La barrida propinada por parte de Boston Red Sox a New York Yankees durante el fin de semana mostró un marcado desgaste en la forma en la que los neoyorquinos están jugando al béisbol y cómo los de Boston se han adaptado mejor a las circunstancias que imperan en MLB gracias a sus mánager
Al principio de la temporada, New York Yankees era el segundo equipo con más posibilidades de ganar la Serie Mundial, solo detrás de los actuales campeones, Los Angeles Dodgers. Si nos adelantamos a la actualidad, con cerca de un tercio de la temporada completada, el conjunto está en cuarto lugar de la división este de la Liga Americana, en medio de una de sus peores temporadas ofensivas desde la introducción del bateador designado en 1973.
El equipo produce poco más de tres carreras por partido (su peor estadísticas desde 1972), aproximadamente 7.4 hits en promedio por encuentro y un batea para .228 (cifras más bajas desde 1968), se están ponchando al peor ritmo de la historia de la franquicia, promediando 9.4 outs por esa vía en cada partido y su trabajo en las bases ha sido pobre, permitiendo una alarmante cantidad de outs en los senderos y siendo incapaces de robar bases, teniendo un promedio de 0.2 almohadillas estafadas por juego (cantidad más baja desde 1965).
El equipo que compitió por el liderato histórico de más cuadrangulares durante el 2019 ha disparado 69 vuelacercas en 60 juegos, a pesar de estar golpeando la pelota con la misma fuerza que en ese año, pero gracias al no poder adaptarse a la nueva bola utilizada en MLB, ni a los cambios defensivos que les aplican los equipos, simplemente no están generando poder y se ven rezagados, como si el béisbol los hubiese dejado atrás.
Del otro lado, tenemos a unos Boston Red Sox con los que nadie contaba, los cuales llenaron múltiples huecos con veteranos en contratos cortos, jugadores de rol y apuestas de alto riesgo del lado del pitcheo. El mayor cambio en la estructura del equipo ha sido el regreso de Alex Cora como dirigente luego de un año de suspensión.
Los Red Sox llegaron a Nueva York luego de perder tres de cuatro partidos en contra de los Astros, sin J.D. Martínez, quien no ha estado accionando con el equipo, a pesar de ser el corazón de la alineación y con urgencia de no permitir que Tampa Bay Rays tomara distancia en el liderato de la división.
Los Red Sox barrieron a los Yankees con una forma moderna de jugar béisbol. Se olvidaron del cuadrangular, aunque conectaron tres importantes durante el fin de semana. Atacaron la banda contraria, venciendo así las formaciones especiales defensivas y obligaron a los neoyorquinos a batear para “doble play”, múltiples veces.
No necesitaron abusar de las dimensiones del Yankee Stadium para despachar a unos Yankees cuya ofensiva está desaparecida, simplemente jugaron un béisbol inteligente y adaptado a una pelota que no corre en la misma forma que en años anteriores al ser golpeada.
Cora dijo en una de sus ruedas de prensa previa a la serie contra Yankees: “La pelota no está corriendo (recorriendo distancias luego de ser bateada). Ahora debemos jugar como antes, donde el bateador, en vez de tratar de golpear la recta de manera adelantada, se sienta a esperar el lanzamiento y una vez dentro hace el swing, porque los hoyos están del otro lado del campo (debido a las formaciones defensivas especiales). Mira el caso de nuestro mejor bateador, J.D. (Martínez), él no es un bateador de cuadrangulares, los dispara, pero simplemente es un buen bateador”.
Los resultados de Red Sox, los cuales son en gran parte producto de la cabeza de Alex Cora, quien ha transformado la mentalidad y el corazón de uno de los peores equipos de la temporada 2020 y quizás de la historia de la organización. Adaptarse y crear herramientas para suplir las necesidades los ha hecho contendientes.
Es algo tan simple como la mentalidad agresiva que Alex Cora trae al equipo con corredores en base. Los Red Sox son el mejor equipo de MLB anotando carreras luego de embasar corredores, con el 35 por ciento de sus peloteros llegando al plato después de embasarse. Los Yankees son los peores, con tan solo el 24 por ciento, siendo pasivos en muchas circunstancias y arriesgando poco (o cometiendo cuestionables errores de juicio al correr las bases), todo en espera del gran batazo.
Estamos viendo el “Efecto Alex Cora”, mientras los Red Sox juegan ajedrez en el béisbol moderno, los Yankees se mantienen jugando damas.