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MLB: De bullpens que le hacen el trabajo a rotaciones millonarias

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Shohei Ohtani como amuleto y un Dave Roberts infalible, las claves de Dodgers (2:11)

La novena angelina regresó al Clásico de Otoño con el aporte de su adquisición mas importante y un piloto al que no se le pueden regatear las decisiones que ha tomado en la Postemporada. (2:11)

En la actualidad, los managers echan mano de los juegos de relevistas ante los huecos que hay en sus rotaciones, un caso particular en 2024, el de Dodgers


¿Tiene sentido hacer un gasto multimillonario en un pitcher abridor que después no será utilizado para lo que fue contratado?

La respuesta parece obvia, sin embargo, la pregunta está rodeada de distintas circunstancias y variables, dos de las más recurrentes, las lesiones o un rendimiento deficiente. Ningún manager en el beisbol de Grandes Ligas o cualquier otro circuito quiere enfentar este escenario que cada vez, parece, es más recurrente. En la actualidad, los pilotos echan mano de los juegos de relevistas ante los huecos que hay en sus rotaciones, un caso particular en 2024, el de Los Angeles Dodgers, flamante campeón de la Liga Nacional.

Si bien hay una inversión millonaria en brazos abridores, las lesiones y la propia estrategia cambian muchas veces el plan de vuelo de una temporada y postemporada. Tanto es así que hoy, el equipo que firmó el mejor récord en las Grandes Ligas, Los Ángeles Dodgers (98-64), ha tenido que recurrir hasta tres veces en lo que va de los playoffs a juegos de bullpen.

Dave Roberts ha fincado su rotación abridora en tres pitchers: Jack Flaherty, Walker Buehler y el japonés Yoshinobu Yamamoto, brazo firmado por 12 temporadas y 325 millones de dólares. Entre los tres han sumado 36.2 innings de labor, dejando el resto del trabajo al staff de relevistas, que, además, ha tenido que completar la cuarta posición en la rotación, puesto que no hay brazos disponibles para tal función.

Los abridores de Dodgers lesionados que actuaron de manera parcial o simplemente no tuvieron actividad en 2024 son el as Clayton Kershaw, ganador de tres premios Cy Young y muy seguramente futuro integrante de Cooperstown; Gavin Stone, Tyler Glasnow, Dustin May, Tony Gonsolin y el novato Emmet Sheehan, todos integrantes en algún momento de la rotación californiana, además de otros brazos importantes del relevo como Joe Kelly y Brusdar Graterol.

¿Cómo se traduce esto en dinero? Kershaw, firmado por 5 millones de dólares esta temporada; Stone, por este año y 743 mil dólares; May, contratado por 2.14 mdd por la reciente campaña; Gonsolin, en su segundo y último año de contrato en 2024 por 6.65 millones de dólares, es decir, en 2024 cobrará 3.325 millones de dólares; y Steehan, 750 mil dólares en este año. Es decir, 11.9 millones de dólares que no se utilizaron para lo que fueron desembolsados.

Los Dodgers usaron a su bullpen desde el inicio del Juego 4 de la Serie Divisional en contra de San Diego Padres y les funcionó al firmar una victoria por 8-0. El equipo de Los Ángeles empató la serie a dos juegos por novena con una sólida actuación de su cuerpo de relevistas: Ryan Brasier trabajó 1.1 innings en blanco, con un ponche; el zurdo Anthony Banda trabajó dos tercios con pelota de un hit, una base por bolas y un ponche; Michael Kopech lanzó un rollo completo de un hit y un ponche. Alex Vesia tiró 1.2 innings con un hit, un pasaporte y dos chocolates. Evan Phillips lució en 1.1 IP en blanco. Daniel Hudson cumplió con un episodio completo en que aceptó un hit a cambio de un ponche, Blake Treinen transitó un rollo con dos hits y un ponche. Finalmente Landon Knack rubricó un rollo con un hit y un ponche.

En el Juego 2 de la Serie de Campeonato de la Nacional, ante los Mets, la historia fue distinta. Los Mets atacaron temprano con una carrera en la primera entrada, con un jonrón solitario de Francisco Lindor para alzar el telón del encuentro en Dodger Stadium y luego armaron un racimo jugoso de cinco anotaciones en el segundo rollo para prácticamente sellar la victoria. De igual manera que en el Juego 4 de la Serie Divisional ante Padres, Dave Roberts le dio la pelota a Brasier, sin embargo, esta vez fue raspado por Lindor; mientras que Knack, segundo relevista, fue maltratado con cinco carreras, todas limpias, cinco hits, incluido un jonrón –un grand slam de Mark Vientos– en dos rollos de trabajo. Vinieron a continuación Banda, Brent Honeywell Jr., quien de alguna manera ayudó con tres rollos de labor en blanco, y Edgardo Henríquez, quien aceptó una carrera en dos capítulos.

En el Juego 6 de la Serie de Campeonato, Roberts recurrió de nuevo a su bullpen. Kopech abrió y aceptó una carrera en un rollo, Casparius trabajó 1.1 entradas en blanco, con dos hits y una base por bolas; siguió el zurdo Banda, con labor de 1.1 rollos y pelota de una carrera, un hit y dos ponches; Brasier transitó 1.1 innings con dos hits una carrera y un chocolate; Phillips, otro rollo, de un hit y dos pasaportes sin permitir carrera; Daniel Hudson tiró un rollo más en que admitió una anotación y finalmente Treinen se apuntó su tercer salvamento en la postemporada con dos episodios en que aceptó dos hits, una carrera y ponchó a cuatro hombres.

En un frente distinto y con argumentos de menos pesos, otro club que echó mano de su bullpen de forma premeditada en la postemporada fue Detroit Tigers. El manager A.J. Hinch se ciñó a la teoría del 'Caos del pitcheo' y los felinos tuvieron prácticamente un solo abridor consolidado, Tarik Skubal, aspirante al Cy Young en la Liga Americana.

Si bien Reese Olson y el venezolano Keider Montero fueron abridores durante la temporada y playoffs, un Tyler Holton que sólo abrió 9 de sus 66 salidas en la campaña regular, fue quien tuvo la pelota dos veces en la postemporada para iniciar juegos por la franquicia para activar después el botón del carrusel de relevistas.

Ya sea con un diseño de equipo como el de Detroit, con una nómina discreta, o el de Dodgers que este año han invertido 266 millones de dólares, la pregunta es si el beisbol moderno ya no exige tener una rotación abridora bien definida, pues entre las lesiones y la estrategia, la propuesta para encarar una serie corta de postemporada puede estar fuera de lo que todo mundo ha acostumbrado en la historia del beisbol.

Atrás quedaron los Baltimore Orioles de 1966, que con sólo cuatro lanzadores, Moe Drabowsky, Jim Palmer, Wally Bunker y Dave McNally terminaron por barrer a los propios Dodgers y concretaron 33.0 innings consecutivos en blanco en ese Clásico de Otoño, récord que, por cierto, empataron los californianos en 2024, con la diferencia de que lo hicieron con 11 diferentes brazos.

Por lo pronto, los Dodgers encararán una Serie Mundial ante los New York Yankees por decimosegunda ocasión en la historia y lo harán con una rotación de tres hombres y un bullpen dispuesto a darle a Roberts el oxígeno necesario en la búsqueda de su octavo título.