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Mariano Rivera se sincera en Guatemala: "No fue fácil hacer 19 años de carrera con los Yankees"

El panameño que se convirtió en leyenda de los Yankees e ingresó al Salón de la Fama, visita Guatemala para buscar apoyar la educación de niños y jóvenes

CIUDAD DE GUATEMALA – Cinco títulos de Serie Mundial, 19 años de carrera con los Yankees de Nueva York y el ingreso al Salón de la Fama, es parte del legado que dejó el expelotero panameño Mariano Rivera, quién se encuentra de visita en Guatemala con el objetivo de buscar apoyar a la niñez y juventud guatemalteca con programas educativos entre la Fundación Mariano Rivera y la Fundación Carlos F. Novella.

A sus 52 años, Mariano Rivera compartió en Guatemala sobre las experiencias que vivió en Grandes Ligas y las barreras que debió superar en su carrera para convertirse en un referente del béisbol profesional. Estableció el récord de 652 juegos salvados, fue 13 veces parte del Juego de las Estrellas y fue reconocido como el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial en 1999.

No fue fácil hacer los 19 años de carrera con los Yankees, hubo muchos sacrificios. El principio en liga menores fue bastante difícil y tuve que enfrentar la barrera del inglés. Era la primera vez que salía de mi país, la primera vez que montaba un avión, así que fueron obstáculos que tuve que superar y Dios me dio la fuerza para mantenerme firme y positivo, ya que nunca había salido y no sabía lo que había del otro lado de Panamá. Fue difícil, pero no imposible”, fueron las primeras declaraciones de Mariano Rivera.

El Puerto Caimito en Panamá, fue el pueblo que lo vio crecer y donde comenzó a jugar béisbol, sin imaginar la carrera profesional que le esperaba. “Desde los seis años empecé en el béisbol y no teníamos lo suficiente para conseguir un guante, un bate y menos para una pelota. Lo inventábamos y siempre estábamos jugando el deporte. No teníamos lo original, pero éramos creativos y lo hacíamos único”.

En 1990 firmó su contrato que lo ligó a los Yankees tras ser observado por Herb Raybourn en Panamá. “No tenía ninguna idea, ni magnitud de lo grande que eran los Yankees. No tenía conocimiento del beisbol profesional para hacer una carrera, pero simplemente Dios me abrió las puertas y tuve la oportunidad de tomar la prueba con los Yankees y me firmaron”, recordó Mariano Rivera.

Al trasladarse a Estados Unidos, Mariano Rivera tuvo que afrontar el primer obstáculo: el idioma inglés. “No hablaba inglés, así que había una barrera grandísima para mí. A veces me acostaba llorando no por el juego, sino porque no podía comunicarme y no entendía lo que me estaban hablando y estaba frustrado, hasta que decidí aprender inglés y unos meses después ya podía comunicarme con el entrenador. Ese punto, fue el despegue de mi carrera”, afirmó.

Respecto a los momentos importantes que marcaron su carrera como lanzador de lo Yankees, Mariano Rivera resaltó: “Recibir una derrota en mi primer partido me ayudó a darme mayor fuerza y motivarme para salir adelante. Para mí, lucir la camiseta de los Yankees fue suficiente. Entender quienes son los Yankees, de donde había salido y de donde Dios me sacó para llegar a Nueva York y jugar con el mejor equipo que hay en Grandes Ligas. Formar parte de ellos, para mí es algo especial. Más que cualquier juego, fue representar todo el tiempo con orgullo a los Yankees sabiendo que era un latino”.

Fundación Mariano Rivera

Desde 1998, Mariano Rivera junto a su esposa Clara, decidieron crear la Fundación Mariano Rivera con el objetivo de apoyar a niños y jóvenes con su educación para un futuro mejor. “La fundación Mariano Rivera se dedica 100% a la educación porque es la formación de cada joven para llegar a tener un mejor futuro. Por eso, mi esposa y yo tenemos esta pasión por los jóvenes, porque son el futuro y es importante ayudarlos”, indicó Rivera.

Por ello, visita Guatemala para trabajar en conjunto con la Fundación Carlos F. Novella y establecer una alianza para ayudar a niños y jóvenes con su educación, deporte y tecnología. A través de becas universitarias, programas de tutorías y aprendizaje especial, los estudiantes beneficiados se preparan para la universidad y para trabajar.

El consejo para los jóvenes es que se atrevan y den el 100% de ellos porque no se puede ver para atrás, hay que seguir adelante porque los sueños están para alcanzarse. Yo era un soñador y creo que poniendo la confianza en Dios y utilizando las herramientas, uno puede triunfar. Mi consejo es que sigan los sueños porque Dios te dará la oportunidad”, puntualizó Mariano Rivera.