Mick Schumacher aguardó paciente hasta que finalmente le llegó su chance de volver a subirse a un Fórmula 1. Pasaron 199 días desde el GP de Abu Dhabi, que cerró el ejercicio 2022 del Mundial y el paso del alemán por Haas, hasta el ensayo solicitado por Pirelli en Barcelona, que puso al hijo de Michael por primera vez arriba del W14, al menos en lo real, porque acumulaba horas y horas en el simulador. El tercer piloto de las Flechas de Plata completó 152 vueltas en el auto que Lewis Hamilton y George Russell aceleran en cada cita del torneo que se ve por Star+.
“Hacía tiempo que no conducía, así que ya lo estaba notando físicamente. Pero es agradable estar de vuelta en el habitáculo. Esta experiencia me ayudará en mi trabajo. Ahora entiendo mucho mejor a qué tengo que prestarle atención en el simulador y en qué tenemos que trabajar. También entiendo mucho mejor cómo funcionan todos los procedimientos y cómo trabaja el equipo en la pista. Eso podría ser decisivo si alguna vez tengo que entrar a conducir en una carrera”, dijo el excampeón de Fórmula 3 y Fórmula 2. Claro, si alguno de los dos ingleses titulares tuvieran algún inconveniente que los obligase a faltar en algún Gran Premio, la butaca sería para Mick.
Guenther Steiner, director de Haas, decidió un cambio dentro de la escuadra estadounidense para 2023 y Schumacher fue removido de su puesto y reemplazado por Nico Hülkenberg. Mick fue rescatado por Toto Wolff, quien rápidamente decidió contratarlo como reserva de Mercedes. Desde entonces, su tarea fue en el simulador de Brackley para encontrar soluciones al W14 que comenzó el año con problemas de competitividad. Para la cita de Mónaco, la escuadra alemana estrenó un nuevo paquete aerodinámico en el que mucho tuvo que el trabajo del hijo de Michael. “Tenemos un gran equipo con Mick en el simulador, el viernes por la noche hizo un gran trabajo que nos ayudó a encaminarnos para tener un buen sábado”, dijo Hamilton en Barcelona, donde el auto negro mostró su mejor rendimiento de la temporada.
“Obviamente, hay una diferencia entre el simulador y la conducción en el mundo real”, dijo Mick. “Siempre habrá una diferencia, ya que la tecnología no está en un punto en el que se pueda comparar al 100%. Sin embargo, es la experiencia más cercana que he tenido entre un simulador y la vida real. El simulador me ha preparado, y el equipo ha hecho un gran esfuerzo de correlación. Eso me ha ayudado a saber qué esperar al conducirlo”, cerró.