simplemente radiante, con una gran sonrisa en su cara".

Al ver a Williams en el catsuit por primera vez, la conciencia dividida de Sheets dio su opinión.

"Recuerdo muy específicamente tener dos tipos sobre mis hombros. Uno en mi lado izquierdo y uno en mi lado derecho", dijo Sheets. "El de mi lado izquierdo dijo, "Estás completamente loco si vas a dejar que ella salga en el US Open, altere al USTA, a la WTA y que le realicen un escrutinio a Puma. ... No puedes permitir esto'.

"El de mi lado derecho dijo, 'Esto es lo más increíble que jamás hemos hecho. Vamos a irritar al mundo del tenis. Vamos a irritar al mundo entero. La prensa se emocionará con esto. Y a Serena le encanta. A estas alturas, no hay vuelta atrás'".

Debido a retrasos en una fábrica en la China, el catsuit casi no llegó a tiempo para el US Open. A ultimo momento, un representante de Puma voló la prenda de ropa de Hong Kong a Nueva York, donde Sheets la recogió en el aeropuerto. Él se la entregó a Long, el gerente de marca de Williams, quien se la dio a ella y le aconsejó que se la probara antes de su primer partido en el US Open.

"Tuve que rogarle a Jim Curley, quien era el director del torneo, que le permitiera a Serena vestirlo. Él pensó que yo había perdido la cabeza, pero dio luz verde", dijo Long. "Estoy parado en el pasillo esperando que salga Serena para ir a la cancha del Estadio Arthur Ashe en el catsuit. Se dobla y me susurra al oído, "Esta es la primera vez que me he puesto el catsuit ... espero no perder'".

El 26 de agosto de 2002, Williams salió a la cancha de tenis y bajó el cierre de su chaqueta para revelar su catsuit ajustado. Más tarde esa noche, así fue cómo el presentador de noticias de CNN, Anderson Cooper, abrió el programa: "Buenas noches a todos. Enfrentamos un tema extremadamente divisorio en nuestra junta de la tarde hoy. ... Ahora bien, podríamos mentir y decir que la pelea era sobre si invadir a Irak o no. ... No, la riña de hoy fue sobre las mujeres y la moda. ... Hablamos sobre la supernova del tenis Serena Williams y la controversia sobre el catsuit".

A pesar de las críticas generalizadas, Williams ganaría el US Open de 2002, derrotando a su hermana Venus mientras vestía el atuendo que ella acentuó en la final con una cinta para la cabeza y una muñequera rosadas.

"Guau, ese traje llamó mucho la atención ...", escribió Williams años después en On the Line. "Pero de lo que la mayoría de la gente no se percata es que ¡era tan cómodo! Claro, el catsuit era tan sexy que me lo hubiese puesto aunque fuese lo más incómodo del mundo".

No se siente como el saber popular que Puma diseñó el primer catsuit que Williams vistió en su carrera. Si escribes "Serena catsuit" en Google, las primeras imágenes e historias de noticia que surgen son la de Nike que vistió en el Roland Garros en 2018 y cuyo regreso la Federación Francesa de Tenis prohibió, diciendo, "Hay que respetar el juego". Nike respondió a la prohibición y a comentarios lanzando un comercial con el eslogan poderoso: "Puedes quitarle a un superhéroe su traje, pero nunca podrás quitarle sus superpoderes".

"Se siente como si todo el legado de Serena con Puma se borró cuando ella se fue a Nike", dijo Bertone.

En diciembre de 2003, después de ganar sus primeros seis títulos de sencillos de Gran Slam mientras representaba a Puma, Williams abandonó la empresa para unirse a Nike con un acuerdo publicitario de ocho años, según informes valorado en hasta $55 millones con incentivos por desempeño. En comparación, Williams devengó $13 millones de Puma, según consta, en los primeros cinco años de su carrera. (Domínguez recordó que Williams nunca tuvo la oportunidad de ponerse el ultimo traje que ella diseñó para la tenista. Así que Puma vistió a la actriz Kirsten Dunst en él para la película de 2004, Wimbledon.)

"En aquel tiempo, ofrecimos lo más que pudimos por una atleta, y sabíamos perfectamente que Nike presentaría una mejor oferta que nosotros", dijo Bertone. "La gente hoy en día no tiene idea sobre Serena y Puma".
Hay un recuerdo en particular que Bertone valora de los primeros días de Williams con Puma. Tarde en la década de los 90, se encontraron en el Atlanta Super Show, una convención de comercio de artículos deportivos.

"Recuerdo haberla visto, le estreché la mano y le dije, 'Dios mío. Eres una superestrella ahora'", rememoró Bertone. "Ella se había convertido en una joven y era mucho más alta que la primera vez que la vi. Vestía toda su ropa de Puma y era tan agradable pensar, '¡Esto está funcionando!'"

Desde entonces ella ha pasado de ser una atleta prometedora de 16 años en quien una marca se arriesgó a alcanzar la cima del tenis y también del estilo.

"La considero un ícono de la moda", dijo Deal, la primera diseñadora de color con quien Williams trabajó en Puma. "Ha cambiado por completo la forma en que las mujeres se visten para hacer deporte".

En 2019, Williams y Nike se unieron para crear un programa de aprendizaje para promover la diversidad en el diseño y proveer una base para una nueva generación de diseñadores de los sectores poco representados. En agosto, Nike anunció la primera colección del Serena Williams Design Crew, pautado para el otoño, presentando ropa, calzado y accesorios y creado por 10 diseñadores de diversos sectores.

Ahora, al parecer, Serena Williams es la que recibe los bocetos de aspirantes a ser jóvenes diseñadores.