La falta de condiciones de Cooper Rush fue más que evidente en la derrota que sufrieron los Dallas Cowboys ante los Philadelphia Eagles con marcador de 26-17.
Rush sufrió tres intercepciones y en cada una, su falta de brazo y precisión marcaron el destino de sus envíos, y peor aún, incidieron de manera directa en el marcador. De hecho, la defensiva de los Cowboys evitó que el resultado fuera más escandaloso en la primera mitad, cuando terminaron 20-3 abajo en la pizarra después de que los Eagles iniciaron dos ataques muy adentro del territorio de Dallas tras los regalos del pasador.
La primera mitad fue patética para unos Cowboys que fallaron en la ejecución a la ofensiva, también en una jugada que no retó el coach Mike McCarthy en tercera oportunidad y por un castigo inoportuno de Dante Fouler. Todos esos factores se combinaron para dejar en una situación precaria a Dallas.
En los primeros dos cuartos, los Cowboys sólo produjeron 81 yardas totales y Rush no pudo completar un pase de más de cinco yardas. La segunda mitad fue mejor, gracias a que la defensiva presionó al quarterback de los Eagles, Jalen Hurts, y a que la ofensiva comenzó a correr más y de manera más eficiente, sin embargo, en la NFL es casi imposible pensar que se va a ganar con carreras demasiados simples por el centro y sin que el quarterback pueda conectar un pase de más de 15 yardas, como sucedió cuando Rush sufrió su tercera intercepción en un envío en el que su pase quedó corto de un CeeDee Lamb que estaba sin marca y que cayó en manos del defensivo profundo.
Así, Hurts venció a los Cowboys por vez primera como quarterback titular de los Eagles, que se van a su semana de descanso como el único equipo invicto en la liga.
Los Cowboys (4-2) recibirán a los Detroit Lions (1-4) el próximo domingo, con la esperanza de que Dak Prescott por fin regrese de su lesión del dedo pulgar derecho para tener una ofensiva más decente y/o de que su defensiva los mantenga en competencia.