Cuando los Nacionales de Washington hicieron su oferta inicial el otoño pasado para mantener a Bryce Harper, lo hicieron de una manera única, según un informe del Washington Post.
En medio de una demora por la lluvia durante el último partido en casa de los Nacionales de la temporada 2018, Harper --quien se había ganado ovaciones de pie en cada uno de sus cuatro turnos al bate durante el juego del 26 de septiembre-- fue llamado por el manager de Dave Martinez a su oficina. Pero cuando llegó allí, según el informe, Martínez no estaba allí. En lugar de eso, fue recibido por los dueños del equipo, Ted Lerner y su hijo Mark Lerner.
Los Lerner le hicieron saber a Harper lo mucho que querían que siguiera siendo un Nacional, y le entregaron un sobre al jardinero estrella. Harper, con el juego aún suspendido, se negó a abrirlo de inmediato, guardándolo en su bolsillo.
Cuando la lluvia persistió y el juego terminó en la octava entrada, Harper se encontró con su esposa Kayla en un pasillo y juntos abrieron el sobre. La oferta de los Nacionales: 10 años, $300 millones, incluido el dinero diferido.
Harper, según el Post, dijo que su pensamiento en ese momento era: ''De acuerdo, genial. Lo tengo. Podemos construir eso. Podemos trabajar en eso'', pensando que fue solo el comienzo de las negociaciones.
Pero, dado que la agencia libre de Harper se prolongó sin que otros equipos aumentaran sus ofertas, la próxima oferta de los Nacionales no se presentaría durante más de tres meses. La segunda oferta fue por más años, pero menos dinero, lo que hizo que Harper tomara el camino que finalmente llevaría a su contrato de 13 años y $330 millones con los Filis de Filadelfia a fines de febrero.
El martes por la noche, Harper regresará a Washington por primera vez con un uniforme de Ligas Mayores que no sea el de los Nacionales. Se enfrentará a dos grandes tareas: acorralar sus emociones y entrar en la caja del bateador contra su ex compañero de equipo por mucho tiempo y el tres veces ganador del premio Cy Young, Max Scherzer.