SAN JUAN - De los cinco jugadores puertorriqueños que deben estar en los rosters de los Mellizos de Minnesota y los Indios de Cleveland para la serie de dos partidos que se jugarán a mediados de abril en el Estadio Hiram Bithorn, sólo uno de ellos no está totalmente seguro de que estará activo en el terreno.
Y no es porque no le faltan los deseos.
"Si fuera mi decisión, estaría ahí", indicó el abridor José Orlando Berríos, quien debe ser figura principal en la rotación de los Mellizos tras ganar 14 juegos en 2017. "Pero todo va a depender de si me toca el turno para esos días. Obviamente, quisiera estar en el montículo en uno de los partidos, pero yo lanzo cada cinco días y no creo que vayan a hacer ajustes en la rotación sólo por tenerme en uno de los partidos. Pero si llega el momento, voy a dar lo mejor de mí".
El resto, que incluye al estelar campocorto Francisco Lindor y el receptor Roberto Pérez por los Indios; el jardinero Eddie Rosario y el inicialista Kennys Vargas por los Mellizos, no sólo espera con ansias el momento de jugar por primera vez un partido oficial de Grandes Ligas en su país, los primeros en suelo boricua desde 2010. Una oportunidad que, por lo que ha sucedido en la Isla desde el 20 de septiembre, pensaron que jamás llegaría.
"Cuando vino el huracán, pensé que esto no se iba a celebrar", expresó Rosario sobre la serie, programada para celebrarse el 17 y 18 de abril en el estadio capitalino. "Durante los días después del huracán escuché a Bebo Pérez decir en una entrevista que después de toda la destrucción sería imposible que se celebrara y perdí la esperanza; ahora, siento que es una emoción indescriptible volver a jugar en casa. Tener a familiares, como mi abuela, que no puede viajar, que nos puedan ver allí es algo especial".
El grupo boricua ha estado en una montaña rusa emocional desde que se anunció la serie a fines de la temporada pasada. De la alegría tras el anuncio, a la preocupación por familiares que pasaron el Hucarán María en la Isla, a la incertidumbre de si finalmente se llevaría a cabo la serie tras los graves daños que produjo el fenómeno en el estadio. No obstante, la propia alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, garantizó que la instalación estará lista para los partidos oficiales número 49 y 50 que se celebran en Puerto Rico desde la temporada de 2000.
"El sistema de iluminación sufrió graves daños, pero en lugar de agregar las luces que se dañaron, vamos a renovar el sistema de luces, cambiándolo por uno más eficiente", dijo Cruz. "Con lo que nos pagó el seguro y $175,000 adicionales vamos a hacer una mejora permanente".
Será algo más que dos partidos oficiales de calendario para los boricuas, particularmente luego de todo lo que ocurrió en la Isla tras el paso del huracán. Informes recientes señalan que todavía hay cerca de un 50 por ciento de personas sin servicio eléctrico, muchos de ellos en Canóvanas, Guayama, Bayamón y el área Oeste, de donde vienen estos peloteros.
"Para nosotros, como puertorriqueños, es una bendición poder jugar aquí después de lo que pasó", señaló Pérez. "Puerto Rico está pasando por un momento difícil y poder venir aquí a dar un poco de alegría es algo grande".
"Todavía hay gente sin luz, la isla sigue destruida y se levanta poco a poco", comentó Vargas, oriundo de Canóvanas. "Por eso, para nosotros, esto es más que un partido. Todos estamos muy emocionados y sé que vendremos a dar el máximo en cada partido".
El presidente de los Mellizos, Dave St. Peter, coincide con el sentimiento expresado por Vargas.
"Conozco la pasión que tienen estos muchachos", dijo el ejecutivo de Minnesota. "Tienen mucho amor por su país, son unos apasionados y sé que van a venir aquí a dar lo mejor de sus talentos".