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Lo que viví en el Estadio Quisqueya gracias al debut de Albert Pujols

Pujols calificó su debut con el Escogido como "el día que siempre he estado soñando". ESPN.

El estreno del toletero dominicano en LIDOM con los Leones del Escogido creó un ambiente especial que se sintió desde los palcos de prensa hasta el terreno de juego

Desde el pasado jueves 28 de octubre todos los titulares fueron acaparados por un solo nombre: Albert Pujols.

El jugador de 21 temporadas en las Grandes Ligas pasó en una transacción a los Leones del Escogido confirmándose que por primera vez en su carrera jugaría en la pelota invernal dominicana.

Llegó el domingo, día de su debut, en el que los Leones del Escogido enfrentarían a los Tigres del Licey en un partido pautado para las 4 de la tarde, pero junto al editor multimedia de ESPN Dominicana, Fernando Sena, decidimos llegar al estadio antes de la 1 de la tarde.

Bajo el picante sol caribeño ahí estaba Albert, tomando algunas prácticas de bateo y compartiendo con sus nuevos compañeros. Aunque todo se veía normal, la presencia del futuro Salón de la Fama hizo que el ambiente se sintiera diferente.

Hizo un par de swings y antes de marcharse al clubhouse tuvo la gentileza de conversar con ESPN y expresar su deseo de jugar en todos los estadios del país.

Al subir al Séptimo Cielo, nombre dado al palco de prensa del Estadio Quisqueya Juan Marichal, los periodistas, camarógrafos y cronistas deportivos llegaban para cubrir un debut histórico. Había más gente de lo normal, comprobado por los comentarios de algunos “yo usualmente me siento ahí” en esos juegos donde el área de prensa no está a capacidad.

Lo mismo pasaba en las gradas de fanáticos, se esperaba un “lleno total”, siempre restando el límite de aforo impuesto por las autoridades de Salud Pública, de no sobrepasar el 70% de la capacidad del Quisqueya.

Después de presenciar el primer turno de Pujols, donde fue ovacionado por toda la fanaticada y jugadores antes de fallar con un rodado al lanzador en conteo de una bola y dos strikes, decidí ir a ver qué ambiente se vivía en otras áreas del estadio.

Llamó mucho mi atención ver cómo la gente se amontonaba frente a la tienda de artículos del Escogido. Por cuestiones del coronavirus no podían dar entrada a todas las personas que querían comprar un souvenir rojo.

Todas las camisetas de Albert Pujols con los Leones del Escogido se agotaron provocando cierto malestar de los fanáticos, y apenas íbamos para el tercer episodio. La gente estaba ávida de ponerse un camiseta de Pujols o al menos tenerla como un recuerdo valioso pero no se pudo.

Pude apenas conseguir un t-shirt talla M para mi esposa, ferviente escogidista, esperanzado de que le sirviera, porque era el último que quedaba. Tuve suerte. Pregunté al encargado cuantos jerseys de Pujols habían puesto a la venta y me respondió “yo no sé hermano, pero muchas”.

Posteriormente me dirigí a la entrada del Estadio ya a eso del cuarto episodio y me sorprendió ver gente todavía haciendo fila para acceder al juego. Algunos fanáticos discutían con los agentes de seguridad ya que los revendedores (mercado negro como es llamado en República Dominicana) pudieron engañar a algunos incautos vendiéndoles entradas para juegos de Licey y Escogido de diciembre. Lamentablemente no se fijaron en las fechas y no le permitieron entrar al Quisqueya.

Volviendo al juego todos esperaban con ansias el primer imparable de Pujols en la pelota dominicana y como si fuera un guión de una película, le llegó el turno al tres veces Jugador Más Valioso de la Liga Nacional de ser el héroe en entradas extras y el resto es historia.

Después del partido Pujols declaró en rueda de prensa sentirse “contento” de haber vivido “el día que siempre había estado soñando” y lo terminó con una atípica celebración en el clubhouse, de esas que solo se viven en los camerinos de un estadio de pelota invernal.

Fue un día atípico y especial, gracias al debut de Albert Pujols en la República Dominicana, un debut que los fanáticos esperan vivir cuando el slugger vaya a cada uno de los estadios de todo el país como lo prometió.

La pelota dominicana es especial y cuando llegan estrellas de la talla de Pujols lo es mucho más aún. Ojalá que otras superestrellas se inspiren a regalar momentos como este a la tierra que los vio nacer y/o crecer.