Boston Celtics es un equipo que se preparó para ser campeón. A la sólida base que ya tenía le incorporó piezas determinantes que en estas Finales de la NBA contra Dallas Mavericks están demostrando todo lo que valen. Si en el primer partido Kristaps Porzingis fue un factor clave, en el segundo Jrue Holiday se quedó con los honores de jugador decisivo en la victoria 105-98 para poner a su equipo 2-0 al frente en la serie.
Holiday es un basquetbolista completo. Si los Celtics necesitan que aporte en ataque, puede hacerlo de manera notable, mientras que su compromiso e importancia en defensa están garantizados. Más allá de premios oficiales, el guardia de Boston es el mejor defensor de la NBA.
Jrue no es estridente. Juega simple. No necesita hacer malabares para anotar ni precisa de acciones que se transformen en virales. Encuentra las rutas más directas para convertir puntos, ya sea en la zona pintada o desde larga distancia.
Su influencia en la granítica defensa del equipo de Joe Mazzulla es inmensa: junto con Derrick White cierran caminos, interrumpen sistemas, niegan pases y, si pueden, roban la pelota. En definitiva, desgastan a sus rivales.
La tarea defensiva sobre Luka Doncic en el tercer cuarto fue admirable: le bajó el poder de anotación al esloveno y le complicó cada una de las acciones en la que lo tuvo enfrente. También realizó un trabajo estupendo cada vez que estuvo cara a cara con Kyrie Irving.
Y el triple que Jrue acertó para poner el marcador 100-89 fue el que comenzó a sentenciar la historia, más allá del posterior intento de reacción de los Mavericks.
Holiday finalizó el Juego 2 con 26 puntos, 11 rebotes, 3 asistencias, 1 robo y 1 tapón. Anotó 11 de 14 tiros de campo (78,6% de efectividad) y no perdió ningún balón.
Según indica ESPN Stats & Information es el cuarto jugador con al menos 25 puntos, 10 rebotes, 75% en lanzamientos y sin pérdidas en un partido de Finales junto con Nikola Jokic, Anthony Davis y Shaquille O'Neal (dos veces).
Pero los números no alcanzan para abarcar lo que significó para el conjunto que hizo delirar a los fanáticos que volvieron a colmar el TD Garden. Holiday ofreció soluciones.
Y si bien cada partido que vemos a estos Celtics crece el concepto de que el conjunto prevalece por sobre las individualidades, el trabajo que realizó Holiday este domingo lo ubican en un pedestal.
Jrue Holiday, un pequeño en tierra de gigantes
Está a la vista que Holiday no es de los jugadores más altos, pero tiene mucha fortaleza física e inteligencia para ubicarse y encontrar espacios.
Este domingo atacó el aro de manera impecable: convirtió 9 de 9 en lanzamientos desde la zona pintada.
Ese registro iguala al que consiguió Tony Parker en 2013 como el de mayor cantidad de aciertos sin fallar en la pintura en un partido de Finales en los últimos 25 años.
Jrue Holiday, un campeón con grandes partidos en Finales
Para Holiday, este es un escenario conocido. Ya estuvo en las Finales de la NBA en 2021 cuando fue campeón con Milwaukee Bucks. De hecho, es el único jugador del plantel de los Celtics que tiene un anillo.
Y no solo estuvo en las Finales sino que fue clave en un par de partidos para aquellos Bucks liderados por Giannis Antetokounmpo frente a Phoenix Suns. En el tercer partido convirtió 21 puntos y repartió 9 asistencias para descontar la desventaja de 2-0 con la que había comenzado la serie y en el quinto aportó 27 puntos y 13 asistencias para plasmar el 3-2 y quedar a una victoria del título.
El tercer partido de Holiday con más de 20 puntos en Finales de la NBA fue el de este domingo frente a Dallas. Volvió a ganar. Volvió a ser decisivo. La ventaja de 2-0, con el noveno triunfo consecutivo de los Celtics en estos playoffs, marca que el camino hacia la gloria está muy cerca.