New York Yankees no ha podido encontrar un jugador que les ofrezca un verdadero balance entre ofensiva y defensiva para ocupar la receptoría, por lo que el dirigente Aaron Boone se encuentra en un predicamento a la hora de elegir a su cátcher para el futuro inmediato
Un viejo adagio señala que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Por años, New York Yankees contó con uno de los receptores más confiables y seguros de las Grandes Ligas, Jorge Posada. La última temporada del boricua fue en 2011 y desde entonces, el equipo no ha podido tener detrás del plato a una figura que represente seguridad en todos los aspectos, desde el defensivo, hasta el ofensivo, de manera consistente.
En 2015 llegó a la MLB el dominicano Gary Sánchez, quienes muchos inmediatamente vieron como el sucesor del puertorriqueño. El impacto del receptor fue prácticamente automático, quedando en segundo lugar en la votación de Novato de Año en 2016 (temporada en la que fue elegible para el galardón); todos creían que los Yankees tenían a su cátcher del futuro.
2017 afianzó aún más la creencia de que el jugador sería quien por los próximos años se encargaría de manera indiscutible de la receptoría, pero año a año, la defensa del dominicano se fue deteriorando y del mismo modo, las lesiones se fueron presentando. De forma adicional, la ofensiva de Sánchez empezó a declinar, tendencia que se mantuvo hasta la temporada recortada de 2020, el peor año del receptor en las Grandes Ligas.
Sánchez tiene un promedio de bateo de .265, acompañado de un porcentaje de embasarse (OBP) de .471 y de un slugging (SLG) de .502, buenos para un OPS de .823. Sin embargo, solamente ha podido jugar cien partidos en dos temporadas (2017 y 2019) debido al cúmulo de lesiones.
En 2020, Sánchez fue enviado a la banca por otros dos receptores, Kyle Higashioka y Erik Kratz, siendo ambos, mejores alternativas defensivas que el dominicano. Incluso, Higashioka se convirtió en el receptor personal para Gerrit Cole, dados los pobres resultados del as de la rotación cuando Sánchez estaba en el plato. Por desgracia, este receptor tiene un promedio de bateo de por vida de .196, junto a un OPS de .649.
Esto trajo roces entre la gerencia del equipo y el jugador, quien en una entrevista para ESPN dijo desconocer los motivos que llevaron al equipo a colocarlo en la banca, lo que recibió una fuerte respuesta por parte de Brian Cashman, en la que indicó que no debía de extrañar que el bajo rendimiento de un jugador lleve al equipo a colocarlo en la banca.
Para 2021, los Yankees solo tienen a Sánchez y a Higashioka listados como receptores, por el momento. Uno implica poder ofensivo, el otro defensa, pero ninguno de los dos es un cátcher que pueda dar estabilidad a ambos lados de la pelota.
De continuar la tendencia, es muy problema que la receptoría le cueste partidos a los Yankees y en el peor de los casos, podría costarles la división o hasta la clasificación a la postemporada (por primera vez desde el 2008).