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Real Madrid supera al Thunder en tiempo extra

Real Madrid requirió de la prórroga para vencer por 142-137 al Oklahoma City Thunder en el partido de exhibición de los NBA Global Games disputado este lunes en Madrid. Jaycee Carroll fue el líder anotador de los merengues con 24 puntos y cinco rebotes, mientras por la visita, Victor Oladipo acabó con 34 puntos, dos rebotes y cinco asistencias.

Así de grande resultó el amor propio de Sergio Lull. El alero, que antes de empezar el partido había pedido a su afición, casi sin esperanza, que "se acordara de animar" a los de casa, revivió al Real Madrid en la segunda mitad para recortar distancias después de que el rival llegara a aventajar en más de 15 puntos. Llul marcó de triple en triple, el último con un segundo en el reloj para poner la igualada a 126 y forzar la prórroga.

La visita del Thunder pilló al conjunto madrileño en un momento algo incómodo. Su temporada en la Liga Endesa apenas inició el viernes y en cuatro días deberán visitar Valencia. La mentes de Pablo Laso y sus hombres estaban puestas en todo menos que en el partido de exhibición. No es que el Thunder estuviera en un momento mucho mejor; apenas empieza la pretemporada y tiene aún muchas piezas por encajar antes de sentirse competitivo.

Lo entendió el público del Barclaycard Center de Madrid, que al final de cuentas, había acudido por el espectáculo de la NBA en vivo. Y en específico, por ver a Rusell Westbrook, la gra estrella del equipo visitante. Era él quien mantenía 'vivo' el ambiente en el Palacio de los Deportes que se apagaba automáticamente cada que el base se dirigía a la banca. Hasta que Llul despertó al Madrid.

Oklahoma se lo tomaba más en serio y durante 55 minutos mantuvo al Madrid al menos a diez puntos de distancia. Westbrook, que se llevaba un "¡Oh!" de admiración cada vez que tocaba el balón, tuvo un registro en el primer periodo de 9 puntos, tres robos y dos rebotes. Ni siquiera fue el más productivo del lado nortemericano, en que Oladipo contribuyó con 12 puntos y un rebote. La gente disfrutaba también con Domantas Sabonis, más por una cuestión de herencia que por lo que dejó en la duela el poco tiempo que le tocó jugar. La afición -merengue al final del día- aún recuerda sus años de gloria en la Liga ABC y así se lo hicieron saber cuando le entregaron una camiseta conmemorativa durante una pausa.

El momento incómodo vino cerca del final del primer periodo, cuando Alex Abrines, que debutaba con Oklahoma City, hizo su aparición en la duela. El recinto retumbó con una sonora rechifla para el exjugador del Barcelona. Veinticuatro horas antes, el mallorquín había asistido con el resto de sus compañeros al encuentro de futbol entre el Real Madrid y el Eibar en el Santiago Bernabéu y fue pillado haciendo un gesto grosero mientras el resto del equipo celebraba en el palco VIP el gol de su anfitrión. A Ilyasova, en cambio, incluso le aplaudieron un par de robos y una clavada inmediatamente después. Al aficionado al baloncesto no le gusta mezclar, pero el escudo llama. No pasó a mayores, el catalán dio tan buena actuación hacia el final con dos triples consecutivos, que incluso se llevó su dosis de aplausos.

Para la segunda mitad, Real Madrid apretó un poco más. Laso siguió repartiendo tiempo más o menos equitativamente entre sus hombres clave, que relajados y sin fijarse demasiado en el marcador, hacían algún esfuerzo para agradar a su afición, temporalmente volcada con el rival. El furor por la presencia de Westbrook en la duela había disminuido, pero el base seguía brillando. Fallaba poco o nada y en cambio acumulaba puntos sin parar. El ritmo del partido había decaído, pero entre la estrella norteamericana y Sergio Lull, que anotaba de tres en tres hacia el final del tercer periodo, reanimaron al público.

Westbrook ya no volvió para el último periodo. Ausencia que coincidió con el despertar merengue. Fue gracias a Llul, el jugador con más calidad a las órdenes de Laso, que el Madrid logró recortar distancias en el último cuarto como no lo había hecho en todo el partido y lo dejó en bandeja para que Carroll, a cuatro minutos del final, hiciera soñar al Palacio de los Deportes con un triple para tomar ventaja por primera vez. Resolvió inmediatamente Oklahoma recuperando la ventaja con un cobro, pero a partir de entonces, el partido se volvió de ida y vuelta y los norteamericanos se tuvieron que esforzar realmente. No les alcanzó.

En la grada ya solo se escuchaba "Madrid, Madrid" y cada vez más fuerte. Los locales, guiados por Llul no volvieron a ceder y mostraron que la distancia, antes abismal entre la NBA y la ACB, a veces es muy pequeña.