Todos los equipos de las Grandes Ligas tienen un momento dentro de su historia merecedores de un perfecto momento viral en Internet. Algunos de ellos fueron noticia importante en su momento, otros no lo fueron, pero es fácil imaginarse que habrían sido relevantes en nuestro ambiente actual. Algunos son grandes y escandalosos, mientras que otros fueron meramente pequeños y extraños; unos tuvieron consecuencias en la tabla de posiciones, mientras que otros fueron meramente dignos de un GIF. Repasemos alguno de esos momentos cuando no existían las redes sociales.
San Francisco Giants: el día más alocado en la historia del béisbol (8 de octubre de 1908)
Probablemente, hasta entonces no había en los anales del béisbol un encuentro más anticipado que el disputado entre Giants y Cubs para definir el dueño del banderín de la Liga Nacional. Daremos un breve repaso a los antecedentes, antes de ocuparnos del Día en sí, el cual probablemente fue el Día más alocado de la historia del béisbol.
Los antecedentes son los siguientes: Pocas semanas antes, Giants y Cubs luchaban por el banderín, cuando aparentemente San Francisco había ganado el encuentro con un sencillo que dejó en el terreno a su rival. No obstante, el corredor que pisaba la inicial hizo un giro para unirse a la celebración antes de tocar la almohadilla en segunda base, tal como requieren las reglas, incidente que fue bautizado como "Merkle's Boner" ("Tontería de Merkle"). Pero dicho error mental no puso fin a la temporada ni mucho menos y si los Giants o Cubs hubiesen abierto una brecha de seis juegos de ventaja en la Liga Nacional, esto no habría causado mayores consecuencias. Por el contrario, ambos equipos jugaron ferozmente hasta la recta final y lograron terminar oficialmente la temporada con un empate. Eso obligó al presidente de la Liga Nacional a tomar una decisión oficial con respecto al partido de la "tontería" y que definió el destino de la temporada. Luego de dos días de audiencias (y mientras los Giants esperaban) la liga determinó que el encuentro en el cual ocurrió el fallo de Merkle terminó... en un empate. Eso implicó que la Liga Nacional terminó con un empate. Esto requirió escenificar un encuentro de desempate en Nueva York, esencialmente una repetición partido marcado por "la Tontería de Merkle". Los Cubs abordaron "el tren más veloz jamás abordado por algún equipo de pelota" para viajar 1,000 millas hasta llegar a Nueva York. Lo que nos lleva al "Día" en el cual todo sucedió.
"En medio de un lindo día, la multitud más numerosa que jamás ha asistido a un encuentro de béisbol en la historia de este deporte Nacional hará acto de presencia hoy en Polo Grounds y las condiciones son de una naturaleza tan peculiar, que no tendrán paralelo dentro de los anales del diamante", escribió esa mañana el diario The New York Times. Comparen lo anterior con la reseña publicada por ese mismo periódico a la mañana siguiente: "Es imposible creer, luego de lo sucedido ayer en Polo Grounds, que la Tierra permanece en la misma trayectoria en la cual se mantenía 24 horas atrás". En definitiva, los Cubs se fueron de la misma forma en la que llegaron: Uno a la vez, para evitar que los aficionados pudieran reconocerlos. Abordaron un tren a Detroit, donde ganaron con facilidad la Serie Mundial, siendo el último campeonato alcanzado por los Cubs durante más de un siglo.
New York Yankees: Babe "Pedazo de Queso" Ruth (20 de marzo de 1920)
Existen, como mínimo, dos docenas de eventos en los cuales participó Babe Ruth y que serían dignos de mencionar en el presente artículo. Quizás haya muchos más. Menciono aquellos que puedo recordar:
Aquella ocasión en la cual Ruth fue arrestado por conducir con exceso de velocidad, se perdió el inicio de un partido y tras pagar una multa por $100, se dirigió hasta el estadio, nuevamente rompiendo las normas de velocidad. Arribó al parque en el sexto inning.
El momento en el cual se produjo una estampida durante su gira y 62 personas quedaron lesionadas y otras dos fallecieron; una de ellas fue una estudiante de 17 años de quien se informó había perdido la vida en brazos de Ruth mientras él acariciaba su frente.
Aquella vez cuando Ruth perseguía un elevado y chocó con una palmera, quedando inconsciente.
Cuando fue perseguido, desnudo, dentro de un tren (¡lleno de periodistas!) por una dama que portaba en su mano un cuchillo.
