El equipo de expansión en la Fórmula 1 firma a dos veteranos perfectos para el desarrollo de una organización
Con la llegada de Cadillac a la parrilla, la Fórmula 1 volverá a ser una categoría de 11 equipos -la última temporada con 11 fue la de 2016-. Y el equipo estadounidense juega conservador al menos en el tema pilotos.
En el año debut de Cadillac serán dos viejos conocidos de la F1 los que estarán a los mandos de los monoplazas: Checo Pérez y Valtteri Bottas. Luego de meses de especulaciones, nombres lanzados en incontables titulares de prensa, los estadounidenses son sensatos y se van con la mejor dupla posible.
Quizá para el publico mexicano hubiese sido increíble ver a Checo a lado de Pato O’Ward; o para los estadounidenses tener a Colton Herta en un equipo nacional en F1; o para Brasil volver a tener a un par de representantes si Felipe Drugovich hubiese sido elegido (y Gabriel Bortoleto en Audi). Pero no. Cadillac firmó lo mejor que podían firmar y que estuviesen disponibles.
Vamos con tres razones por las cuales Cadillac atina al contratar a Checo Pérez y Valtteri Bottas.
Experiencia
Cadillac firmó 527 grandes premios en manos. Checo Pérez inició 281 carreras y Valtteri Bottas otras 246.
Además, ambos saben lo que es competir en medio pelotón, sacando los codos y sin tener el mejor auto, ya no digamos de la parrilla, ni siquiera el mejor auto de la media tabla. Checo inició en Sauber y Bottas en Williams; luego Checo pasó a Force India después del tropezón en 2013 con McLaren. El mexicano se batía entre el grupo de media tabla que buscaba los puntos que dejaban los más fuertes. A veces, cuando todo cuadraba, se puso en contención por el podio e incluso logró unos cuantos en esa organización (y con Sauber).
Bottas consiguió asiento en Mercedes luego de tres años en Williams, y como Checo, su carrera inició peleando contra los Force India (con Checo como piloto), los Toro Rosso, los Sauber entre otros. Muy parecido a lo que se espera que suceda con Cadillac en 2026. Pero, en caso de que Cadillac sorprenda y sea un equipo de podios e incluso contendiente a victorias, este par también conoce la presión de liderar el pelotón y hacer poles.
Checo Pérez ganó 6 carreras y no, no todas fueron con Red Bull. Su primera victoria la logró con Racing Point (Force India) en 2020 en Sakhir, cuando tuvo que aguantar la presión de los Mercedes (con Bottas al volante) en clara inferioridad en cuanto al auto. Más allá de los errores de Mercedes, Checo mostró el temple que se necesita para ganar en la F1. Temple que se fue forjando a lo largo de los años, recordemos cuando Checo en 2012, en su segundo año en la F1, perdió la oportunidad de ganar en Malasia por una desconcentración dejando la victoria en manos del experimentado Fernando Alonso.
Pero también hay que destacar el triunfo en Mónaco, cuando Checo aguantó al pelotón varias vueltas sin cometer el mínimo error entre las paredes del Principado para lograr el triunfo. Y la victoria en Jeddah en 2023, donde Checo supo mantener a Max Verstappen a distancia contestándole cada vuelta rápida que el neerlandés hacía.
Valtteri Bottas por su parte ganó 10 competencias, todas con el equipo Mercedes. Pero más que sus triunfos, queremos destacar lo veloz que es el finés a una vuelta. En Mercedes, compartiendo con Lewis Hamilton, Bottas ganó ¡20 poles! Muy apreciable número de posiciones de privilegio si asumimos que Hamilton estaba en el otro Mercedes.
Pero la experiencia de estos pilotos no la limitamos a lo que hicieron en pista. Checo y Valtteri son pilotos que han experimentado diferentes Fórmula 1. Checo inició en 2011 con F1 muy diferentes a los que dejó luego de la temporada 2024 y lo mismo Bottas, quien llegó en 2013 al serial. Los cambios que vivieron en la categoría fueron muy profundos: chasis, neumáticos, motores; y también superficiales: diferentes sistemas de puntos con la llegada de las carreras sprint, y otras tantas adaptaciones del reglamento deportivo. Además, conocen todas las pistas del calendario y todos sus trucos.
Y para redondear el argumento: ambos pilotos han trabajado con muchas personas en la categoría. Grupos de trabajo diferentes, con objetivos distintos, culturas y enfoques completamente en las antípodas. Por ejemplo, Checo pasó de la tranquilidad y suavidad de Sauber, a la espereza y altos reflectores que da McLaren; Bottas dejó la cultura ganadora de Mercedes para ir al modesto Sauber y ayudarles a salir del fondo de la tabla. Vamos, conocen a mucha gente, conocen muchas maneras de trabajar y Cadillac va a apreciar todos esos datos, esas maneras de ‘hacer’ que ambos aprendieron de tantas personas.
