El argentino completó la durísima carrera en el callejero de Marina Bay, batalló con Checo Pérez y quedó a un paso de los diez. Alex Albon, su compañero, abandonó temprano.
El primer gran desafío que debía enfrentar Franco Colapinto estaba más allá de la competitividad de los rivales. El calor, la humedad, el trazado urbano tortuoso de Marina Bay, la noche… Todo el combo que le presentaba el GP de Singapur al argentino en su tercera carrera en Fórmula 1. El solo hecho de haber completado las 62 vueltas es un éxito personal para el piloto de Williams. Y no solo eso, estuvo a punto de terminar en la zona de puntos al firmar el 11º lugar.
Casi 60 grados dentro del FW46 fue el horno al que debió subirse el piloto argentino para la 18ª fecha del Mundial. Y en esas condiciones difíciles afrontó el compromiso a partir de una buena primera vuelta. Si bien Colapinto no tuvo una buena reacción en el pique en el momento que se apagó el semáforo, encontró un hueco grande por adentro en la primera curva y se metió entre los diez. Detrás, Checo Pérez, quien comenzó a atacarlo y logró contenerlo, ayudado por el intrincado trazado de Singapur, al que ni las cuatro zonas de DRS le otorgan zonas de sobrepaso cómodas.
“No puedo pasarlo, Franco es muy bueno”, fue el halago que se escuchó de Checo Pérez desde la radio en la comunicación con el equipo Red Bull. El argentino de Williams lo controló hasta que el mexicano finalmente debió dejarlo. Finalmente, el subcampeón logró el sobrepaso en los boxes, al para antes al tapatío por nuevos neumáticos. Franco paró luego y, al volver a pista, estaba 11º, con el auto de la empresa de las bebidas energizantes adelante.
El cansancio fue fuerte por el calor y la segunda mitad de competencia (la primera en Singapur sin ingreso del auto de seguridad) se hizo cuesta arriba en lo físico. Solo ver a Lando Norris, vencedor en Marina Bay, tirándose agua por adentro del buzo antes de ir al podio era la muestra. El agotamiento era supino. Así y todo, en los giros finales Colapinto se fue encima de Checo en busca del último punto que repartía la cita de Singapur. El mexicano llevaba muchas vueltas tratando de pasar a Nico Hülkenberg, algo que fue imposible. La chance de ataque de Franco se terminó cuando lo alcanzó Norris, el líder. El inglés lo superó y sufrió un leve despiste justo en ese momento, frente al Williams. Ese fue el final del sueño de atacar a Checo en el final.
“Yo hice todo bien, lo mejor que pude. Me pararon muy tarde y me pasó Pérez, si no, no me habría pasado. Hülkenberg lo aguantó y tenía menos que yo. Creo que podría haber terminado en los puntos si hubiéramos elegido bien el momento estratégico de parar”, dijo Colapinto, pasándole una muy temprana factura al equipo de Grove. Especialmente después de que, tras la bandera de cuadros, James Vowles, director de la escudería, lo felicitara y agradeciera el gran esfuerzo.
Colapinto reconoció lo dura que fue la carrera para el físico. me cansé mucho y estaba más al límite yo que la máquina. “Me da bronca no haber sumado después de una carrera tan dura. La bebida en el auto estaba muy caliente, con el azúcar, una cosa medio rara y me duele la panza”, contó.
Colapinto fue el único representante de la escuadra inglesa en terminar la carrera. Un problema técnico dejó afuera muy temprano (en la vuelta 20) a Alex Albon, su compañero. El urbano de Marina Bay no le cae bien a Williams. Colapinto igualó el resultado de Albon de 2023, la mejor posición del team en Singapur desde el lejano quinto puesto de Valtteri Bottas de 2015.
Colapinto tendrá tres semanas para recuperarse físicamente del duro paso por Singapur antes de la próxima cita anotada en Estados Unidos, 19ª fecha, en el autódromo de Austin, otra pista en la que nunca corrió.