Cuando fue expulsado de un partido en el cual apenas había intervenido un bateador. Ruth golpeó al umpire y su relevista retiró a los 26 toleteros que vinieron después (atrapando en intento de robo al corredor dejado en herencia por Ruth) logrando así un no-hitter combinado.
Aquella vez cuando Ruth predijo dónde caería su batazo en la Serie Mundial (o tal vez no lo hizo).
Cuando se perdió la mitad de la temporada debido a una afección, objeto de múltiples rumores que aseguraban que padecía sífilis.
Cuando la joven Jackie Mitchell, de 17 años y jugadora de los Chattanooga Lookouts, ponchó a Ruth en un partido de exhibición. (Mitchell también hizo abanicar a Lou Gehrig).
Cuando Ruth hizo su primera aparición radial, se congeló producto del miedo escénico y fue "reemplazado" por el presentador del programa, que imitó a Ruth.
Aquella vez en 1918, cuando Ruth se enfureció con su manager y renunció a los Boston Red Sox, firmando un contrato para jugar con el equipo del astillero de Chester, Pensilvania.
Cuando Ruth colapsó, generando rumores de su fallecimiento y algunos diarios llegaron a publicar su obituario.
Sin embargo, mi anécdota favorita es la que se cuenta mejor de la forma más simple posible: Durante los entrenamientos primaverales de 1920, mientras confrontaba dificultades como nuevo miembro de los Yankees, un aficionado en las tribunas lo llamaba "pedazo de queso". O quizás esa sea la versión apta para todo público con la cual debieron conformarse los redactores de los periódicos de la época. De todos modos, Ruth se acercó hasta las tribunas para pelear con el sujeto y este sacó un cuchillo. Ernie Shore, compañero de equipo de Ruth y quien fue el héroe subestimado de la vida del Babe, salvó la vida del legendario Ruth, alejándolo del susto.
Pittsburgh Pirates: El "no-hitter" del LSD (12 de junio de 1970)
Cuando mi padre era joven, llegó a pernoctar en la cárcel en par de ocasiones. Una vez, conducía el auto de mi abuelo (registrado como propiedad de la compañía de construcción de tejados de su padre) y un oficial de policía le arrestó, bajo sospecha de hurtar el vehículo. En la segunda ocasión, cursaba estudios universitarios y se le ocurrió la brillante idea de hacerse arrestar (negándose a pagar una multa de tráfico por $5) con la intención de entrevistar a prisioneros para un ensayo investigativo de sociología. (Fue todo un desastre). Ambas historias fascinaron a su joven hija, quien no ha terminado de desarrollar sus percepciones del bien contra el mal y moralidad contra la ley y por eso, ella le hace contar estas historias constantemente. Quizás mi papá ha contado estas historias en 15 ocasiones durante los últimos tres años. El no-hitter pitcheado por Dock Ellis mientras se encontraba bajo los efectos del LSD es la versión del béisbol de las anécdotas de mi padre. Han escuchado esta historia, definitivamente quieren volverla a oír y después, pasará algo de tiempo y querrán escucharla otra vez. A continuación, presentamos la mejor versión del relato, extraída de una entrevista radial hecha justo antes del fallecimiento de Ellis y que fue llevada a los dibujos animados tras su deceso.
Ocurre que encontramos dos imperfecciones en esta historia: La primera es que Ellis no llegó a confesar hasta 14 años después del partido y si no fuera una historia tan fantástica, la hubiéramos tomado con cierto grado de escepticismo. Pero es obvio que el grado de espectacularidad del relato de Ellis es directamente proporcional al nivel de escepticismo con el cual deberíamos asumirlo. El otro defecto es que se trata de la segunda apertura más graciosa de la carrera de Ellis. El partido donde declaró que iba a golpear con pelotazos a todos y cada uno de los bateadores de los Cincinnati Reds para proceder después a impactar al primer bateador, golpear al segundo, golpear al tercero y otorgar un boleto al cuarto en el orden ofensivo, luego que este esquivara cuatro envíos adentro. Después, propinó par de pelotazos en dirección a la cabeza del quinto bateador, antes de ser sustituido. Posteriormente, Ellis afirmó haberse encontrado bajo los efectos del LSD (o quizás se encontraba influido por los estimulantes) durante ese partido, pero ya saben... seamos un poco escépticos.
