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Ichiro Suzuki, a las puertas de la inmortalidad del beisbol

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Ichiro Suzuki, el pionero de los peloteros japoneses (3:21)

Enrique Roja hace un repaso del legado del primer asiático en el Salón de la Fama del beisbol. (3:21)

El Salón de la Fama del Beisbol recibe a sus nuevos inmortales, con el gran Ichiro Suzuki al frente de la promoción 2025


El Salón de la Fama del Béisbol de Cooperstown abre, el domingo, las puertas a sus nuevos miembros; el jardinero Ichiro Suzuki y los lanzadores CC Sabathia y Billy Wagner, quienes fueron elegidos por la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA), y los fallecidos Dave Parker y Dick Allen, convocados mediante la votación de un comité especial de la 'Era Clásica' de la pelota, que comenzó en 1980.

En una promoción de muy buenos beisbolistas, hay uno que destaca, por mucho, por encima del resto. Con cinco pies y 11 pulgadas de estatura y 175 libras de peso, Suzuki ha sido, libra por libra, uno de los gigantes de la historia del béisbol mundial.

Uno que rompió con la teoría de que un bateador formado en el béisbol japonés, incluso si era una de los mejores de todos los tiempos, no tendría ninguna oportunidad contra el duro pitcheo de las Grandes Ligas (MLB) de Estados Unidos. Una hipótesis no demostrada que fue aceptada casi ciegamente, al punto de que fueron exclusivamente pitchers todos los nipones que accionaron en las Ligas Mayores (10, entre 1964 y 2000) antes que Suzuki.

A pesar de que no saltó de Japón a Estados Unidos hasta que ya era toda una leyenda en su país, 'Ichiro' (como se ha presentado a lo largo de su vida), bateó .311 con más de tres mil hits, más de 500 robos y más de 1,400 carreras anotadas y totalizó 60 WAR (versión Baseball Reference) en una carrera de 19 temporadas (17 completas) en MLB con los Seattle Mariners, New York Yankees y Miami Marlins.

Cuando estos números son colocados sin contexto no revelan con exactitud el tamaño de la carrera de Ichiro.

Con 27 años y 162 días de edad en su primer juego con Seattle (2 de abril del 2001), Suzuki ha sido el jugador más viejo que eventualmente alcanzó el Salón de la Fama en la Era de la Expansión (desde 1969), por más de dos años que los siguientes en la lista, los relevistas Mariano Rivera y Trevor Hoffman (25 años y 175 días) y casi tres sobre el próximo jugador de posición, su ex compañero de los Mariners y ahora colega en Cooperstown, el puertorriqueño Edgar Martínez (24 años y 253 días).

Ichiro irrumpió en la pelota occidental como un tsunami, ganando los premios de Jugador Más Valioso y Novato del Año de la Liga Americana, una hazaña sólo lograda por otro jugador, Fred Lynn, de los Boston Red Sox, en 1975. En su debut, fue campeón de bateo (.350), hits (242) y bases robadas (56), lo convocaron al Juego de Estrellas y ganó el Guante de Oro. Su 7.7 bWAR es el récord de MLB para un jugador de primer año.

Conquistó el título de bateo otra vez en 2004, cuando bateó .372 (el más alto que ha logrado un bateador en los últimos 25 años) y estableció la marca de hits en una temporada (262) para MLB y su récord personal de bWAR (9.2).

En sus primeros 10 años en MLB, Ichiro tuvo un porcentaje de bateo de .331, promedió 224 hits, 38 robos y 105 anotadas y en cada temporada acudió al Juego de Estrellas y ganó el Guante de Oro. Fue el Jugador Más Valioso del Juego de las Estrellas en 2007 en San Francisco, lideró la Liga Americana siete veces en hits y la misma cantidad en outs convertidos como jardinero.

Ichiro, quien pegó 575 extrabases (incluyendo 117 jonrones), recibió 181 bases por bolas intencionales en su carrera y lideró la Liga Americana tres veces en ese departamento. 'El Emperador del Swing' recibió más boletos intencionales que Alex Rodríguez, Jim Thome, Sammy Sosa, Mark McGwire, Harmon Killebrew, Rafael Palmeiro, Reggie Jackson, Mickey Mantle, Jimmy Foxx, Eddie Murray, Frank Thomas y Gary Sheffield, todos miembros del club de los 500 cuadrangulares.

Cuando se suman sus logros en la NPB de Japón, que es sin disputa considerada como la segunda mejor liga de béisbol profesional del mundo, Ichiro acumuló 4,367 hits, 708 bases robadas, 235 jonrones, nueve coronas de bateo y 108.9 WAR a lo largo de 28 temporadas.

Todo lo anterior, y mucho más, explica el por qué Ichiro fue anotado en 393 de las 394 papeletas que emitió la BBWAA para la votación del año pasado, quedando a un sufragio de igualar al relevista panameño Mariano Rivera, hasta ahora, el único miembro unánime en la historia del Salón de la Fama, y empatando al torpedero de los Yankees, Derek Jeter, quien también falló por un voto en 2020.

Respetuoso, dedicado, profesional, extraordinariamente atlético y talentoso, Ichiro Suzuki ha sido uno de los mejores peloteros de su generación y la mejor exportación de Japón a Estados Unidos hasta la llegada de Shohei Ohtani, el maravilloso jugador de dos vías que brilla actualmente con los Los Ángeles Dodgers y que con pasos firmes camina el sendero que le llevará a unirse al primero en Cooperstown en un futuro no muy lejano.