<
>

¿Cómo los Jets afectarán el legado de Aaron Rodgers?

El veterano mariscal de campo no tiene claro su futuro, pero sus años en la NFL no deberían oscurecerse por una mala temporada


FLORHAM PARK, N.J. -- Aaron Rodgers, mariscal de campo de los New York Jets, cuidó de sus linieros ofensivos por Navidad, regalándoles a cada uno un traje personalizado, colonia y gafas de sol -- todo del diseñador Tom Ford -- además de un porta pasaportes Louis Vuitton y un altavoz portátil Bose. Cada jugador recibió también una botella de bourbon Devils River.

“Santa Rodgers es el mejor ‘santa’ del equipo”, festejó el centro Joe Tippmann.

Rodgers ha dado mucho a los Jets a lo largo de dos temporadas:

Exposición al siguiente nivel, comenzando con Hard Knocks en 2023; flexibilidad en el tope salarial, gracias a un recorte voluntario de 34 millones de dólares; la cirugía/recuperación de Aquiles más publicitada desde Kobe Bryant; constante drama fuera del campo (¿recuerdan los rumores sobre la vicepresidencia y el viaje injustificado a Egipto?); y no olvidemos la esperanza, aunque fugaz.

Lo único que no ha llegado es lo que más necesitan: victorias.

Aaron Rodgers, de 41 años, saldrá al campo el domingo contra los Miami Dolphins en lo que probablemente será su último partido con los Jets - quizás su última aparición como jugador de la NFL. El balance no es agradable: u récord como titular de los Jets es de 5-12, un porcentaje de victorias de .294, inferior al de su predecesor, el no probado Zach Wilson (12-21, .363).

La verdad simplificada: Los Jets han sido peores con Rodgers de lo que fueron antes de él, un pensamiento que era imposible el 26 de abril de 2023 - el día de su conferencia de prensa introductoria cuando se comprometió a añadir otro Lombardi al solitario trofeo del Super Bowl III en la vitrina del equipo.

“Obviamente, no creo que se hable bien de esta temporada”, admitió el esquinero D.J. Reed.

En la carrera de Rodgers -que incluye cuatro premios MVP y una victoria en el Super Bowl con los Green Bay Packers- su paso por los Jets marca la primera vez que no ha ayudado a un equipo a llegar a la postemporada al menos una vez durante su carrera, que se remonta a la preparatoria. ¿Y lo más interesante? Está a punto de terminar una de las mejores temporadas de estadísticas aéreas de la historia de la franquicia.

RODGERS SE SENTÓ EN su taburete, firmando autógrafos en un vestuario medio vacío. Los jugadores presentes tenían más o menos la mitad de su edad; para ellos, era su QB del videojuego Madden en carne y hueso. Con su rostro demacrado y su barba canosa, parecía viejo y fuera de lugar.

Era mediados de noviembre. La temporada era un desastre, y la pierna izquierda de Rodgers ladraba por culpa de lesiones en los isquiotibiales y la rodilla. Llevaba una chamarra con el cuello forrado de piel, parecía dispuesto a abandonar el edificio, pero se sentó sin interrupción y firmó varios objetos para regalar a los aficionados, entre ellos una matrícula de Wisconsin.

Un recuerdo de la gloria pasada.

“La gente recordará sus dos legados diferentes”, piensa el ex fullback de los Packers John Kuhn, quien jugó con Rodgers durante nueve años, incluyendo su campeonato del Super Bowl en la temporada 2010.

“Recordarán a Aaron Rodgers: increíble talento, increíble competidor, la figura a veces polarizante de la NFL. Y recordarán los no tan gratos años en New York, donde fue desperdiciado por una lesión y por una organización disfuncional”.

El lugar de Rodgers en la historia está asegurado. Junto con los MVP’s y su anillo de Super Bowl, tiene un MVP de Super Bowl, y por no mencionar que está entre los 10 primeros en casi todas las categorías de pase importantes. En resumen, está destinado a ser uno de los primeros en entrar en el Salón de la Fama del Fútbol Profesional.

Dos temporadas nefastas en New York no deberían disminuir su legado. Por otra parte, hay imágenes difíciles de borrar de la memoria. Joe Namath era -y es- sinónimo de los Jets, pero a los veteranos y a los puristas todavía les cuesta digerir el vídeo de un Namath destrozado con el uniforme de Los Angeles Rams en su última temporada, 1977.

“Fue una transición muy difícil”, señaló Namath una vez, lamentando el cambio.

¿Estará Rodgers manchado por el fracaso de los Jets?

“Para mí, es un moretón”, dijo un ex gerente general de la NFC durante mucho tiempo. “Con el tiempo, desaparecerá. Son los Jets. [Brett] Favre estuvo allí. ¿Eso dañó su legado?”.

Ryan Fitzpatrick, ex mariscal de campo de los Jets, añadió: “Su legado no se verá afectado en absoluto por su paso por los Jets. Es uno de los mejores quarterbacks de nuestra generación”.

A pesar de sus problemas, Rodgers tiene la reputación de ser uno de los mejores pasadores puros de la historia y los números lo respaldan. Su ratio touchdown-intercepción es el mejor de la historia: más de cuatro pases de touchdown por cada intercepción (499 a 115). Con 62,678 yardas, sólo necesita 115 para superar a Matt Ryan en el séptimo puesto de la lista.

“Dios mío, lo ha hecho todo, lo ha ganado todo”, subrayó el ex quarterback de los Jets Boomer Esiason. “Sus estadísticas son llamativas, por no decir otra cosa. Esos dos años en New York -si es que son dos años- serán un capítulo desafortunado en su carrera debido a la lesión. Es una pena que no pudiera hacer lo que [Peyton] Manning y [Tom] Brady hicieron, y eso es ir a otro sitio y ganar un Super Bowl”.

