Si hay un buen ejemplo de lo que es la estrategia de aperturas cortas, es Alex Wood, la sorpresiva estrella de los Dodgers de Los Angeles.
Con 14-2, tiene la cuarta mejor efectividad de la Liga Nacional entre los abridores (mínimo de 100 entradas), el tercer mejor WHIP, y el quinto mejor FIP. Además nunca ha lanzado más de 100 pitcheos en una apertura, y en 13 de sus 21 salidas, ha sido sacado antes de su lanzamiento 90, incluso en cinco casos en los que estaba llevando una blanqueada.
Estas dos oraciones comparten un párrafo porque se supone que tienen alguna relación causa. Porque Wood no llega lejos en los partidos, no está viendo sus números siendo arruinados por lanzamientos adicionales hechos con cansancio al final de las aperturas. (Ya sea por fatiga o familiaridad o una combinación de ambas, los abridores lucen considerablemente peor la tercera vez que se miden a un bateador en un partido que en las primeras dos). Y porque él sabe que no se le va a pedir que haga 115 lanzamientos, puede canalizar más de su energía en los 90 lanzamientos que sabe que sí va a hacer. Finalmente, desde la perspectiva de los Dodgers, ellos pueden reemplazar a Wood con relevistas, quienes como grupo tienen una efectividad menor que los abridores, ya que ellos vienen frescos y se miden a bateadores que no han visto antes. ¡Es algo brillante!
Excepto por un problema: Solo hay una cierta cantidad de relevistas buenos en un equipo, y mientras más entradas se les pide menos resultados concretos se obtienen. Convenientemente para los propósitos de este artículo, esto ha sido un problema para los Dodgers en las salidas de Wood: Sus relevistas han tenido efectividad de 4.30 luego de su salida del partido. Eso es peor que la efectividad de 3.16 que ellos tienen en general, y podría ser incluso peor si Wood se quedara unos 20 lanzamientos más por partido. Por otro lado, quizás valga la pena reemplazar un lanzador ligeramente mejor (un cansado Alex Wood) con uno ligeramente peor (El quinto relevista en la gráfica de profundidad) si es parte de un gran cambio de roles (90 lanzamientos en vez de 115) que ayude a convertir a un lanzador bastante bueno (Alex Wood) en un as (el nuevo Alex Wood). Ese es el cálculo. Es algo complicado e involucra muchas interrogantes desconocidas.
Pero he aquí lo extraño. Sí, las aperturas de Wood son emblemáticas de una estrategia que la liga ha abrazado por completo. Sí, esta estrategia ha afectado grandemente la división de labores entre los lanzadores de Grandes Ligas, sobretodo porque la trayectoria de estos cambios se ha acentuado en los últimos tres años. Pero no, las consecuencias que presentamos para los Dodgers en las 21 aperturas de Woods no han sido universals. Y eso es lo que no puedo entender.
Así que vayamos a estos tres hechos.
1. El sábado, otro lanzador abridor de los Dodgers, Brock Stewart, fue sacado de su apertura tras cuatro entradas ante los Padres. Se enfrentó a exactamente 18 bateadores. Fue la 94ª apertura en esta temporada en la que un lanzador se enfrentó a exactamente esa cantidad de bateadores - un nuevo record, superando la marca del año pasado con 93.
Ahora, en un deporte con una temporada de 2,430 partidos, 94 no parece una cantidad importante, pero si es algo que vale la pena mencionar. (Ya llegamos a 97 aperturas como esas y contando). Tan recientemente como en el 2014, hubo 65 aperturas de exactamente 18 bateadores, y si fueramos a colocar en una gráfica cuántas aperturas duran 12 bateadores, 13 bateadores, 14 bateadores y así sucesivamente, no veríamos un aumento tan grande en 18. De hecho, aquí les presentamos esa gráfica, la que tiene tres cosas que debemos notar:
La primera es la antes mencionada falta de aumento en los juegos de 18 bateadores en 2014 (la línea roja). En 2017 hay un aumento, seguido de una línea plana con 19, lo que sugiere que los manager tienen como meta activa el "18" como un buen momento para sacar a los lanzadores - como una forma de evitar la penalidad por medirse por tercera vez en el partido a una alineación.
Lo segundo que hay que mencionar es que también ha habido un aumento en 27 en la línea (2017) azul. En 2014, las aperturas de 27 rivales eran las aperturas más comunes, pero eran solo el pico en una pendiente bastante suave en una progresión cuesta arriba/cuesta abajo. Pero en el 2017, los managers rompieron ese ritmo al sacar a los lanzadores luego del bateador 27, lo que de nuevo sugiere que están buscando momentos en la alineación más allá de simplemente ver el conteo de pitcheos o el conteo de lanzamientos.
