Se cumplen 68 años del debut de “El Orégano”, el primer dominicano en jugar para un conjunto de Grandes Ligas en la historia.
“Tenemos Salón de la Fama, Jugadores Más Valiosos, ganadores del Cy Young, Novatos del Año, Dirigentes del Año, gerentes y árbitros, pero ninguno de ellos tiene lo que yo, el número uno”. Estas han sido las palabras, en repetidas ocasiones, del inmortal, Osvaldo “El Orégano” Virgil y la razón por siempre le acompañara cada vez que las repita.
Un día como hoy, pero del año 1956, Osvaldo Virgil se uniformaría para los New York Giants y en el proceso se convertiría en el primer dominicano en la historia en jugar para un club de Grandes Ligas. Virgil solo disputó tres juegos en dicho año, pero gracias a su labor, el béisbol profesional de los Estados Unidos puso los ojos en el República Dominicana por primera vez y su influencia sería vital para que más de 900 dominicanos cumplieran el sueño de jugar para MLB.
Sin Virgil no hay Juan Marichal, no hay Pedro Martínez, no hay Vladimir Guerrero, no hay David Ortiz o Adrián Beltré, los cinco miembros del Salón de la Fama de Cooperstown con los que cuenta el país en estos momentos. Sin su influencia no pudiésemos disfrutar de lo que hacen las jóvenes estrellas como Juan Soto, José Ramírez o Vladimir Guerrero Jr., porque todo empezó con el sabor dominicano que el nativo de Monte Cristi le puso al béisbol de Grandes Ligas.
Es importante destacar que no se trata de los números, la carrera de Grandes Ligas de Virgil, aunque de nueve años, no tiene enormes estadísticas. De lo que se trata es que, gracias a su llegada, las puertas fueron derribadas para que el talento dominicano fuera apreciado y valorado en MLB, por lo que entre su debut y 1963, tan solo siete años desde que llegara, otros nueve dominicanos fueron contratados en la “Gran Carpa”, entre los que se incluyen algunos de los nombres más importantes de la pelota dominicana.
"Siempre me he sentido agradecido y dichoso por haber sido escogido por Dios para abrir las puertas de mis compatriotas en las Grandes Ligas, tomando en cuenta que cientos de otros mejores que yo no recibieron esa oportunidad", indicó el legendario pelotero a ESPN hace 18 años. Jugando todas las posiciones, menos de lanzador, Virgil bateó .231 con 14 jonrones y 73 carreras remolcadas en nueve temporadas con Nueva York, Detroit, Kansas City, Baltimore, Pittsburgh y San Francisco.
"Todavía hoy puedo recordar cómo la sangre corría aceleradamente por mis venas y la adrenalina casi me ahoga el primer día que jugué en las Grandes Ligas", agregó Virgil en conversación con Enrique Rojas de ESPN, durante el 50 aniversario de su llegada a MLB.
El 23 de septiembre de 1956 será para siempre una fecha que marcará la historia del béisbol de Grandes Ligas y todo empezó con un hombre, aquel que empezó a jugar profesionalmente en República Dominicana durante 1955 y tan solo cuatro años después, debutó en MLB.
Mientras el país se aproxima a mil debuts históricos en Grandes Ligas, cada día se hace más correcto decir que no habría República Dominicana en MLB sin mencionar el nombre de Osvaldo “El Orégano” Virgil, por siempre el número uno.