La pandemia del coronavirus ha colocado en pausa indefinida no sólo la temporada 2020 del béisbol de Grandes Ligas, sino también las conversaciones de extensión de contrato entre el estelar campocorto puertorriqueño Javier Báez y los Chicago Cubs
Báez le dijo a ESPN que los Cubs y sus representantes tuvieron lo que calificó como múltiples conversaciones "muy buenas" sobre una posible extensión de contrato a largo plazo durante la primavera, pero no hubo presión para acordar algo en un plazo determinado.
"Obviamente, uno quiere llegar a un acuerdo. Todo está en pausa, igual que el béisbol; decidimos dejarlo ahí. No hemos hablado nada más", dijo Báez en una videollamada con ESPN desde el municipio de Toa Baja en Puerto Rico, donde formó parte de un esfuerzo de donativo de comida caliente a cerca de 500 familias necesitadas junto al lanzador de los Minnesota Twins, José Berríos.
"Yo estoy contento con Chicago. Yo creo es una de las mejores organizaciones de Grandes Ligas. Tuvimos varias conversaciones, pero nunca estuvo ese deadline (fecha límite). Estábamos hablando amigablemente y comunicándonos".
Báez, la novena selección general de los Cubs durante el draft amateur en 2011, preferiría permanecer con la misma franquicia durante toda su carrera, pero comprende lo raro que es lograr eso en el béisbol de hoy en día.
"Es una bendición cuando un pelotero siempre usa el mismo uniforme, pero se puede ver de la manera de que esto es un negocio", destacó. "Yo siento lealtad de crecer con un equipo; tener tu carrera con el mismo equipo. Es algo especial. No te estoy diciendo que es lo mejor, porque hay muchos grandes jugadores que han corrido por muchísimos equipos. Mi jugador favorito, Manny Ramírez, ha estado ¿en cuántos equipos?, y siempre fue él mismo. Todo el mundo lo reconoce porque estuvo en Boston, pero cuando se fue de Boston, Manny siempre fue Manny. Así es que yo voy a ser".
Báez, quien está bajo el control del equipo hasta 2021, está entrando en su temporada de 27 años como la pieza central de la ofensiva y el cuadro interior de los Cubs. Báez ha registrado 11.8 victorias por encima de reemplazo (WAR, por sus siglas en inglés) en los últimos dos años, la cuarta mayor suma para cualquier bateador de la Liga Nacional en ese período. Registró un WAR de 6.0 en 2019, el mejor de su carrera.
El puertorriqueño jugó la posición de campocorto a tiempo completo por primera vez en 2019, con 128 de sus 131 aperturas en la posición; la primera temporada donde tituló en 100 o partidos o más en una sola posición en sus seis años de carrera. Sus 26 carreras defensivas salvadas desde el campocorto fueron efectivas para empatar en la mayor cantidad de todo Grandes Ligas.
Campamento en Puerto Rico
Báez ha estado entrenando en su casa en Puerto Rico. La isla caribeña ha estado completamente clausurada durante la pandemia del coronavirus, por lo tanto, sus entrenamientos se han limitado a su finca y a entrenar con su concuñado, Berríos, en un parque vecino. Báez y Berríos asistieron a la misma escuela secundaria en Puerto Rico, y están casados con hermanas.
"La mayoría de lo que he estado haciendo es bateando en el cage en mi finca. Cuando vamos al parque bateo contra Berríos, y en lo que él se calienta cogemos roletas antes de que tomemos práctica de bateo", dijo Báez, bromeando de que todavía no ha podido conectarle un hit al abridor de los Twins, a quien enfrentó dos veces en el Juego de Estrellas.
"Obviamente no es fácil batearle al primo. No tengo ni un hit. ¡Ni uno! Me tumba el bate también", agregó. "Pero a mí lo que me gusta es competir. Las dos veces lo he puesto a sudar, que es lo importante. No me ha ponchado. Le dije que era ponche o jonrón la próxima, si no, no vale. Veremos a ver si un día de estos nos enfrentamos durante la liga cuando realmente cuente".
Báez admitió que ha sido difícil para él mantenerse enfocado durante este paréntesis por la pandemia, particularmente en cuanto a lidiar con la incertidumbre del inicio de la temporada y la posibilidad de arrancar jugando en un Wrigley Field vacío.
No obstante, pasar tiempo con su pequeño hijo, nacido en junio del año pasado, entrenar con Berríos y hacer obras de caridad en Puerto Rico le ha dado un sentido de propósito a Báez.
"Somos de aquí. Me pongo en la situación, como si yo fuera un niño de seis, siete años, yo estaría aquí haciendo la fila para buscar comida. Veo mi reflejo en estos niños. Cuando nos ven a nosotros se emocionan, y yo también me emociono por dentro", admitió Báez.
"Lo que me está desesperando es que no sé cuándo tengo que entrenar. No sé cuándo me voy. No sé cuándo me van a dar esa llamada, si mañana o la semana que viene o lo que sea. Es difícil mantenernos ready", continuó. "No sé cómo va a ser la temporada. Va a ser muy diferente y bien raro (comenzar a jugar) sin el bullicio de los fanáticos. El béisbol va a ser diferente este año. No es lo mismo tú batear y salir corriendo y tirarte de pecho en segunda. Cuando yo me paro en el círculo de espera cojo varios segundos para mirar al público. No voy a tener ese 'feeling'. Con todo esto va a ser bien diferente. Pero tenemos que jugar, no hay más opción".