Atlanta Braves: Ted Turner, manager por un día (11 de mayo de 1977)
El momento más digno de hacerse viral en redes sociales y que podría ocurrir en un partido de béisbol es que, de alguna manera, una persona normal termine jugando en él. Eso no ha ocurrido aún, por ello, lo más cercano es que una persona normal haya intervenido como manager. Los Braves habían perdido 16 partidos cuando Turner, quien entonces tenía 38 años y se hacía con una reputación como el nuevo miembro de la camada de excéntricos dueños de equipo, decidió prescindir de su estratega y hacer el trabajo por sí mismo. Si bien Turner no era una persona común, se trata del momento de la historia del béisbol que más se aproxima a permitir que una persona normal vista un uniforme e ingrese en un juego. Turner pasó un día en el puesto de manager, dependiendo ampliamente de sus coaches, quienes le decían qué hacer y permitiendo a su pitcher abridor lanzar un juego completo. El infielder Darrel Chaney recuerda haber detectado a Turner viendo a su manager rival Chuck Tanner en el dugout de los Pirates. "Me parecía ver que, cada vez que Tanner cruzaba sus piernas, Turner cruzaba las suyas. ¿Saben? Como si intentase entender qué hacer".
Los Braves perdieron ese juego y el entonces Comisionado Bowie Kuhn le dijo a Turner que los dueños de equipo no tenían permitido ser managers. Turner intentó negociar (¿qué pensaban si le permitían pasar un año como manager en Ligas Menores, aprendiendo el oficio?), pero el Comisionado no cedió en su posición. Bah.
New York Mets: El juego de Bill Buckner, perdón, de Mike Sergio (25 de octubre de 1986)
Se trata de uno de los tres o cuatro partidos más famosos de los últimos 50 años. Sin embargo, por espacio de tres horas, antes de convertirse en el partido de Bill Buckner, fue el juego de Mike Sergio. Sergio, un actor y músico quien considera esto como "arte escénico", se lanzó en paracaídas hasta caer en el Shea Stadium en pleno primer inning portando una pancarta que decía "Vamos Mets", cayendo a pocos pies de distancia de la loma del lanzador. Sergio fue arrestado y puesto en libertad; pero antes de que eso ocurriera, estaba sudoroso, pensando en cómo a su nombre se vería afectado en el contexto histórico si los Mets terminaban perdiendo el partido. Pensó que sería considerado culpable de la desgracia del equipo neoyorquino y causante de la maldición de una franquicia. Por eso, cuando los Mets lograron ligar un rally en pos del triunfo mientras Sergio permanecía arrestado, según afirma, "el ambiente se tornó sumamente festivo". Sergio se negó a revelar la identidad de su cómplice (el piloto, quien violó las reglas de la Administración Federal de Aviación estadounidense con su vuelo) y como resultado, pasó tres semanas tras las rejas, limitándose a afirmar que "me siento contento de haber portado mi paracaídas cuando caí de las tribunas".
Texas Rangers: La Riña (4 de agosto de 1993)
Tal como lo indica Jomboy: "Robin Ventura no tenía un plan. No sé cuál era su plan". Si bien este es un problema casi universal para todos los que se atreven a subir a la lomita (el pitcher tiende a quedarse inmóvil, mientras que el pelotero buscapleitos se ve obligado a improvisar algo en el calor del momento en un terreno desigual, viéndose reducido a parecer un idiota), realmente se necesita indicar que el plan de Ventura fue uno de los más peculiares: Se quita el casco. Trota en dirección hacia Nolan Ryan. Después, comienza a desacelerar y coloca su cabeza justo por debajo de la axila de Ryan. Su cabeza golpea la axila, como si fuera la cabeza de una enfermera exhausta al final de un largo día. Pareciera que esa axila reprodujera la sensación del abrazo de una madre. Como si fuera similar a una cómoda bolsa de dormir, como si fuera una cesta de pan puesta sobre la mesa de un restaurante tras una espera de 90 minutos para tomar asiento. "No me puedo mantener de pie", fue probablemente lo dicho por Ventura mientras cayó en el fuerte y furioso agarre de Ryan. "Sostenme". Y así lo hizo Ryan, hasta que la ola hizo lo que suelen hacer las olas.
Chicago White Sox: el partido improvisado de Michael Jordan (7 de febrero de 1994)
No hay nada nuevo que decir con respecto a la carrera de Michael Jordan como pelotero de ligas menores, cuando decidió abandonar las canchas de baloncesto en la cúspide de su carrera en la NBA. Sin embargo, hay que poner las cosas en contexto: sería similar a si Ken Griffey Jr., en vez de aparecer como invitado en una canción de rap en 1992 (ver cápsula previa), se hubiese retirado del béisbol para convertirse en rapero a tiempo completo. Y de inmediato, hubiese emprendido una gira.
