SAN FRANCISCO - El cerrador de los San Francisco Giants Santiago Casilla tenía una cuenta pendiente con el tercera base de los Diamondbacks de Arizona Jake Lamb.
Fue por ello que cuando el dirigente Bruce Bochy no le permitió enfrentarse a Lamb la semana pasada, la emoción del momento traicionó a Casilla.
Todo comenzó cuando el juvenil antesalista le arruinó la fiesta al taponero dominicano el pasado 18 de abril, cuando estaba buscando su cuarto salvamento de la temporada y el número 100 de su carrera en Grandes Ligas.
Tras obtener fácilmente los primeros dos outs en el noveno inning contra los Diamondbacks protegiendo una ventaja de una carrera, Casilla se topó con Lamb. En conteo de 2-2, el derecho falló una recta de dos costuras de 94 mph que Lamb depositó en el jardín derecho para empatar el juego 7-7. El partido se fue a extra innings y terminó en una victoria 9-7 para Arizona.
"Yo lo enfrenté a él; tenía dos outs, dos strikes y me la sacó. Me dolió porque iba a ser el salvamento número 100 aquí para mí", admitió Casilla a ESPN Digital. "En mi carrera nunca iba a sentir un jonrón así con tanto dolor. Con dos outs y dos strikes, era para yo poncharlo. Entonces me sentí muy mal".
Fue el segundo de los tres salvamentos arruinados por el dominicano en lo que va temporada.
Casilla se volvió a topar con Lamb el 12 de mayo, con Arizona amenazando en la novena entrada. El taponero ponchó a su primer bateador, pero luego le permitió un doble al emergente Phil Gosselin y un sencillo a su compatriota Jean Segura para colocar hombres en primera y tercera base.
Logró ponchar a Brandon Drury, pero un boleto a Paul Goldschmidt llenó las bases. En cuanto Bochy vio que Casilla iba a medirse a Lamb con bases llenas y dos outs, decidió relevarlo por el zurdo Javier López. El puertorriqueño fue el que terminó registrando el salvamento al obtener un rodado por tierra para el tercer out en la victoria 4-2 de los Gigantes.
Casilla se mostró sumamente molesto con Bochy, y no sólo le entregó la pelota de mala manera al abandonar la lomita, al concluir el partido incluso dijo a la prensa que "el dirigente no tiene fe en mí" y "no me vengas a quitar la pelota sin decirme nada; no es un niño, es un hombre en el montículo".
Pero Casilla de inmediato reconoció su error, disculpándose profusamente con su dirigente.
"Fui a Arizona con [Lamb] en la mente. Cuando tenía bases llenas con dos outs dije 'bueno este es el momento mío ahora de yo demostrarle a él que tiene una deuda que tiene que pagar'. Entonces cuando el manager entra y me saca, la emoción que tenía con el bateador entonces la tomé de la manera equivocada", admitió."Nunca había hecho eso, pero quería pitcharle a él. Quería enfrentarlo porque tengo un corazón que me gusta competir y nunca digo que no. La emoción me traicionó un poco ahí porque entonces le falté el respeto al manager".
No obstante, Casilla explicó que después de pedirle disculpas a Bochy todo el incidente quedó atrás y ahora incluso tienen una relación más cercana.
"Sentí que le falté respeto a él, no solamente en el ámbito de la pelota, pero también como persona porque fue en público. Él es una persona que también merece respeto. Le falté el respeto y le pedí disculpas", dijo el relevista de 35 años, que desde entonces ha acumulado una marca perfecta de cinco salvamentos en cinco oportunidades.
"Aparte de eso, aquí nosotros somos empleados y él es el jefe. Cuando el jefe manda, el empleado tiene que obedecer, aunque no quiera", continuó. "Él es un manager que siempre trabaja con instinto. Si él siente traer a un pitcher en esa posición, lo trae. Le ha dado resultado, porque él tiene tres anillos y va a ser Salón de la Fama también".
"Él y yo estamos bien. Ahora estamos más cerca; hablo más con él", añadió Casilla. "Él es tremenda persona. Son cosas de juego, que algunas veces ni uno mismo lo entiende. El juego le cambia mucho la emoción a uno, pero está todo bien".