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Chávez- De La Hoya, la pelea que nunca debió suceder

MÉXICO -- Hace dos décadas que Julio César Chávez y Óscar de la Hoya polarizaron a la nación hispana en Estados Unidos, hace 20 años que el 'César del Boxeo' y el 'Golden Boy' lograron una atención insospechada en el mundo del boxeo, los mismos 20 años en los que JC se ha dado tiempo para reflexionar y arrepentirse de haber tomado ese combate, el cual consideró un castigo divino.

Chávez y De la Hoya se enfrentaron un 7 de junio de 1996 en el Caesars Palace de Las Vegas. JC, el veterano con 33 años y 10 meses de edad, le concedió la oportunidad a Óscar, de 23 años y cuatro meses, de disputar la faja de peso súper ligero avalada por el Consejo Mundial de Boxeo a la que el sonorense había dado un brillo sensacional.

La pelea se denominó 'Ultimate Glory'. Al duelo llegó JC ya con su primera derrota profesional y un empate, pero un extraordinario número de 91 victorias, mientras que Óscar, que venía apartando rivales del camino sin problema, lo hizo con saldo profesional de 21-0 y la fama que da siempre el ganar una medalla de oro en los Juegos Olímpicos. De la Hoya busca la gloria con el tricampeonato ante una leyenda, y JC trataba de alargar su ya engrosado legado.

Las apuestas prefirieron a De la Hoya por 2 a 1, pero ese departamento era el único sitio en que Óscar era favorito, porque entre los fans, como era de esperarse por la pasión que había generado JC hasta ese instante, el apoyo fue para el nacido en México.

Con la ebullición a más no poder en el ambiente, hubo algo que cambió la pelea. Uno de esos imponderables que hoy, a 20 años, son un recuerdo obligatorio y que el propio Chávez recuerda con amargura. Un corte en la ceja izquierda que pudo cambiar el rumbo de la historia si JC hubiera decidido no pelear.

"Era una pelea muy atractiva, el joven con el viejo, y el de la experiencia era yo. Me preparé como nunca para esa pelea, lógicamente yo ya traía mis problemas de adicción, pero aún así pude parar por dos meses y me preparé como nunca, hice un sacrificio inhumano porque estaba prendido yo a mi adicción, pero sabía que era una pelea muy importante, iba sumamente bien preparado.

"Pero faltando cinco días para la pelea, era mi último día de sparring, y ya era el último round de sparring y cuando menos pensé me pegan un golpe y que me cortan. Le dije a mi doctor que cómo le íbamos a hacer. Me dijo que la pelea se iba a suspender", recordó Chávez sobre la previa a ese combate de hace 20 años, que por cierto se vendió en circuito cerrado.

Recuerda JC que su intención inicial fue parar la pelea, pero le convencieron de seguir y comenzó entonces a tomar decisiones de las que hoy se arrepiente.

"Me convencieron y ese mismo día el doctor me operó, me cosió y dije, así me la voy a aventar ch... a su m.., el doctor me dijo que obviamente en la pelea se me iba a abrir, pero que iba a ir a Tijuana por un ungüento para cauterizar las heridas, para que la hemorragia no fuera tan profunda. No quise suspender la pelea, pero dije que si se van a dar cuenta en la Comisión, la pelea se va a suspender. Pero la verdad es que se hicieron pend... en la Comisión, y así subí cortado", confesó la leyenda del boxeo mexicano.

"Antes de la pelea me tuvieron que meter una aguja en la cortada para que no me doliera, porque yo estaba recién operado, me entiendes, la herida estaba abierta, y me mete la aguja el doctor para que no me doliera y se me viene la hemorragia otra vez. Una hora antes de la pelea, antes de subir al ring. Esperamos a que el comisionado se distrajera, me metieron la aguja, se me viene la hemorragia y ahí vamos corriendo para el baño para que el de la comisión no me viera", reveló Chávez.

En uno de los momentos más recordados en la historia de JC bajo el ring, se recuerda que uno de sus hijos le dio un cabezazo y le abrió esa herida en la ceja durante una entrevista de televisión. "Era Cristian, mi hijo más chico, para que no se dieran cuenta tenía la acetona y los vellos pegados, pero me pegó en la ceja y se me vino la hemorragia, yo salí corriendo", compartió.

De acuerdo con el 'César del Boxeo', le cosieron la herida y para evitar que se viera le tenían que maquillar y ponerle acetona en la herida antes de cubrir la ceja con los propios vellos que le habían arrancado de la mano y el brazo. Fue la decisión de Julio.. y ya sabía lo que iba a pasar. De la Hoya lo detuvo por nocaut técnico en cuatro rounds.

"Cuando iba al ring ya iba sangrando. Dios me castigó y pasó lo que tenía que pasar. De la Hoya hizo su pelea, él ya sabía porque lógicamente ahí la cortada fue en el gimnasio de Bob Arum y tenían cámaras. Ahora sí me arrepiento, De la Hoya en ese momento no me hubiera ganado, mis respetos para De la Hoya, yo era mejor peleador que él, estaba todavía entero ahí, y había hecho una gran preparación, pero con la cortada cómo, era lógico que me ganara", aceptó.

Para De la Hoya, ese momento fue uno de los más brillantes para su carrera, pero también fue uno de los más complicados, según cuenta, por la admiración que sentía por Julio César Chávez. "Fue un momento agridulce, pero como boxeador uno tiene que hacer su trabajo de ganar peleas", recordó De la Hoya sobre aquel momento.

Sin embargo, las cosas no cambiaron. "Hasta este día sigue siendo mi héroe y la persona que más respeto en el boxeo. Y lo sigo diciendo: si hubiese tenido (Chávez) 25 años me rompe la cara", sentenció el 'Golden Boy', quien al igual que Chávez, sostuvo años después una intensa batalla contra las adicciones.

Después de 20 años, Chávez es un reconocido analista del boxeo mexicano y tiene un éxito rotundo con su línea de ropa y guantes, así como con sus clínicas de rehabilitación, mientras que De la Hoya es un prominente promotor de boxeo y empresario.