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La fragilidad de los dioses

Kevin Durant pierde el balón, repiquetea sobre su pie izquierdo y el estadio escupe fuego desde sus cuatro costados. El sonido de los casi 20.000 dinosaurios encendidos en el Air Canada Centre es ensordecedor. El parque jurásico es una bola que hierve y Kyle Lowry, en el centro de la arena, extiende sus brazos, aletea las muñecas y extingue ese fuego como si sus dedos fuesen pinceladas de hielo.

Durant necesita ayuda para salir del estadio y la burla del destino es mayúscula: el esfuerzo sobrehumano por pertenecer a una final que no lo tenía en sus planes tiene como resultado una lesión extrema en el tendón de aquiles, quizás uno de los mayores temores de cualquier deportista en todos los ámbitos, en todas las épocas.

El estadio de Toronto ahora enmudece, porque dimensiona el rigor mortis de la escena. El deporte, en estos casos, no hace distinciones de banderas. Ni siquiera Drake, el bufón de los Raptors apostado en primera fila, oculta el dolor de una salida semejante y despotrica a los gritos contra el universo. Se entiende, porque cualquier competidor que se jacte de serlo desea alcanzar el mérito contra los mejores rivales en curso.

Si bien aún no se ha dado a conocer la dimensión exacta de la lesión, las lágrimas de Bob Myers, gerente general de los Warriors, en conferencia de prensa, son un presagio de que lo peor está por venir. Y efectivamente llega.

"Me duele el alma, pero ver ganar a mis hermanos me dio vida", escribe Durant, minutos después, en sus redes sociales, en otro guiño que pone siempre al equipo en primer lugar.

La serie, que ya venía teñida por las lesiones múltiples en el equipo de Steve Kerr, ahora se ve empañada del todo. Competitiva, atractiva, colorida, pero con el sabor amargo de no tener lo mejor de lo mejor sobre el parquet. La gacela que corre a máxima velocidad en el descampado, que se pone en pie para acribillar con precisión quirúrgica, ya no se verá por estos lares. La fragilidad de los dioses en su máxima expresión; si la épica de Homero cobrase vida en estos días, tendría la Ilíada en el Juego 5 y la Odisea en el propio desafío interno que librará KD para retornar a la acción.

A decir verdad, quien sabe si lo volveremos a ver vestido de Warrior algún día.

Según nos informa el departamento de estadísticas de ESPN, el máximo de partidos consecutivos que se perdió Durant en su carrera fue 28, producto de una lesión en un dedo ocurrida en 2014-15. También se perdió 19 en 2016-17 por una dolencia en su rodilla izquierda y en esta postemporada padeció la lesión en la pantorrilla que lo marginó de acción hasta ayer. En ese lapso, los Warriors estuvieron con un récord de 6-3.

Durant jugó sólo 12 minutos en la noche del lunes, pero en ese corto período de tiempo, Golden State volvió a ser una aplanadora del básquetbol. Anotó 11 puntos y con KD en cancha, su equipo estuvo +6 y el porcentaje de tiros global fue del 60%, con un absurdo 73% en tiros de tres. Sin él, el equipo estuvo -5, con 42% en TC y 39% en T3.

DURANT, LA DIFERENCIA EN LA MEDIA CANCHA

Todos sabemos que la marca registrada de los Warriors es el ritmo y el ataque en transición, pero cuando eso no ocurre, como varias veces sucedió con el excelente balance defensivo de los Raptors, la ofensiva estacionada necesita recursos que por momentos no aparecen.

De acuerdo a Second Spectrum, Golden State promedió 1.16 puntos por posesión cuando la media cancha tiene a Durant, incluyendo playoffs, lo que coloca al equipo 1 en toda la NBA. Pero cuando no está, ese número baja a 1.05 por posesión, lo que pone a los Warriors 19° en toda la Liga.

Por otro lado, KD finaliza estos playoffs promediando 32.3 PPJ con 51% en TC, 44% 3-pt y 90% en libres. Es el primer jugador en la historia NBA en promediar 30 puntos por aparición con 50, 40 y 90% en una única postemporada.

LA ROTURA DEL TENDÓN DE AQUILES ENTRE LAS ESTRELLAS NBA

El dolor de la lesión, que acarrea, se supone, al menos nueve meses de recuperación, no sólo tiene que ver con la inactividad sino con la incógnita de saber cómo se regresa tras un parate de esa naturaleza. La buena noticia para Durant es que aún es jóven (30 años) y que no ha sido víctima de lesiones de gravedad en el pasado inmediato. Sin embargo, la historia llama a la duda porque pocos jugadores volvieron de un infortunio de esta naturaleza en las condiciones previas a la lesión.

Veamos, entonces, los últimos casos relevantes de lesión en el tendón de aquiles que nos trae el departamento de estadísticas de ESPN para comprender exactamente de qué hablamos:

Enero 2018: DeMarcus Cousins estuvo 357 días fuera entre su último partido y el de regreso.

Enero de 2017: Rudy Gay, 237 días.

Marzo de 2015: Wesley Matthews, 237.

Abril de 2013: Kobe Bryant, 240.

Febrero de 2012: Chauncey Billups, 296.

Agosto de 2007: Elton Brand, 243.

Abril de 1997: LaPhonso Ellis, 222.

Enero de 1992: Dominique Wilkins, 283.

EL FUTURO DE KEVIN DURANT

La salida con una lesión semejante abre la gran incógnita en el mundo NBA: ¿quién tomará el riesgo de un contrato máximo con KD?

Los New York Knicks, héroes de la maldición en el mundo del básquetbol, corrían como máximos favoritos para quedarse con sus servicios, pero ahora todo vuelve a foja cero.

Con uno o máximo dos partidos por disputarse en las Finales NBA, el verano estará más caliente que nunca en Estados Unidos. Durant, que tiene una opción de jugador de a $31.5M para la próxima temporada que seguramente decline, tiene hasta el 29 de junio para tomar la decisión. El alero estrella de Warriors pertenece a una clase estelar de agentes libres entre la que figuran, entre otros, Kawhi Leonard, Kyrie Irving, Klay Thompson, Jimmy Butler, DeMarcus Cousins, Kemba Walker, Marc Gasol... y la lista continúa.

Si Durant decide seguir en los Warriors, ganará 221.3 millones en los próximos cinco años. Si decide irse a otro equipo, le podrán ofrecer 164 millones por cuatro temporadas.

En el medio de la definición del campeonato, los ojos apuntan a lo que viene. Con Kevin Durant, la fragilidad de los dioses quedó más a la vista que nunca.

Con el Juego 6 programado para este jueves entre Warriors y Raptors en Oakland, Curry, Thompson y Green deberán volver a ser lo que alguna vez fueron para quedarse con el título sin contar con la gran punta de lanza de la NBA entre sus filas.

Dicho esto, el principio de una nueva historia está en construcción.