1. LOS AFICIONADOS A los deportes son una raza rara, complicada. Contrario a toda lógica disfrutan más las derrotas de sus acérrimos rivales que las victorias propias. No quiero ser absoluto, pero ocurre con mayor frecuencia de lo que ustedes puedan imaginar. Dos colegas, que por razones obvias no voy a dejar plasmados sus nombres en esta columna, han hecho su agosto en redes sociales con la mala racha de los Boston Red Sox (69-54), poniendo en segundo plano el buen paso de sus amados New York Yankees (69-52). Aunque, para no faltar a la verdad, su jolgorio llegó al paroxismo después de la reciente barrida en tres partidos que colocó a los Mulos en segundo lugar de la División Este de la Liga Americana y con un puesto de comodín a la postemporada. Agosto ha sido un martirio para los discípulos de Alex Cora. El boricua parecía encaminado a devolver el brillo que perdió el equipo la pasada temporada, cuando su ausencia por causa de la sanción que recibió por el escándalo de robo de señas con los Houston Astros provocó que terminaran en el sótano de la división.
2. CON LA VUELTA de Cora, el equipo volvió a carburar, pero en julio las cosas se empezaron a torcer. Si bien el récord positivo de 13-12, les alcanzaba para mantenerse a la caza de los líderes Tampa Bay Rays (actualmente con 74-47), agosto ha sido un verdadero tormento. Su balance de 6-11 contrasta con el 14-4 de los Yankees. Llama la atención que su bateo colectivo en lo que va del mes en curso (.276) ha sido muy superior a los meses previos (abril .258, mayo .261, junio .259 y julio .246). También están mejor en OBP (.349), OPS (.457) y slugging (.807). La merma ha estado en la producción de carreras y el bateo de poder. Tras 17 juegos en el mes apenas han impulsado 81 carreras, esto significa un promedio de 4.76 anotaciones por juego; han pegado 22 jonrones (1.3 por partido) y 28 dobles (1.64 PJ). Hay que sumarle a la incapacidad de anotar carreras, un detalle de su cuerpo de pitcheo: permiten 4.99 carreras limpias por partido. Si concedes casi cinco anotaciones y produces cuatro y algo, es muy difícil ganar en este béisbol. Hay tiempo para reencauzar el rumbo, pero mientras tanto, mis amigos Yankees están de fiesta.
3. LA SENSACIÓN nipona Shohei Ohtani está justificando en 2021 cada centavo de su salario de tres millones de dólares con Los Angeles Angels y reafirmando que su decisión de firmar con una franquicia perdedora no fue una mala decisión. Ok, podrá ser el empleado peor pagado de la historia (ese es tema para otra Novena) y correr la misma suerte que su ilustre compañero Mike Trout, que solo ha jugado en una postemporada (2014) en 11 años, pero al menos tiene la oportunidad de demostrar que puede lanzar y batear con éxito al nivel más alto del béisbol. Quizás en otro equipo con mayores pretensiones le hubieran negado exhibirse como jugador de dos vías. A esta altura de la campaña son pocos los que dudan que el japonés ganará el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana. Su carta de presentación incluye cuarenta jonrones, 87 impulsadas, un OPS de 1.011, un 7.9 WAR y 18 bases robadas. Como lanzador tiene ocho victorias y una sola derrota, con una efectividad 2.79 y 120 ponches en 100 entradas de labor.