El lanzador deberá someterse a un proceso quirúrgico y no lanzará por los próximos meses, siendo una baja sensible para las aspiraciones de playoffs del combinado de Filadelfia.
Desde hace varios días, el estado de salud del lanzador de Philadelphia Phillies, Zack Wheeler, uno de los principales candidatos para el premio Cy Young de la Liga Nacional en 2025, ha estado sobre el tapete, luego de que el equipo anunciara la remoción de un coágulo sanguíneo de su hombro derecho y el posterior diagnóstico de que el pelotero sufre del síndrome del desfiladero torácico venoso, por el cual se le ha recomendado someterse a cirugía.
Los propios Phillies han indicado, a través de un comunicado de prensa, que el período de recuperación y rehabilitación se ubica entre seis y ocho meses, lo que pudiese poner en duda, incluso, que pueda iniciar la temporada 2026 con el equipo, dependiendo de cuándo se someta a cirugía y si el proceso posterior presenta cualquier tipo de retraso o complicación.
A los fines de comprender qué significa este diagnóstico para Wheeler y para los Phillies, ESPN Digital consultó con la doctora Julissa Severino Espaillat, quien es cirujana vascular en la República Dominicana.
“El síndrome del desfiladero torácico venoso es la compresión y trombosis de la vena axilosubclavia a su salida de la caja torácica y se conoce como trombosis de esfuerzo o síndrome de Paget-Schroetter; es el trastorno vascular más frecuente en atletas de competición. También, el síndrome se puede presentar solo con síntomas, llamado como obstrucción intermitente o síndrome de McCleery”, indicó Severino Espaillat a ESPN Digital, al tiempo de citar distintas fuentes que indican que el síndrome afecta a una de cada cien mil personas por año y que es más frecuente en hombres jóvenes, entre 25-40 años.
“Los síntomas más frecuentes, en especial en atletas que realicen actividades repetitivas por encima de la cabeza, como beisbolista, nadadores o que levanten pesas: son dolor, edema que va desde el hombro hasta la mano, con cianosis, pesadez, fatiga y congestión de venas subcutáneas”, agregó la experta médica.
Una vez detectado y diagnosticado el síndrome, a través de múltiples estudios, el tratamiento de este es uno que conlleva varias etapas.
“El tratamiento inicial debe ser anticoagulación y trombólisis, luego la descompresión quirúrgica (resección de la primera costilla junto con la extirpación o división del escaleno anterior, y la extirpación del músculo subclavio y la cicatriz perivenosa) y, de ser necesario, la angioplastia con balón”, apunta Severino Espaillat.
“El pronóstico para los pacientes con síndrome del desfiladero torácico venoso es bastante bueno tras la descompresión quirúrgica, y la mayoría de los atletas pueden recuperar su capacidad deportiva previa”, añadió la experta.
En MLB, este es un síndrome que se ha visto, principalmente, en lanzadores, y tras su regreso, los resultados han sido mixtos. Nombres como Josh Beckett, Matt Harvey y Stephen Strasburg se han visto afectados por la condición de salud y ninguno pudo volver a ser el mismo tipo de lanzador, especialmente Strasburg, quien no regresó a lanzar a MLB y anunció su retiro en 2023. Otros casos, como el de Merrill Kelly han sido de mayor éxito.
De acuerdo con fuentes consultadas por ESPN Digital, en los últimos 25 años, 22 jugadores se han tenido que someter a cirugía por este síndrome de los cuales, seis regresaron con limitaciones, seis padecieron de otros componentes físicos que dificultaron su regreso, cinco optaron por el retiro y otros cinco tuvieron un regreso exitoso y prolongaron sus carreras.
Queda esperar para ver si Wheeler, quien estaba en medio de una campaña extraordinaria con los Phillies, podrá regresar al montículo siendo tan dominante como antes de la cirugía o si se unirá a los casos de grandes lanzadores que no pudieron reestablecerse tras volver del síndrome.
Este artículo fue hecho con información provista por la doctora Julissa Severino Espaillat, médico-cirujano vascular de la República Dominicana. La doctora Severino Espaillat lleva su práctica profesional en la Clínica Corazones Unidos y en el Centro Médico de Diabetes, Obesidad y Especialidades (CEMDOE), en la capital dominicana.
