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Tommy Lasorda y su conexión con la República Dominicana

Tommy Lasorda tenía un cariño muy especial con la República Dominicana, su gente y su béisbol. ESPN

Thomas Charles Lasorda dirigió a los Tigres del Licey y Leones del Escogido en LIDOM y siempre tuvo un cariño especial con el país caribeño

El miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, Tommy Lasorda, falleció a los 93 años a causa de un paro cardiopulmonar en su hogar el jueves por la noche y fue declarado muerto en el hospital menos de una hora después.

Lasorda jugó en las Grandes Ligas desde 1954 al 1956 pero se retiró en el 1960, y con Los Angeles Dodgers comenzó una relación como cazatalentos, hasta llegar a convertirse en coach de tercera base del equipo. En 1976 tomó el puesto de entrenador y en 1981 consiguió su primera Serie Mundial con los Dodgers derrotando a los New York Yankees.

También fue dirigente en la pelota profesional de la República Dominicana y en algún momento de su larga trayectoria llegó a calificar a LIDOM como una de las mejores ligas del mundo.

Lo vivió a pie del terreno cuando estuvo como entrenador en las temporadas de 1970-71 con los Leones del Escogido y luego en 1972-73 y 1973-74 con los Tigres del Licey, equipo con el que se identificó durante el resto de su vida. Ganó campeonatos consecutivos con los azules de la Capital y también consiguió la Serie del Caribe de 1974. Tuvo record de 150 victorias y 135 derrotas en su carrera como dirigente en la pelota local, siendo su mejor temporada la del 73-74 con 37 triunfos y 21 reveses.

Los Tigres del Licey expresaron su pesar sobre Lasorda, en la persona del presidente del equipo, Domingo Ernesto "Monchín" Pichardo quien lamentó la muerte de un amigo personal de su familia y de una figura histórica con estrechos vínculos con el club.

Curiosidades del destino, el color azul representa tanto a Dodgers como a Tigres. El color que amó por el resto de su vida.

Tenía una predilección especial por el mondongo, un plato típico dominicano que consiste en un guiso preparado a base de la panza de la vaca, y que le gustaba acompañar con tostones, plátano majado frito, o con arroz. De ahí su curioso apodo local “La Mondonga”.

Visitaba periódicamente el país y no era raro verlo en un estadio de béisbol cuando lo hacía. Fue siempre un propulsor del deporte nacional y uno de los premios del Salón de la Fama del Béisbol Latino, lleva su nombre, precisamente un reconocimiento dedicado a personas no latinas que hayan impactado positivamente el béisbol, algo que nunca dejó de hacer Lasorda. Incluso se develó hace ya casi una década una estatua en la sede de la premiación en La Romana.

De trato siempre afable, con un manejo exquisito y sus curiosas anécdotas, hacían de Tommy Lasorda un personaje pintoresco y único, al que todos respetaban y admiraban.

Para algunos Tommy Lasorda es sinónimo de béisbol en las Grandes Ligas, pero para los dominicanos era y seguirá siendo el vínculo inmortal entre lo mejor de la MLB y la pelota nuestra.