Checo Pérez logró en el Gran Premio de Sakhir su primera victoria en la Fórmula 1. Pasaron casi 10 temporadas completas, 190 carreras iniciadas (193 totales) y miles y miles de vueltas para que el tapatío hiciera que el mundo del automovilismo volviese a escuchar el himno nacional mexicano.
Toda una curiosidad, pues en 1967, cuando Pedro Rodríguez ganó en Kylami, Sudráfrica, la organización no tenía el himno nacional mexicano, así que buscaron algo que sonara ‘latino’ y hablara de México, así que pusieron la canción “Al sur de la frontera” (South of the Border con Bill Crosby), así lo certifican el periodista Carlos Jalife en su libro “Los hermanos Rodríguez”, y Jo Ramírez en “Mi vida en la Fórmula 1”. Desde entonces, el mayor de los Rodríguez cargó con una reproducción del himno mexicano.
Volvió a sonar en 1970, en la peligrosa Spa-Francorchamps, entonces de 14 kilómetros. Pedro Rodríguez la dominó y venció con un BRM. “Estoy muy contento. Es grandioso ganar aquí…” dijo el capitalino en su momento.
Checo Pérez, en el Gran Premio de Turquía de este año, logró su noveno podio al terminar segundo en Istanbul Park. Quince días después estuvo a punto de conseguir por primera vez en su carrera podios consecutivos, pero el motor lo abandonó en Bahréin a cuatro vueltas de terminar tercero.
Un fin de semana después, el destino le sonrió a Checo Pérez y en otra configuración del circuito de Sakhir, logró su primera victoria. Un triunfo que no se veía venir porque el auto que pilota no está para ganar; porque no completaba la primera vuelta, cuando chocó con Charles Leclerc (Ferrari) y fue echado para atrás –último del pelotón; porque los dos Mercedes dominaron a placer más de la mitad de la carrera.
Pero el cielo se abrió y recompensó el esfuerzo de Pérez, quien no puso una rueda mal y con un impecable ritmo se puso en la posición perfecta para capitalizar los errores de Mercedes. Otra ironía: Leclerc comprometió la carrera de Checo, pero al final, quizá habría que agradecerle que sacó a Max Verstappen de la competencia.
Como sea, Checo trabajó la victoria en Sakhir, pero en realidad la venía trabajando desde hace años y finalmente todo se acomodó –incluida la suerte de todo ganador- para que el himno nacional mexicano volviese a sonar en una pista de Fórmula 1… esta vez sin inconvenientes.