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¿Los inconsistentes cachorros, tendrán racha positiva este mes?

MILWAUKEE – En una serie, parecen ser los mejores del mundo; en la siguiente, parece que no pueden salir del atolladero. Así ha sido el caso de los Chicago Cubs esta temporada, a medida que recorren su senda hacia un final dramático, que podría terminar de una forma u otra. O bien llegarán a octubre como una sorpresa peligrosa, con pitcheo abridor de elite en su haber, o dejarán el escenario discretamente, tal como lo hicieron en la temporada anterior.

El año pasado, fueron atrapados por los Milwaukee Brewers, gracias a una segunda mitad con récord 41-24. Este año, los St. Louis Cardinals han estado encendidos desde el receso del Juego de Estrellas, produciendo una marca 34-17. Muchos han esperado que los Cubs entren en una racha similar. Los altos y bajos durante el transcurso de la temporada han sido enloquecedores, especialmente para una afición que espera más de su equipo. A medida que los Cubs se aprestan a iniciar una serie a cuatro partidos contra los Brewers este jueves, la interrogante se mantiene: ¿Dónde está su racha positiva?

“Es difícil decirlo, porque comparo nuestras alineaciones contra las de ellos, nuestro staff de pitcheo contra el de ellos y siento que superamos al 90 por ciento de los equipos contra los cuales jugamos”, expresó el relevista Steve Cishek esta semana. “Ojalá podamos compaginarlo todo bien muy pronto”. Esa es una frase que se escucha muy a menudo en el mundo del béisbol. Los nombres dentro de la nómina de los Cubs (al menos en el papel) exigen una posición de elite, o encontrarse cerca de ella. Pero cuando llega la hora de jugar, no han producido de forma consistente. Solo hay que revisar la diferencia entre sus récords como local y visitante: 47-24 en casa, 28-39 en la carretera.

“Las carreras se producen cuando los chicos comienzan a jugar mejor”, indicó el abridor Cole Hamels, en un guiño a lo obvio que suena lo anterior. “Se trata de que los jugadores se sientan sanos y puedan hacer el trabajo. Para hacer eso, todos tienen que desempeñar su rol. No tienes que ser perfecto, pero tenemos que complementarnos unos con otros”.

Últimamente, las rachas han sido más dramáticas y llenas de altibajo. Después de pasar tres meses sin una victoria en series como visitante, los Cubs han ganado sus últimas dos series fuera del Wrigley Field y cinco partidos consecutivos como visitante. En el ínterin, han perdido en dos series como local, incluyendo una barrida a manos de los Washington Nationals y blanqueos en partidos consecutivos por parte de los Brewers. Después, lograron barrer en dos partidos a los Seattle Mariners a principios de semana. Viven en medio de altos y bajos, sin recobrar mucho territorio en su pelea contra los Cardinals. Al menos no por los momentos.

“Tienes que minimizar las consecuencias negativas”, expresa Kyle Schwarber con respecto a las rachas negativas. “Todos hemos hecho un buen trabajo, pero necesitamos ejecutar para meternos en esa carrera”.

“No me gusta decir que las cosas cambiarán, porque hay que hacer que eso suceda. No estamos sentados esperando que las cosas caigan del cielo, estamos intentando que todo ocurra”.

Tal como lo dijo Schwarber, por lo menos los Cubs han intentado evitar los momentos sumamente malos, mientras confrontan dificultades para conseguir algo verdaderamente positivo. En lo que parece ser un indicativo evidente del tenor de su temporada, las rachas más largas tanto de triunfos como de derrotas se produjeron hace varios meses. Perdieron seis encuentros al hilo en la primera semana de la temporada y luego procedieron a hilar siete victorias a finales de abril. Desde entonces, han estado montados en la montaña rusa, lo cual les ha hecho merecedores de fuertes opiniones noche tras noche en redes sociales y la sensación general de que el récord 50-49 de los Cubs en los últimos 99 partidos es una fotografía exacta de lo que son como equipo. Es así: desde un periodo con marca 23-7 que les estableció como contendores, los Cubs han jugado a la pelota a nivel de .500.

“Somos un buen equipo, pero nuestra competencia ha mejorado con los años”, dice Cishek. “Es una lucha muy reñida y nos ganamos unos a otros”.

Eso puede ser cierto; aunque en este momento, los Cardinals han superado a los otros equipos un poco más que los Cubs, manteniendo ventaja de 2 ½ juegos faltando pocas semanas para terminar la campaña regular. Regresemos por un momento a ese periodo con récord 23-7 porque es precisamente el tipo de racha que le sería útil a los Cubs por estos días. Un porcentaje de victorias de .760 en los últimos 24 partidos de la temporada probablemente los lleve a dónde quieren estar. Pero ¿qué les salió bien en aquél entonces? Y, ¿podrían repetirlo?