Por supuesto que sigue siendo increíble que Jordan haya tomado semejante decisión y que haya tenido un desempeño aceptable como pelotero. Pero se siente significativo el hecho que las mejores anécdotas de esa época tienen que ver con las partidas improvisadas de baloncesto que jugó contra sus compañeros. "Recuerdo haber intentado hacer una jugada en un partido improvisado", recuerda el comentarista Curt Bloom, "solo para lograr que me dijera: 'no lo necesito'". El hecho que Michael Jordan jugó baloncesto contra peloteros profesionales es, en definitiva, algo mucho más interesante que ver a Michael Jordan jugar al béisbol contra ellos.
Arizona Diamondbacks: Randy Johnson mata un pájaro (24 de marzo de 2001)
Esta es mi curiosidad favorita: Si tomamos un fajo de cartas y lo barajamos varias veces, es más probable que termine en un orden inédito para un fajo de cartas. El número de combinaciones posibles es cercano a mil millones de veces mil millones de veces mil millones de veces mil millones de veces mil millones de veces mil millones. Ninguna orden es más especial que otra. Ese barajar de cartas que nos obsequia un as no tiene mayores probabilidades por encima de aquél que te entrega la peor de las cartas.
Tengo una percepción similar a lo anterior con respecto al hecho que Randy Johnson hizo un pitcheo que cobró la vida de un pájaro que atravesaba el terreno, un momento absolutamente inconmensurable hecho perfección debido a la circunstancia (irrelevante para el ave pero no a los efectos de este relato) de que el pitcheo fue enviado por el lanzallamas más grande de la historia del béisbol. Se trata de un hecho *sumamente* improbable. Por otra parte, se trata simplemente de átomos en movimiento, continuamente barajados en ordenes que solo ocurrirán una vez, no menos probable que mi existencia o la de ustedes. Esto me hace quedar al borde de las lágrimas.
Detroit Tigers: el juego perfecto casi perfecto (2 de junio de 2010)
La infraestructura generadora de memes aún no estaba totalmente consolidada en 2010. De haber ocurrido 10 años después, la cara de "No puedo creerlo" de Armando Galarraga probablemente se habría convertido en la versión del béisbol de "LeBron gritando a J.R. Smith" o de "McKayla Maroney sin impresionar". (Aunque no llegaría al nivel de "Jordan en llanto"). Tal como sucedió, el esfuerzo de Galarraga (un juego perfecto producto de la nada, roto por un dictamen atroz del árbitro en el out 27) se hizo merecedor de una mención en la comparecencia ante los medios de la Casa Blanca, una canción escrita por Dan Bern con matices dignos de Bob Dylan y fue motivo de inspiración para la implementación de la repetición instantánea en el Béisbol Mayor.
Toronto Blue Jays: el "bat flip" de José Bautista (14 de octubre de 2015)
José Bautista giró su bate y el mundo entero entró en expansión. Se han producido miles de "bat flips" antes y después del incidente, pero es un error pensar que lo ocurrido esa noche fue solamente "otro bat flip del montón". Al igual que ocurre con muchas cosas dentro del lenguaje, su significado proviene de un contexto y cultura que es complicado descifrar a pesar de producir una sensación inconfundible y fácil de percibir. El "bat flip" de Bautista fue la mayor expresión de confianza jamás vista en un terreno de béisbol y, con la exclusión de verdaderos actos violentos (o qué demonios, incluyéndolos), fue probablemente el acto más hostil en la historia de la pelota grande. Fue tan súbito y severo, cargado de antecedentes y consecuencias que la desaparecida web Grantland intentó, de forma inmediata, compilar su historia oral. Fue un hecho tan atractivo en lo visual que fue inmortalizado en suéteres navideños al invierno siguiente. Incluso, se ha sugerido como sustituto al logo de Major League Baseball. Fue algo puro y perfecto. Cada vez que un pelotero intenta, con tesón excesivo, crear su propia celebración digna de un meme (te vemos avergonzados, Bergman), es evidente lo imposiblemente alto del nivel impuesto por Bautista y lo imposiblemente genial que fue su gesto. Si bien ocurrió en 2015, cuando las redes sociales ya estaban consolidadas, es evidente que aún no hemos agotado su potencial viral:
First Saturday of sheltering in place in Illinois. Recreated Jose Bautista's bat flip with Legos with the kids. pic.twitter.com/CdJSdaBhkO
— Jordan Bastian (@MLBastian) March 21, 2020