Curtis Granderson tiene 36 años de edad y es lo suficientemente consciente a fin de entender dónde termina el lado divertido del béisbol y dónde comienza el aspecto de negocios. Ha jugado con ambas franquicias de la ciudad de Nueva York, se ha convertido en una voz importante dentro del Sindicato de Peloteros, firmó un contrato con los Mets por $60 millones como agente libre y ha cambiado de uniforme mediante cambios en par de oportunidades. Ya prácticamente no hay nada que lo sorprenda a este punto de su carrera.
No obstante, Dodgers de Los Ángeles encontraron una manera de sacudir su mundo hace una semana atrás. Tras una derrota ante los Marlins de Miami en el Citi Field, los Mets concluyeron los detalles de una negociación que envió a Granderson a los Dodgers por un pelotero a ser nombrado posteriormente. En un breve y caótico momento, Granderson pasó de jugar condenado al sótano en Nueva York a estar en los jardines en un equipo que los apostadores han designado como claros favoritos para ganar la Serie Mundial.
"En cualquier ocasión que te cambian, la primera pregunta que te cruza la mente es: "¿por qué me cambiaron?'", dice Granderson. "Pero luego piensas, 'Eso significa que alguien realmente te quiere'. El hecho que este equipo se encontraba en el tope de la lista de (los clubes) que me querían es muy emocionante. Sienten que puedo venir y ayudarles, y eso es lo que estoy tratando de hacer".
Los Dodgers pudieron haber justificado fácilmente el abstenerse de hacer transacciones importantes al acercarse la conclusión de la temporada. Con una victoria 5-2 sobre Pittsburgh el jueves, se convirtieron en el duodécimo equipo en la historia de las Grandes Ligas en llegar a 90 victorias al participar en su encuentro 126 de la campaña. Son líderes en el Oeste de la Liga Nacional por 21 juegos por encima de Arizona, dueños del segundo lugar, tienen un monstruoso diferencial de carreras de plus-223, y tienen el mejor registro de una novena del Viejo Circuito tras 126 partidos celebrados desde que Stan Musial y los Cardenales de San Luis asaltaron la Liga con récord de 92-34 desde el comienzo de la temporada 1944.
En medio de la monotonía generada por tantos triunfos, el presidente de operaciones de béisbol Andrew Friedman y su grupo se han mantenido activos buscando refinar la maquinaria para la postemporada. Los Dodgers agregaron a Yu Darvish a la rotación y a los relevistas zurdos Tony Watson y Tony Cingrani al bullpen durante la fecha tope de hacer cambios sin pasar por waivers del 31 de julio, además de fortalecer su alineación ofensiva con una dosis doble de iniciativa y paciencia en agosto.
Mientras Granderson se unía a los Dodgers, el equipo activaba a Adrián González de la lista de incapacitados de 60 días y le dieron opción a Joc Pederson, siendo descendido al Oklahoma City en Triple-A para una especie de curso de refrescamiento. González había estado fuera desde el 12 de junio por una hernia discal en su espalda.
"En cada ocasión que se puede conseguir gente así para agregar a tu alineación, es un gran plus", dice el campocorto Corey Seager. "Creo hicimos muy buen trabajo al no conformarnos con el equipo que teníamos. Siempre se puede mejorar. Un gran reconocimiento a nuestra gerencia por salir y dar ese impulso".
Los recién llegados causaron muy grata impresión. Los Dodgers ganaron tres de cuatro compromisos en Pittsburgh esta semana (siendo la única derrota la producida tras el cotejo que fue casi no-hitter para Rich Hill). Granderson conectó un grand slam en el primer partido de la serie, siguió con un cuadrangular en solitario en el final y tomó siete boletos en cuatro compromisos. González se convirtió en el primer pelotero mexicano en llegar a 2,000 hits con un doble contra el relevista de los piratas Johnny Barbato el pasado miércoles y luego soltó un jonrón en solitario el jueves.
El manager Dave Roberts ya ha mostrado algo de creatividad con sus nuevos juguetes. Durante el partido del miércoles, Granderson y González batearon tercero y cuarto en el orden ofensivo. Al día siguiente, fueron segundo y quinto. Los turnos al bate pueden ser más difíciles de obtener cuando Cody Bellinger regrese de la lesión en su tobillo en septiembre. Sin embargo, a Roberts le encanta la dimensión que Granderson y González proveen como veteranos con experiencia de postemporada.
"Tal como muestran los números, podemos batear contra cualquiera", dice Roberts. "Podemos sacarla del parque. Pero, cuando se enfrentan a un 1 o 2, esos cuadrangulares se hacen más difíciles. El poder sacar unos hits o tomar un boleto, así es como se les gana en mi opinión. Al sumar a Curtis, Adrián, un saludable Cody Bellinger y el resto en nuestro lineup con la misma mentalidad... Somos incansables. Es una alineación que debe costarle mucho esfuerzo a un staff de pitcheo".
