Sin ceremonia de despedida, Rafael Nadal salió de la cancha central del Foro Itálico con una tremenda ovación pero no sería la única.
Minutos después de su derrota a manos de Hubert Hurkacz incursionó en el famoso pasillo que lleva a los protagonistas desde la zona de vestuarios hasta la salida y no tengan contacto con el público.
Pero lo que el torneo no contempló es la magnitud de Gladiador que jugó su último partido aunque, desde su perfil oficial en redes sociales, quiso despedirse de la leyenda: "La Ciudad Eterna nunca olvidará. GRACIAS", publicó en 'X', con una foto del español. "Eternamente agradecido", posteó poco después con un video de la ovación.
Increíble pero real el español contuvo la emoción y se marchó junto a su equipo a la última conferencia de prensa como profesional en la capital italiana. Allí declaró con vistas a Roland Garros: "La decisión no está clara en mi mente hoy. Pero si tuviera que decir algo diría que estoy más cerca de ir y darlo todo. Físicamente tengo problemas, pero no los suficientes como para no ir, de momento, al torneo más importante de mi carrera".
A cada torneo que vaya le va a pasar lo mismo. El cariño del público por uno de sus jugadores predilectos. Ese que no se compra con dinero y sí, con mucho tenis.
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