MIAMI -- El trabajo duro y la perseverancia finalmente le rindieron frutos al puertorriqueño Edwin Ríos.
Con 25 años, Ríos es una de las más recientes estrellas ascendentes de la inagotable fuente de peloteros de Los Angeles Dodgers.
Escogido en la sexta ronda de la selección amateur del 2015, cuando jugaba en Miami para la Universidad Internacional de la Florida (FIU), fue llamado a fines de junio pasado, después de descoser la pelota en AAA.
Ahora llega al sur de la Florida desde la acera de enfrente, a hacer daño con su bate a los Miami Marlins, frente a los cuales consiguió este miércoles sus dos primeros jonrones en Grandes Ligas.
“Ahora mismo estoy sin palabras, es una experiencia y un sentimiento increíble. Estoy muy contento. Ahora en este momento
estoy lleno de emoción y muy feliz de estar aquí”, manifestó el boricua, quien en sus primeros 26 turnos suma nueve imparables, para average de .346, con cinco extrabases, dos dobles, un triple y el par de jonrones del miércoles.
Sin embargo, su tránsito por las Menores no fue un camino de rosas, pues muchos insistían en señalar sólo sus defectos, sin reparar en sus virtudes.
“Siempre traté de trabajar duro, de no prestarle atención a las cosas que la gente decía. Siempre me enfoqué en empujar duro hacia adelante y con el favor de Dios hoy puedo estar aquí”, contó Ríos, quien en el 2016 se llevó el premio Branch Rickey que los Dodgers conceden a su mejor jugador del año en Ligas Menores, a pesar de que entonces en las granjas, la franquicia tenía a prospectos como Cody Bellinger y Alex Verdugo.
El 27 de junio finalmente hizo su debut en las Mayores, tras recibir la llamada que ansía todo pelotero.
“Fue una sensación diferente a lo que esperaba. Yo pensaba que el día en que me subieran iba a llorar, pero no fue hasta que me paré en el home para mi primer turno en que salieron todas las emociones. Fue algo increíble”, rememora el puertorriqueño, nacido en Caguas el 21 de abril de 1994.
Ríos es el decimosexto pelotero salido del programa de F.I.U. en llegar a las Grandes Ligas, cuyo máximo exponente es el también boricua Mike Lowell. También es el jugador número 267 nacido en la Isla del Encanto en debutar en las Mayores.
“Para mí es un orgullo. Quiero seguir echando para adelante poniendo en alto el nombre de FIU y de Puerto Rico”.
El novato ha visto acción hasta ahora en 14 partidos, en los que ha conseguido un promedio de embasamiento de .485, un slugging de .731 y un OPS de 1.216.
En un equipo plagado de tantas estrellas y con una filosofía de mover constantemente a las figuras, su tiempo de juego no ha sido todo el que quizás merece.
“Bueno, yo trato de no pegarle mucha atención a eso, porque obviamente, uno quiere estar aquí arriba todo el tiempo, pero uno tiene que seguir trabajando día a día y controlar lo que uno puede. Cuando te den la oportunidad hay que aprovecharla y hacer lo que uno pueda para seguir adelante”, concluyó el boricua, cuya posición natural es la antesala, pero que ha defendido la primera base en seis ocasiones.