La noche de brujas fue una jornada importante en las Islas Vírgenes estadounidenses, ya que el territorio gubernamental pudo finalmente levantar su toque de queda nocturno cinco semanas tras la devastación de las Islas por dos huracanes Categoría 5, Irma y luego María, que azotaron las islas con fuertes vientos y precipitaciones sustanciales. La falta de electricidad en las islas, combinadas con los escombros en las vías, hicieron que el conducir en la oscuridad algo muy peligroso, lo cual condujo al gobierno a imponer un toque de queda que comenzaba a las 7 p.m. hora local.
Las Islas Vírgenes no son tierra de béisbol como su vecino occidental de Puerto Rico. Sin embargo, St. Thomas, St. John y St. Croix ha producido varios grandeligas y prospectos en años recientes, con tres de sus nativos que jugaron en las Mayores en 2017: Jharel Cotton, Jabari Blash y Akeel Morris, todos nacidos en St. Thomas. Blash y Morris asistieron a la secundaria Charlotte Amalie, y Cotton se graduó de bachiller en Virginia. Cotton y Blash volvieron a St. Thomas en octubre para ver a su familia, verificar los daños e intentar ayudar a los esfuerzos de recuperación, aunque dijeron que no podían conectarse con los suyos mientras estuvieron en la Isla debido a la ausencia del servicio de telefonía móvil.
Aunque nació en St. Thomas, Cotton pasó 12 años en Tortola, una de las Islas Vírgenes británicas cercanas, antes de regresar a las ínsulas norteamericanas durante cuatro años, y después fue a tierra firme para terminar sus estudios de secundaria y poder progresar en su carrera en el béisbol. Sigue teniendo familiares en ambas islas y volvió a St. Thomas durante la semana del 17 de octubre. (No pudo acudir a Tortola por los daños sufridos por el puerto de esa isla, lo cual ha limitado el servicio de botes).
''Esperaba ver muchos escombros, muchos árboles derribados, techos perdidos. No esperaba ver postes de teléfonos en las vías'', dijo Cotton tras su regreso. ''Las vías tienen muchas lagunas. Lo peor es que los semáforos no funcionan, por lo cual hay que conducir con cuidado. Hay mucho tráfico, y eso es una pesadilla''.
''Hay algo de servicio celular, pero es limitado. Hay poca energía eléctrica o internet. Las playas no están limpias por los escombros. El aeropuerto está en mayor medida inutilizable y sólo hay dos o tres puertas en servicio. Todo está severamente afectado, hasta los resorts más importantes están cerrados. Mi hermana, tenía varios empleos, y no tiene uno ahora por los daños que sufrieron todos sus puestos de trabajo''.
Si bien las condiciones están mejorando, la economía de las islas ha sido destruida por las tormentas. El territorio depende en gran medida del turismo, el cual genera la mitad de su producto interno bruto, pero la mayoría de los resorts están cerrados por la totalidad de la temporada, con varias propiedades tan afectadas que esperan permanecer cerradas hasta bien entrado 2019. Varias escuelas han abierto nuevamente sus puertas, pero muchas siguen cerradas por los daños físicos. El representante Stacey Plaskett, congresista sin derecho a voto de las Islas Vírgenes, testificó esta semana ante el Comité de Transporte de la Casa de Representantes con respecto a la necesidad de recibir fondos a fin de mitigar estas pérdidas, debido a que la ley más reciente para financiar la recuperación de desastres omitió destinar fondos para ayudar a las Islas Vírgenes para reparar sus aeropuertos, puertos y la infraestructura para poder surtir a sus residentes de agua potable.
Los servicios eléctricos y de telefonía celular están regresando, pero muy lentamente, de acuerdo a un representante con el cual conversé en la oficina del Representante Plaskett: ''La mayoría de los elementos en las tres islas están caídos. Ambos hospitales están dañados, por lo cual los médicos trabajan de hospitales militares temporales en carpas''.
Cotton ha pasado gran parte de su tiempo en la isla trabajando a fin de intentar ayudar a distribuir alimentos a su pueblo. Trabajó junto a la Fundación Comunitaria de las Islas Vírgenes, la cual sirve como agente fiscal para los donantes y organizaciones que tratan de brindar ayuda al territorio, mediante un taller para la juventud en situación de riesgo. ''Lo que más necesitan es agua y alimentos'', dice. ''Buscan cuatro, cinco, seis platos a la vez'', porque hay muy poca electricidad fuera de la capital, Charlotte Amalie. El grupo armó estaciones a fin de preparar y servir comida caliente a la comunidad en St. Thomas. Hay abastos abiertos, pero no hay forma que los residentes puedan refrigerar comida fresca.
Blash acudió a Bordeaux, en la zona occidental de St. Thomas, cuando visitó la isla en octubre pasado.
''Mi hermana vive en la campiña, la cual tiene mayor altura, y su casa entera ya no está'', dice. ''Ella y sus cuatro hijos, ya no tienen nada''.
Ambos jugadores han enfatizado que, si bien las islas requieren de mayor ayuda, están muy agradecidos por la colaboración que ya ha llegado.
''Quiero agradecer a los cientos de miles de personas que han enviado paquetes'', dice Blash. ''Paquetes con cartas, dibujos... Me gustaría agradecer a todos los que nos han enviado algo. Algunos de los paquetes fueron simples (meros productos de baño) pero todo ha sido muy considerado''.
Blash y Cotton citaron además el trabajo hecho por el nativo de St. Croix Tim Duncan, cuyo grupo 21 U.S. Virgin Islands Relief ha recaudado cerca de $2.7 millones para poder ayudar al territorio a recuperarse.
Con respecto a los futuros prospectos del béisbol en las Islas Vírgenes, va a ser complicado que los scouts los puedan evaluar porque los campos locales están averiados también.
''No habrá béisbol por un poquito de tiempo'', dice Cotton. ''Está el estadio Elrod Henricks, cerca del terminal de botes para llegar a Tortola, ese campo fue severamente destruido, los bleachers cedieron. Cerca de Frenchman's Bay, ese campo tiene varios barcos que volaron por el huracán en medio del terreno''.
Leyeron lo anterior correctamente: Los vientos ocasionados por las tormentas hicieron que varias lanchas volaron del agua a un diamante de béisbol cercano. La recuperación durará varios años, y eso es asumiendo que las islas no tengan daños por parte de tormentas futuras (con tantos árboles caídos en las colinas de las islas, existe el riesgo de inundaciones y lodazales) en pleno proceso de reconstrucción.
Cotton y Blash lo han visto de primera mano, y temen que el territorio será olvidado por muchos por ser tan pequeño y separado del territorio continental de Estados Unidos. Las islas siguen necesitando ayuda, bien sea con dinero, productos enlatados u otros recursos básicos para las personas que han perdido sus hogares y empleos, o simplemente no tienen electricidad y agua tras las tormentas.