El desarrollo necesita CONSISTENCIA
Algo que un equipo de expansión necesita, es recorrido. Cadillac aprenderá y ajustará sus métodos, sus objetivos y su cultura en general, conforme avance el calendario. Dónde hospedarse, dónde comer, cuando es mejor viajar; si la sede principal estará en EE.UU. o si es mejor que esté en Europa… son los intangibles que una organización de F1 necesita tener bien afinadas para funcionar eficientemente en un calendario de 24 fechas. Eso y, por supuesto un auto con curva de desarrollo ascendente. Y esa es una chamba que recae en las manos de los pilotos.
Sí, vivimos en la F1 de los simuladores, pero nada mejor que los autos hagan muchos kilómetros y los pilotos dejen muchos datos en las computadoras y que sean capaces de transmitir sus sensaciones. En la medida en que los autos terminen carreras, Cadillac mejorará tanto en lo que los aficionados ven como en lo que estrá dettrás del telón. Checo y Bottas terminan carreras y es un punto muy fuerte a su favor.
El piloto mexicano tiene un porcentaje de retiros de 13.52%. El porcentaje de Bottas es mejor: 11.38. Son pilotos de más de 200 grandes premios, hay que recordarlo. ¿Dónde los coloca ese porcentaje entre los pilotos actuales, con 100 o más carreras iniciadas? Pues solo Lewis Hamilton (8.6) y Lando Norris (9.1) tienen mejor marca que Bottas; Checo pierde contra ellos y Charles Leclerc (13.0)
Además, terminar carreras no solo implican datos valiosos para el equipo, es un indicador de que los pilotos protegen el material lo cual en una F1 con límite de presupuestos, es una ventaja estratégica: datos y dinero a donde debe ir (investigación y no repuestos), igual a desarrollo.
Incentivos alineados
Acordemos de que los seres humanos somos egoístas. Algunos más, otros menos. Por buenas o malas razones, pero todos perseguimos nuestras metas. Y esos fines o metas, pueden afectar directa o directamente, fuerte o ligeramente, las metas de otros. Así que, en una organización funcional, es muy importante alinear todo con los incentivos adecuados. Y creemos que es lo que sucede y sucederá en Cadillac a lo largo de 2026.
Graeme Lowdon, director del equipo, recientemente dijo para Newsweek lo que esperan de sus pilotos y lo que no quieren que sea Cadillac para los mismos:
“Todos quieren demostrar algo. Nunca lo considero la mayor motivación. Nuestro equipo no está para que alguien demuestre algo”, señaló el británico.
“Nuestro equipo está para ofrecer una posición en el campo, por así decirlo, para que alguien demuestre lo que puede hacer con certeza. Pero no es un vehículo para mostrarle al mundo algo que vale o lo que sea. Los pilotos están ahí para demostrar lo mejor de sí mismos para el equipo y también deberían estar motivados por el equipo que los rodea. No me gustan tanto los que buscan demostrar algo personal”.
Pues Bottas y Checo, un par de viejos lobos que han saboreado el champagne de la victoria, la amargura de la derrota, la frustración de no poder contra su compañero de equipo (Max Verstappen, Checo, Lewis Hamilton, Valtteri) tienen los incentivos para ayudar a Cadillac a que sea relevante en la F1. Por que en la medida que Cadillac tenga éxito, ellos reivindicarán su estatus en el serial.
¿Es algo que necesitan Checo y Bottas? Pues es una pregunta que algunos podrían contestar afirmativamente y otros no. Pero al final, ajustémonos a los hechos: han firmado, a sus 35 años, luego de victorias y poles y muchos cheques con muchos ceros. No es por dinero, ni por el sueño de ganar un gran premio o una pole (tienen varias); y ambos son los suficientemente maduros para entender que Cadillac no es el tren rumbo al campeonato, ese tren ya les pasó y por ‘mala suerte’, si se quiere, compartieron el ‘tren’ con un par de talentos generacionales. Ni modo, se lo perdieron. Entonces, no usarán a Cadillac como 'vehículo' para saltar a otro asiento más competitivo, como si podría hacer un piloto joven.
Luego, ¿por qué están en Cadillac? Una pregunta que quizá podamos formularles después. Mientras, subrayemos que Cadillac quiere destacar en la F1, ha eso han venido y para ello necesitan desarrollo, mismo que obtienen con este par de veteranazos.
Y los pilotos tienen un asiento para dejar en esa organización y en las pistas su último aliento de competitividad. Para poner a disposición de una marca importante todo su conocimiento sobre un deporte que, además de habilidad, necesita de datos. Y sin interferir con los intereses del equipo ellos pueden perseguir sus intereses, a saber: que todavía tienen algo que ofrecer, que no han dejado su última imagen en la F1.
Checo y Bottas tienen más pasado que futuro en la F1 y este es 'su último baile'. Ojalá sea memorable.
