Los letreros lucen familiares. Y, bueno, en realidad eso es todo. Pero, vamos, es mejor que no tener nada. O, para ser más preciso en el caso de los Toronto Blue Jays, es mejor que ver su nombre en la parte inferior de la pizarra en un estadio visitante para un juego que de local solo tendría el nombre.
Los nómadas del béisbol caminarán la noche del martes hacia el interior del Sahlen Field de Buffalo, Nueva York para ser el equipo anfitrión por primera vez en 2020. El gobierno canadiense no le permitió a los Blue Jays albergar juegos en el Rogers Centre de Toronto, por temor a los entes externos a la ciudad en medio de la pandemia. Pittsburgh se ofreció a dejar que los Blue Jays jugaran en el PNC Park, mientras los Pirates estaban de gira, pero el gobernador de Pensilvania Tom Wolf no dio el visto bueno.
Eso dejó cómo única opción a Buffalo, que recibió por última vez un juego de temporada regular de Grandes Ligas en 1915, cuando los Blues de Buffalo finalizaron en sexto lugar entre los ocho equipos de la Liga Federalista.
Para los Blue Jays, la espera no ha sido tan prolongada. Toronto pasó las primeras dos semanas de temporada en Tampa, Washington, Atlanta y Boston, mientras aguardaban a que se concluyeran los preparativos en el Sahlen Field, con capacidad para 16.600 asistentes (aunque la mayoría de los asientos estarán vacíos).
Sí, va a tomar tiempo acostumbrarse, sin importar el número de veces que vean el logotipo de los Blue Jays, ya sea en los lavamanos o las puertas del ascensor o en las casetas. En lugar del Marriott ubicado sobre la barda del jardín derecho y central, contarán con Ellicott Square --que sirvió de fondo para todas las escenas de hotel en el filme clásico de 1984 “The Natural” -- del otro lado de la calle.
“No hemos jugado en Buffalo, así que aún se siente como una gira”, dijo el manager de los Blue Jay, Charlie Montoyo, cuyo equipo tiene marca de 5-8 luego de recorrer la costa este de arriba a abajo. “Pero luego del primer par de partidos, entonces se convertirá en nuestro estadio”.
Un estadio, por cierto, que no fue donde Roy Hobbs --interpretado por Robert Redford-- bateó su cuadrangular hacia el alumbrado en la escena climática de “The Natural”. Esa escena se filmó en el War Memorial Coliseum, que dio paso al Sahlen Field a finales de la década de 1980.