Checo Pérez tuvo un terrible Gran Premio de Japón y aquí te decimos qué pasó con él
El Gran Premio de Japón fue una tortura para el piloto mexicano Sergio Pérez en todos los sentidos. Arrancó mal, tuvo mala suerte, trató de hacer rebases con frustración y de 'castigo' tuvo que volver a la pista para cumplir una sanción y prácticamente abandonar dos veces en Suzuka e irse sin puntos.
El piloto de Red Bull tuvo un domingo en Suzuka para borrar de la memoria. Primero porque, desde el viernes, su compañero de equipo, Max Verstappen, motivado por las críticas luego de Singapur, arrasó desde su primer momento, mientas que él lo veía a más de un segundo de distancia.
Luego, en la calificación, aunque recuperó un poco, apenas pudo colocarse en el quinto cajón de salida desde donde se auguraba una largada complicada y así fue.
Checo, colocado en la parte externa sufrió en el congestionamiento por por el ataque de Carlos Sainz, quien desde que vio los semáforos en verde atacó por el centro de la pista, consiguió mejor tracción y se puso entre Leclerc y Pérez.
El tapatío todavía no salía de su asombro, cuando, por fuera, Lewis Hamilton colocó su Mercedes a un lado del Red Bull número 11. Checo Pérez hizo un movimiento hacia la izquierda antes de la curva 1 y al tocar a Hamilton, dañó la nariz de su monoplaza.
Ahí, Checo cayó al séptimo lugar, cayó una bandera amarilla por los restos de su auto y los del Alfa Romeo de Valtteri Bottas ,que también tuvo un choque en la arrancada. En ese momento, el auto del nacido en Guadalajara visitó por primera vez los pits para cambiar la parte delantera.
Pero todo le iba a salir mal a Checo. Antes de ingresar a pits, ya con el Virtual Safety Car decretado rebasó al auto que tenía delante antes de entrar a Pit Lane, lo que le supuso una sanción de 5 segundos.
Desde la cola, Pérez trató de remontar lo más rápido posible. Así dispuso de Alex Albon, Zhou Guanyu, pero se atoró detrás del Alpine de Esteban Ocon, quien le dejó de 'herencia' el Haas de Kevin Magnussen.
Checo Pérez, en una maniobra a destiempo en el 'hairpin', trató de ir por dentro del danés Magnussen y lo golpeó para hacerlo trompear. Demasiado optimismo y mucha prisa.
El RB19 de Pérez sufrió, otra vez, daños que lo hicieron ingresar a los fosos por segunda vez. Cumplió con su primera sanción de 5 segundos, pero todavía no sabía que los comisarios de carrera le habrían de imponer una penalización más por el contacto contra Magnussen.
Una vez de regreso en la pista, el auto de Checo ya no estaba en condiciones y el equipo decidió retirarlo con sólo 14 giros completados.
Hasta ahí, parecía que todo normal, un abandono, pero como tenía una sanción de 5 segundos pendiente por lo de Magnussen, luego de 10 vueltas decidieron en Red Bull que Checo Pérez tenía que volver a montarse en el auto 11.
¿Por qué si ya no tenía ninguna posibilidad de sacar puntos? La respuesta es para cumplir con la sanción de 5 segundos y cargarla para el siguiente Gran Premio en Qatar, donde podrían aplicársela en la posición de salida.
Antes, tuvieron que consultar con la FIA para saber si podía regresar, además de asegurar que lo harían sin afectar la carrera de nadie y en las condiciones más seguras.
Ahí, sentado en el cockpit del auto, Checo pasó 11 vueltas, como unos 20 minutos. Eso parecía más que sanción, castigo o tortura impuesta por su desempeño.
Abandonar una vez es duro, ahora, volver y tener que retirar el coche de nuevo debe ser algo muy amargo.
En la vuelta 40 de 53, mientras Verstappen daba cátedra, los McLaren hacían una escolta papaya y los Mercedes se peleaban entre sí, Checo Pérez entró a la pista a hacer dos muy penosas vueltas. La primera para regresar de inmediato a pits y cumplir los 5 segundos de castigo y, luego, una segunda nada más para retirar el auto, ahora sí, definitivamente.
Japón fue como un amargo trozo de wasabi en la boca de Checo Pérez, un día para olvidar. Deberá pensar que fue una pesadilla y dar vuelta a la hoja, porque lo de Suzuka fue un desastre.