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Dénme mi guante: Cachorros explican sus rituales de estreno en primavera

Un vistazo de cerca al nuevo guante de Jon Lester para la temporada 2018. Cortesía de Jesse Rogers

MESA, Ariz. – En un día como cualquier otro en el campamento de los Cachorros de Chicago, el shortstop Addison Russell caminaba por el vestidor usando unos guantes de látex y sujetaba su propio guante en una mano. Cuando se sentó en su locker, comenzó a masajear la parte interna del guante y alisando la bolsa.

El anual “Día del Guante” en primavera le da a nuevos artículos de varias compañías a los peloteros de las Mayores para la siguiente temporada y, muchas veces, para más campañas. De hecho, Russell recibió su guante antes del inicio del campamento y desde entonces trabajó en él.

Al igual que sus bats, los jugadores de posición son muy particulares sobre sus guantes.

“Sólo estoy suavizando la piel de mi guante. Básicamente es una loción para mi guante que pongo sobre el látex, porque Arizona tiene el clima seco, así que intento mantenerlo lubricado”, explicó Russell.

Los rituales para los nuevos guantes han cambiado con el paso de los años. Ya no hay peloteros que los amarren con cuerdas o los pongan bajo sus almohadas. Los encargados del equipamiento pueden hacer ese trabajo por ellos en la mitad del tiempo.

“Los chicos de equipamiento son buenos en ponerle cosas a la piel”, dijo el pitcher Mike Montgomery. “Les daré el mío. Tienen herramientas que pueden simular atrapar la pelota (para aflojarlos)”.

Dentro del clubhouse de los Cachorros hay una división definitiva entre aquellos que se inclinan por trabajar por sí mismos en sus nuevos guantes y los que prefieren dejar que los empleados lidien con ellos. A los pitchers les interesa menos esto que a los jugadores de posición, por obvias razones.

“Los pitchers son sencillos. Sólo juegan a atrapar y lanzar la pelota”, señala Jon Lester.

Lester es nuevo usando guantes de la marca Wilson Sporting Goods. El lanzador recibió un modelo “JL34”, el cual estará pronto a la venta. Lester tiene sus iniciales en los tres guantes de sus hijos y afirma que no tarda mucho en acostumbrarse a la nueva piel, pero reconoce que los catchers son otro tema.

Wilson Contreras recibió dos nuevos guantes el mismo día que Lester obtuvo el suyo e inmediatamente comenzó a trabajar en ellos. Él y sólo él.

“No quiero que nadie toque mi guante. Lo cuido como a un bebé”, aclaró Contreras. “Los llevo a la jaula y hago mi trabajo con las máquinas (de pitcheo). Me toma como una semana y media”.

Esa primera noción trajo a la memoria algunos graciosos momentos para el manager de los Cachorros, Joe Maddon, quien ha visto a jugadores que miran fijamente sus guantes luego de un error y se deshacen de ellos de forma agresiva.

“Cliff Lee bajó de la loma una vez y lanzó su guante a las gradas arriba del dugout”, recordó Maddon. “Y el ex Angelino Mike James, no recojas su guante y te lo pongas. Se volvería absolutamente loco si pones un dedo en su guante”.

Además de Contreras, ningún otro Cachorro cuestionado sobre el tema dijo ser tan posesivo con sus guantes, pero muchos tenían sus rutinas.

“Atrapo las pelotas de la máquina de pitcheo”, explicó Kyle Schwarber. “Así suavizo mi guante. Salgo y sólo atrapo las pelotas. Una y otra vez”.

Schwarber ya usaba su nuevo guante en partidos, pero algunos prefirieron usar modelos más viejos mientras aflojaban los nuevos para usarlos en el futuro.

“Intento aflojar mi guante como un año antes, así que aflojaré algunos ahora que quizá estrene el próximo año”, indicó el infielder Tommy La Stella. “Cada guante es un poco diferente. Hay muchos en los que no me he sentido cómodo por cualquier razón, así que uso otro”.

Aunque los guantes no mantienen despiertos a los pitchers en la noche, hay algunos aspectos que afectan su desempeño.

“La forma es importante. He tenido guantes que no se suavizan bien. Podría tener una mala bolsa y los bateadores pueden adivinar los lanzamientos, así que el tamaño es importante y cómo le das forma también”, explicó Montgomery.

¿Qué pasa con la superstición? No es una fuerza mayor en la decisión de seguir usando un guante, pero salvar el Juego 7 de la Serie Mundial quizá sea una buena razón para seguir usando uno un par de años después.

“Me gusta uno. Usaré otros de repente, pero el que me gusta es el que es especial para mí”, sentenció Montgomery.