Los oponentes han quedado prácticamente inútiles en sus intentos de buscar el punto débil en el lineup de Los Ángeles. Los Dodgers están cuartos en la Liga Nacional con 181 cuadrangulares y segundo después de los Nacionales entre los equipos del Viejo Circuito con un porcentaje de slugging de .451. Igualmente, lideran las Mayores con 520 boletos, y ahora agregaron dos jugadores con la paciencia y capacidad de discernimiento de la zona de strike a fin de seguir fajándose contra los pitchers de élite del béisbol durante la postemporada.
Granderson y González entienden ambos los retos que les esperan en octubre, cuando los oponentes ataquen las debilidades de los bateadores con informes de scouting meticulosamente detallados, y los días libres y el clima frío pueden romper las rutinas. Granderson tiene línea ofensiva de .239/.339/.457 con nueve cuadrangulares en 222 apariciones al plato en postemporada, y González registra .266/.329/.453 con siete cuadrangulares en 140 oportunidades ofensivas en octubre.
Granderson tiene una proporción de ponches de 22.7 por ciento y un indescriptible OPS de .699 contra lanzadores zurdos. Sin embargo, promedia 4.20 pitcheos por aparición al plato en las Grandes Ligas, y típicamente se encuentra entre los toleteros más selectivos del béisbol. González tiene solo dos batazos de circuito completo en 56 partidos esta temporada, pero ha hecho swing con mayor autoridad y ha sido menos dispuesto a dar batazos sin sentido desde su regreso de la lista de incapacitados.
"Al empezar a ver la línea de meta y entender que se está aprestando a jugar en la postemporada, se ve la concentración", dice Roberts. "He ahí el por qué Adrián ha estado en partidos importantes y en la postemporada durante toda su carrera. Tiene esa habilidad de mantenerse en la zona de strike y conseguir ese hit o boleto importante cuando se necesita y pasar la batuta. Desde el momento de su regreso, ha estado determinado a mostrar que se merece la oportunidad cada día".
Granderson y González cuentan conjuntamente con ocho apariciones en Juegos de Estrellas, 615 jonrones y 3,647 hits en sus resúmenes curriculares. Sin embargo, han adoptado la mentalidad de los Dodgers de "primero el equipo" y han dicho todas las frases apropiadas con respecto a su tiempo de juego y sus roles respectivos. Roberts dijo esta semana que Seager y Bellinger tendrán sus turnos al bate en los partidos sin importar lo complicados que puedan ser los enfrentamientos contra zurdos del bullpen; más no dudará en usar bateadores emergentes en sustitución de Granderson, González o Chase Utley si tiene mejores opciones en la banca.
Eso está bien para González, quien comprende que Seager, Bellinger y el tercera base Justin Turner han ascendido a la cima de la jerarquía ofensiva de los Dodgers y todos necesitan aceptar y entender que son actores de reparto.
"Cody, Corey y JT son nuestros tres hombres principales, y dependeremos de ellos en octubre", dice González. "Aparte de ello, todos los demás son hombres complementarios de primer nivel".
Entonces, ¿González se siente conforme con la etiqueta de "complementario" tras pasar la mayor parte de sus 14 temporadas en Grandes Ligas como pieza central de las alineaciones".
"Está bien", dice. "Puedo serlo. ¿Por qué no habría de serlo?"
Mientras González descubre de nuevo la mecánica de su swing y se quita el óxido de encima, Granderson trata de navegar por las logísticas y cambios bruscos de vida que los cambios de mitad de temporada pueden implicar. El fin de semana pasada, se unió a los Dodgers en Detroit, ciudad en la cual pasó sus primeras cinco campañas en las Grandes Ligas, antes de acompañar al equipo a Pittsburgh. Tuvo su primera mirada al clubhouse del Dodger Stadium en la noche del viernes, en preparación al encuentro que tuvieron contra los Cerveceros de Milwaukee.
"Es difícil", dice Granderson. "Llegas a una situación en la cual el equipo ha jugado muchos partdos. No es que haya pasado un mes de entrenamientos primaverales o una temporada previa. Han jugado muchos partidos esta campaña, y uno está acostumbrado a una forma de hacer las cosas y ellos están acostumbrados a otra manera distinta. Ahora, llego, veo y observo mientras ellos también me miran y observan, pero tenemos que salir y jugar con todo y eso. Es una mezcla de todas esas cosas mezcladas en una sola".
Entre los ajustes en la alineación y los movimientos frecuentes en el roster, los Dodgers no han tenido problema en aclimatarse entre líneas. Apenas una semana tras este nuevo arreglo, todas las partes involucradas concuerdan en su agrado con lo que tienen enfrente.