Según la investigación de ESPN Stats & Information, durante el transcurso de esos 30 partidos entre el 8 de abril y el 14 de mayo, los Cubs tuvieron mejor pitcheo que cualquier otro equipo en el béisbol Mayor y los demás ni siquiera estuvieron cerca. Su efectividad colectiva fue de 2.29, casi una carrera menos que el segundo mejor club.

A la ofensiva estuvieron bien, aunque no alcanzaron un nivel sobrenatural. Los Cubs se ubicaron en el noveno puesto en la categoría de OPS durante ese periodo, aunque hay una estadística ofensiva que podría tener cierto significado: Fueron líderes en las Mayores en bateo hacia la barda contraria. Se podría incluir dicho dato en lo que su manager cree será la diferencia en los tramos cumbre de la temporada.

“No puedo ser más específico: la organización de nuestra zona de strike”, expresa Joe Maddon. “Eso es todo… lanzamos suficientemente bien, atrapamos la pelota suficientemente bien… Tenemos que dificultarle más a los rivales hacernos out en la zona de strike”.

Maddon lo ha dicho una y mil veces durante la actual temporada: Si los Cubs quieren llegar al nivel de elite, sus bateadores tienen que mostrar el camino… y no solo por pocos encuentros, tal como lo hicieron recientemente en Nueva York. No hay mejor indicio de la alocada temporada de los Cubs que lo visto cuando se impusieron a Noah Syndergaard y Jacob deGrom en noches consecutivas para regresar al Wrigley Field y quedar blanqueados a manos de un staff de pitcheo de los Brewers actualmente en apuros. Se le preguntó a Maddon por qué los bateadores de los Cubs parecen concentrados por pocos partidos y después se alejan de la mentalidad deseada por él.

“A veces te olvidas, o haces algo que no quieres hacer”, afirmó. “Pero estamos llegando a un punto en el cual tenemos que hacer lo que queremos hacer”.

Otro factor que ha alejado a los Cubs de ganar el impulso que requieren para hilar una racha encendida (algo que no sorprenderá a los aficionados más apasionados) es que los bateadores de los Cubs no logran tener éxito contra los abridores de peor nivel en la liga, en comparación con lo visto cuando se enfrentan a los mejores brazos del béisbol. Según la investigación del Elias Sports Bureau, los Cubs tienen promedio de bateo de .261 y OPS de .814 contra pitchers abridores que disputaron sus respectivos partidos contra ellos ostentando efectividad mínima de 4.00. ¿Cuál es el caso contra los pitchers con efectividad menor a 4.00? No difiere mucho: un promedio de bateo de .258 y OPS de .794. Ciertamente es una situación que lleva a la locura.

Esto nos hace regresar a la idea de Maddon, que consiste en que la clave del éxito de los Cubs no es perseguir a pitchers por fuera de la zona de strike. Es allí donde, a criterio del manager, comenzaría su buena racha.

“El secreto del éxito, ahora y en los playoffs, estará dentro de esa zona”, afirma Maddon. “Quédate dentro de tu carril, hermano”.

Pero ¿esa es realmente la clave? Recuerden que, durante la mejor racha de los Cubs en la presente temporada, su pitcheo fue capaz de apagar las luces. Tienen los elementos para volverlo a hacer. En el caso de perseguir pitcheos fuera de la zona de strike, durante ese periodo con récord 23-7, los Cubs estuvieron en el puesto 20 de todo el béisbol, persiguiendo el 29% de los pitcheos en ese momento. Esa cifra y ubicación en los rankings apenas han empeorado por ligero margen desde ese lapso de 30 partidos, persiguiendo pitcheos en un promedio del 30%, que los ubica en el puesto 24. No son cifras maravillosas, aunque quizás la clave del éxito de los Cubs esté en la lomita, no sobre el plato.

Sea lo que tenga que ocurrir, debe suceder rápidamente. El tiempo se agota para los Cubs a fin de evitar un partido por el comodín en la carretera, una ruta muy complicada para conseguir un campeonato. Aunque, ¿podrán conseguir ese periodo de triunfos consistentes que les ha sido tan esquivo? Como es el caso de todos los contendores a los playoffs a estas alturas del año, los Cubs no pierden esperanzas.

“Honestamente, no sé por qué no podemos hacerlo”, indica Cishek. “No hay nada que pueda evitarnos disfrutar de una buena racha. Estamos haciendo el trabajo. Solo que deben darse los resultados ahora”.