La decisión de Vladimir Putin de invadir Ucrania tuvo un coletazo que llegó directo a la Fórmula 1: Nikita Mazepin fue eyectado de la categoría justo antes del arranque de los ensayos de pretemporada de 2022 y, con él, el apoyo financiero que su padre había volcado al equipo Haas como sponsor. La prohibición de competir recayó en todos los atletas rusos, aunque luego de un tiempo fueron habilitados a participar de las distintas disciplinas deportivas bajo bandera neutral.
La situación de Mazepin fue diferente. El gobierno de Gran Bretaña considera que Nikita estuvo asociado a su padre para recibir favores del Estado ruso. Dmitry Mazepin es el dueño de la gigantesca empresa química Uralkali y, según los británicos, ejercía actividades de importancia estratégica para el gobierno de Putin. Por eso, la Justicia del Reino Unido les prohibió a los Mazepin el ingreso a su territorio y congeló sus bienes en territorio británico. Tras un año sin competir, Nikita volvió a las pistas en enero de este año en Asian Le Mans Series, sin representar a ninguna bandera patria, compartiendo un Oreca con Neel Jani y Ahmad Al Harthy. Pero su gran objetivo fue siempre tratar de volver a la Fórmula 1, categoría que se vive por Star+.
En marzo, la Unión Europea levantó la sanción que le había impuesto y eso le abrió la puerta a poder correr en el continente, un paso más para volver al Mundial. Pero, claro, debía destrabar la prohibición en Gran Bretaña por un motivo muy simple: la mayoría de los equipos de la Fórmula 1 están afincados en Inglaterra. Por eso, el ruso solicitó a la Justicia británica el levantamiento, al menos temporario, de la sanción. Sin embargo, el Tribunal Superior desestimó el pedido y Nikita seguirá fuera de la máxima categoría del automovilismo.
Todavía le queda una ficha por jugar al expiloto de Haas. El 19 de julio se realizará una audiencia en los tribunales ingleses ante otro intento legal de Mazepin para destrabar su situación con Reino Unido.