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Juan Carlos Navarro, leyenda en España y amigo de Pau Gasol

Getty Images

BARCELONA -- El Barcelona, que recibirá este miércoles a los Thunder en el imponente Palau Sant Jordi no se reconoce en el espejo. No podía llegar en peor momento un partido tan apetecible para la hinchada, expectante con el espectáculo que representa la NBA, como temido en el vestuario.

Dos días después de que el Real Madrid mostrase su músculo, el Barça buscará un imposible. No en vano, mientras los merengues enfrentaron el partido con toda su plantilla en plenitud, el equipo azulgrana afrontará el partido sin cuatro puntales (Rice, Ribas, Lawal y Koponen) y con Juan Carlos Navarro dolorido del muslo.

“No se correrán riesgos”, proclamó el entrenador Georgios Bartzokas, más centrado en el comienzo de la Liga ACB y quien ya insinuó que la participación de la ‘Bomba’ Navarro será limitada en minutos por más que sus ganas de reencontrar su pasado le empujen a la cancha.

El capitán azulgrana conoce de primera mano qué significa jugar un partido a ritmo NBA. No en vano cumplió, como hiciera Rudy Fernández, su sueño de jugar una Liga que siempre siguió por televisión y en la que compartió una temporada junto a su gran amigo Pau Gasol.

“No soy objetivo. Es mi amigo… Y creo que es un genio”, sintetizó hablando de él Pau Gasol, mientras que Ricky Rubio mantiene que “es talento puro” y Raúl López no tiene duda: “Simplemente es el mejor. Es el jugador con más recursos ofensivos de la historia de nuestro baloncesto, el tío que ve el aro como una piscina, el jugador al que nadie sabe cómo defenderlo”.

UN SALTO A CONTRACORRIENTE

Gasol, cuyo impacto en el Barcelona fue apoteósico en 1999, marchó a Memphis en 2001 y se pasó los años siguientes intentando convencer a Navarro de dar el paso. El escolta, drafteado por los Wizards, consiguió liberarse de su derecho y rebajar la cláusula de salida del Barça en el verano de 2007 para aventurarse en la NBA… Por más que aquella decisión fuera un riesgo difícil tanto de asumir como de comprender.

Navarro firmó un contrato de una temporada con los Grizzlies que le aseguraba 540 mil dólares. Pero, además, se comprometió a abonar 3,5 millones de euros en dos temporadas al Barça. La jugada, financiera, le ofrecía la posibilidad de ser agente libre en 2008 para firmar un contrato lo suficientemente atractivo como para hacer frente al pago al Barcelona y asentarse en la NBA. Pero eso no sucedió.

Su 1.93 de estatura le obligó a readaptar su juego y por más que en su debut, en el NBA Europe frente al Málaga, ofreció una excelente imagen con 21 puntos, su adaptación fue muy difícil a pesar de conseguir entrar en el All-Star Game de los rookies y de estar presente en muchas de las listas de jugadores destacados.

De hecho, a Navarro, que cerró la temporada con unas estadísticas de 10.9 puntos, 2.2 asistencias y 2.6 rebotes para ser incluido en el segundo quinteto ideal de los rookies, le pesó tanto el sistema de vida americano, la muralla del idioma y las giras como sus ganas de hacer carrera en la competición.

EL REGRESO

“No vuelvo por dinero, sino por una cuestión sentimental” aseguró el 12 de julio de 2008, cuando fue presentado como nuevo jugador del Barcelona. Al acabar la temporada anterior se multiplicaron los rumores de equipos de NBA interesados en él y hasta los Grizzlies confirmaron su intención de acudir al derecho de tanteo. Pero su aventura no continuó.

El Barça le aseguró un contrato de cinco temporadas a 3 millones de euros anuales, además de perdonarle la deuda contraída un año antes para convertirle en el jugador mejor pagado de la Liga española y en el quinto de toda Europa.

Desde entonces Navarro, que cumplió 36 años en junio, ha ganado desde su regreso cuatro veces la Liga ACB, tres la Copa del Rey y una Euroliga, en 2010, para convertirse en santo y seña de un equipo en el que ha sobrevivido a multitud de cambios en su vestuario.

“Podía haber seguido con éxito en la NBA, pero decidió volver” dijo en su día Pau Gasol, quien, como él, dejó Memphis en 2008 para sumarse a Los Angeles Lakers.

Raúl López o Sergio Rodríguez tuvieron antes que él sendas aventuras también breves en Utah, Portland o Sacramento. Calderón, que ya lleva 11 años y jugará en los Lakers, se mantiene en una competición que ha descubierto la electricidad de Ricky Rubio y a la que se sumará Abrines con la esperanza de igualar la carrera de los hermanos Gasol.

“Cumplí mi sueño”, resume con el paso de los años la Bomba Navarro al recordar su paso por la NBA. “Estuve un año disfrutando de la NBA. Un año que no fue posiblemente el idóneo y en una temporada difícil para el equipo pero no me arrepiento de haber ido” recordó este verano, durante su participación en los Juegos Olímpicos, los quintos de una carrera que, acercándose a su final, ya tiene la consideración de legendaria.

Y es que, máximo anotador de la historia de la Liga ACB, jugador con más partidos en la competición, asistente récord, máximo triplista y récord absoluto en la Copa o la selección, la historia pondrá a Navarro en el lugar que le corresponde.