"Si algo puede salir mal, saldrá mal": Primera Ley de Murphy.
Con pasmosa facilidad, los New York Yankees, uno de los mejores equipos de las Grandes Ligas según las proyecciones en la pretemporada, están creando las condiciones para algo que era inimaginable hace apenas una semana:
Que la novena del Bronx se quede fuera de la postemporada en la primera ocasión en que más de la mitad del circuito tendrá un puesto en la fiesta de octubre.
Después de una humillante derrota ante los Toronto Blue Jays el lunes, en la que permitieron 10 carreras en la sexta entrada, los Yankees pusieron su récord en 21-20 y se alejaron a dos juegos completos de la franquicia canadiense exiliada a Buffalo, estado de Nueva York, en la batalla por el segundo lugar de la División Este de la Liga Americana.
Los Tampa Bay Rays (28-4) encabezan el sector con la mejor marca de la liga, mientras que los Blue Jays (23-18) ocupan el quinto puesto del joven circuito. Nueva York va tercero en la división y ahora mismo posee el octavo y último puesto de clasificación en un formato especial adoptado para una temporada recortada en medio de la pandemia del coronavirus.
Pero incluso en un torneo en el que avanzarán 16 de 30 equipos (8 de 15 en cada liga), los Yankees deberían comenzar a operar en un modo de alerta máxima para evitar lo que sería el peor desastre de la historia moderna para la franquicia más exitosa del deporte profesional estadounidense.
De acuerdo a la herramienta que utiliza ESPN para pronosticar las oportunidades que tienen los clubes de avanzar a los playoffs (que toma en cuenta varios factores, incluyendo el resto del calendario), los Yankees entran al martes con un 88.8% de probabilidades de quedarse con la última plaza de la Liga Americana.
La realidad es que los Baltimore Orioles (19-21), Seattle Mariners (19-22) y Detroit Tigers (18-21) ya le pisan los talones, a 1.5 y 2.0 juegos de Nueva York, respectivamente. Y mientras los Yankees han perdido cuatro consecutivos, siete de diez y 14 de sus últimos 19 encuentros, Seattle (6) y Baltimore (3) han ganado sus últimos nueve compromisos.
Asombrosamente, Baltimore y Detroit solamente han perdido un juego más que los Yankees en el 2020.
Pero más que la presión que puedan ofrecer tres equipos que el año pasado perdieron 316 juegos (Detroit 114, Baltimore 108 y Seattle 94) y que en lugar de reforzar sus nóminas las debilitaron recientemente, es la situación propia de los Yankees lo que más debería preocupar a sus dolientes.
El bache de 5-14 en 19 juegos es el peor de Nueva York en los últimos 20 años y el tercer peor de cualquier equipo en el 2020. El bateo, la firma emblemática de los Yankees a lo largo de su historia, promedia .204 en los últimos 20 encuentros, el peor en un lapso semejante desde el 2014.
Las lesiones han jugado un rol preponderante en el mal momento de los Yankees.
El jardinero Aaron Judge, quien arrancó la campaña como un candidato al Jugador Más Valioso, solamente ha jugado un partido desde el 11 de agosto con una molestia en una pantorrilla. El jardinero y bateador designado Giancarlo Stanton (corva) no juega desde el 8 de agosto. El 3B colombiano Gio Urshela fue a la lista de lesionados en el fin de semana con por una astilla suelta de hueso en el codo.
El 3B/2B DJ LeMahieu, el mejor bateador del equipo en las últimas dos temporadas apenas regresó de la lista de incapacitados, igual que el torpedero venezolano Gleyber Torres.
Exceptuando a LeMahieu y al 1B/BD Luke Voit, los que más tiempo han estado en el campo lo han hecho terrible.
El receptor dominicano Gary Sánchez batea .130 con 48 ponches en 100 turnos. El veterano jardinero Brett Gardner fungió como tercer bate en cinco partidos pese a que batea .170 y posee un promedio de slugging de .309 en 94 turnos oficiales. El jardinero central Aaron Hicks batea .209 en 110 turnos.
El cuerpo de lanzadores de Nueva York tiene promedio de efectividad de 5.21 en los últimos 19 juegos, tras haber conseguido 4.01 en los primeros 22. El derecho Gerrit Cole, quien firmó un contrato de $324 millones de dólares en el invierno, tiene marca de 4-3, efectividad de 3.63 y lidera la liga con 13 jonrones permitidos. Cole, quien cumplió 30 años el martes, tiene 0-3, 5.63 en últimas tres aperturas.
El bullpen, la mayor fortaleza del club por años, también ha comenzado a fallar. El lunes, Los Blue Jays anotaron 10 carreras en la sexta entrada durante una serie de acciones que duraron 43 minutos contra los relevistas Chad Green y Adam Ottavino, quienes se combinaron para dominan a uno de 11 batedores enfrentados.
En la quinta ocasión en este siglo que Nueva York permite diez carreras en una entrada, Ottavino se convirtió en el quinto lanzador del club que le anotan seis o más carreras limpias sin sacar un out. Ahora la efectividad del derecho es 7.82, la de Green anda por 4.26 y la del cerrador cubano Aroldis Chapman en 7.20, aunque solamente en cinco entradas.
En los primeros 20 juegos de la temporada, el bullpen del manager Aaron Boone tuvo efectividad de 3.53 (31 carreras limpias y ocho jonrones en 79 innings), mientras que en los últimos 20 es de 5.94 (44 carreras limpias y 16 jonrones en 66.2 IP).
En resumen, los Yankees están en zona de playoffs, pero jugando tan mal que incluso la posibilidad de quedarse fuera de los playoffs aflora como una temible realidad. Y, según la Ley de Murphy, "Si algo malo puede pasar, pasará". Salvo, por supuesto, que se tomen los correctivos a tiempo.