Lo tercero que hay que notar es que, justo desde el 2014, las aperturas han sido mucho más cortas. La longitud de cada apertura hasta el bateador 25 es más común ahora que lo que era antes; la longitud de una apertura desde el bateador 26 en adelante es menos común. Más de la mitad de todas las aperturas duraron 26 bateadores o más en el 2014; ahora es solo el 37 por ciento.
2. Y sí los lanzadores abridores están trabajando menos entradas, ¿adivinen quién está lanzando más?
En el 2014, los relevistas como grupos lanzaron casi la mitad de las entradas trabajadas por los abridores. Esa cifra fluctúa un poco año tras año, pero se mantuvo bastante estable por cerca de dos décadas.
Entonces, en 2015, cuando los Rays llamaron la atención por utilizar la apertura de 18 bateadores, y cuando los equipos comenzaron a reemplazar de forma agresiva los abridores en partidos que estaban ganando, la carga de trabajo comenzó a cambiar. En el 2015, los relevistas lanzaron el 54 por ciento de las entradas que trabajaron los abridores; en el 2016, el 58 por ciento. Este año, ya vamos por encima del 60 por ciento. Los relevistas llevan ritmo para lanzar casi 1,500 entradas más este año que lo que lo hicieron en el 2014, superando el record de todos los tiempos (que fue establecido el año pasado).
Estas entradas no vienen de los ases del bullpen; estos tipos ya estaban desgastados. En cambio, están viniendo del fondo del bullpen, o de lanzadores que no habrían estado en las mayores bajo el sistema (ligeramente) viejo. Para simplificar las cosas, esas 1,500 entradas adicionales de los relevistas significan que cada equipo está intentando sacarle 50 entradas a un lanzador que "debería" estar en Doble a o Triple A, según los estándares del 2014.
Así que tenemos dos variables: Los abridores, como grupo, tienen que salir antes de los partidos, para protegerlos de medirse a los bateadores una tercera o cuarta vez y dejar que pongan más energía en los lanzamientos que sí llegan a hacer. Y los relevistas, como grupo, ahora incluyen a un grupo de descartados que están manchando las estadísticas. La brecha estadística entre los abridores y los relevistas debería estarse cerrando.
3. ¡La brecha entre los abridores y los relevistas no se está cerrando!
Los abridores este año han permitido un OPS de .769, que es un 6 por ciento mayor que el OPS permitido de .725 de los relevistas. Lejos de estarse cerrando la brecha, los abridores están cayendo un poco más atrás:
Desafortunadamente, el béisbol no es un túnel de viento. Muchas cosas pueden afectar la anotación de carreras, desde el clima a la tecnología de cazatalentos a estrategias defensivas a las costuras de la pelota, así que no podemos decir que los abridores son peores o que los relevistas están mejorando. Solo podemos concluir que los relevistas están mejorando en relación a los abridores. Así que lo voy a decir de nuevo: ¡Esto es algo extraño!
Mi hipótesis - quizás para ser puesta a prueba en otro día - es que esto es el resultado de dos décadas sin expansión. La falta de profundidad afecta tradicionalmente más a los lanzadores que a los bateadores, y ahora hay simplemente demasiados lanzadores calificados para llenar los bullpens de los 30 equipos. Pero existen otras hipótesis. Quizás los equipos están canalizando mejores lanzadores a ser relevistas, en vez de darle a cada buen lanzador una oportunidad de ser abridor. Quizás la pelota "alterada" lastima de forma desproporcional a los abridores, porque los abridores tienden a permitir más pelotas en juego.
Independientemente de la razón, esta rareza importa, especialmente ante el asomo de octubre y el hecho que los managers toman sus decisiones de juego con mayor urgencia. Antes los managers solían querer sacarle la mayor cantidad de entradas posibles a sus abridores. Ahora, para todos menos para los mejores abridores, los managers quieren sacarle la mayor cantidad de entradas posibles a sus relevistas -- el proverbial "acortamiento del juego".
Siempre y cuando el buen pitcheo en relevo sea finito, este anhelo de más entradas de parte de los relevistas es algo frustrado. Pero los Dodgers tienen siete relevistas (mínimo de 20 entradas) con una ERA+ mejor a 130 este año. Los Indios y los Yankees tienen seis cada uno, y eso ni siquiera incluye a Aroldis Chapman. En cierto punto, el número de equipos con relevistas efectivos se va a ver limitado solo por la cantidad de jugadores en el roster.