Ah, sí, la lesión - fácilmente uno de los momentos más bajos en los 65 años de historia de la franquicia de los Jets-. Rodgers se rompió el tendón de Aquiles izquierdo en el cuarto snap de la temporada 2023. A Rodgers le gusta hablar de cómo el universo le susurra. En este caso, le gritaba. Nunca volvió a ser el mismo después del 11 de septiembre de 2023.

Según todos los indicios, se recuperó rápida y completamente, pero la lesión comprometió su movilidad. En lugar de deslizarse fuera del bolsillo para realizar lanzamientos fuera de tiempo -lo que una vez fue el sello distintivo de su juego-, a menudo se ha visto atrapado, como Houdini sin una vía de escape. El problema se agravó con una importante lesión en los isquiotibiales en octubre, que llevó a algunos compañeros de equipo a preguntarse si estaba en condiciones de jugar. Rodgers siguió adelante, negándose a sucumbir de nuevo a las lesiones.

“Ver a ese tipo ahí fuera, arrastrando la pierna y empujando hacia adelante, me dio esperanza”, dijo el tackle ofensivo Morgan Moses. “No puedes cuestionar su amor por el juego”.

Puede que estuvieran inspirados, pero los Jets no han jugado así. A medida que se acumulaban las derrotas, los murmullos sobre Rodgers se hacían más fuertes. Incluso con una racha de finales de temporada, ocupa el puesto 25 de 33 mariscales de campo calificados en QBR total (48.3), una continuación del juego peatonal en su última temporada en Green Bay (2022).

La operación del tendón de Aquiles, y los meses de rehabilitación que siguieron, le pasaron factura física y mentalmente, dijo.

“Realmente, desde el 11 de septiembre del año pasado, parece que he estado en rehabilitación”, reflexionó, admitiendo que está decepcionado por su rendimiento.

Su audaz afirmación antes de la campaña, de que perdería su trabajo si no jugaba a su nivel, se convirtió en una profecía autocumplida. Los despidos durante la temporada del entrenador Robert Saleh y del director general Joe Douglas pusieron todo patas arriba, y los Jets nunca se recuperaron.

Aaron Rodgers se lo tomó muy mal. Había presionado para que volvieran al final de la temporada pasada, y ahora los cimientos -sus cimientos- estaban siendo desmantelados por el impaciente propietario Woody Johnson. El coordinador ofensivo Nathaniel Hackett, amigo íntimo del quarterback, fue degradado a pesar de los esfuerzos de Rodgers para que le perdonaran la vida. Como resultado, la influencia de Rodgers dentro de la organización se había desvanecido.

“No tiene una olla donde mear”, dijo una fuente cercana a la situación.

DESDE EL ENTRENAMIENTO hasta el período de luna de miel, los Jets atendieron a Rodgers, contratando a su entrenador favorito (Hackett), fichando a dos de sus receptores de Green Bay (Allen Lazard y Randall Cobb) y dejándole instalar su ofensiva. La idea era que se sintiera cómodo en medio de su transición al final de su carrera, con la esperanza de poner fin a la sequía de playoffs más larga de los principales deportes estadounidenses, que dura ya 14 años.

“Cuando llegó, todo el mundo le miraba como si fuera el dios que iba a arreglarlo todo”, dijo Esiason.

Pero como cuadragenario, y saliendo de una lesión importante, sus superpoderes no han estado a su plena disposición. Rodgers los tiene durante un cuarto, quizá medio, pero no un partido completo. Ha habido algunos partidos, incluida la derrota por dos intercepciones del pasado domingo contra los Buffalo Bills, en los que parecía superado.

Abajo 33-0 en el último cuarto, a punto de caer a 4-12, Rodgers pidió salir del juego, sugiriendo al entrenador interino Jeff Ulbrich que insertara a Tyrod Taylor. Rodgers pasó casi todo el cuarto-cuarto en el banquillo, a menudo sentado solo. Parecía Namath en Los Angeles.

Los Jets imaginaron a Rodgers como el galvanizador, un quarterback cerebral que podía usar su cerebro futbolístico para ganar la partida de ajedrez semanal, camuflar las debilidades y extraer lo mejor de los jugadores jóvenes.

Lo que no anticiparon fue el bajo rendimiento de la defensa, que ha desperdiciado ventajas en el último cuarto en seis derrotas, y la inconsistencia de principios de temporada del pateador Greg Zuerlein, cuyos fallos fueron determinantes en tres derrotas.

Por supuesto, Rodgers tiene la mayor parte de la culpa debido a su personalidad de pararrayos. Ha fallado en los momentos decisivos, quedándose en blanco en cuatro lanzamientos que podrían haber ganado el partido en la última posesión, pero ¿es él el culpable de las 131 penalizaciones aceptadas, mayor marca de la liga? ¿De la defectuosa gestión del juego?

Su liderazgo siempre es atacado por los espectadores. Ninguno de sus compañeros, tal vez por miedo a salir del círculo de confianza de Rodgers, ha dicho nada negativo sobre él. Si preguntamos en el vestuario, sólo obtendremos comentarios positivos.

“Siento que es un tipo definitivamente incomprendido”, estimó Reed, añadiendo que es un privilegio jugar con alguien de la talla de Rodgers.

“La gente tiene sus altibajos y cosas que decir sobre él”, dijo Moses, “pero de lo único que puedo hablar es de cómo lo veo todos los días en este lugar de trabajo: lidiando con lesiones, lidiando con la incertidumbre de los cambios de entrenador y simplemente siendo un elemento básico en el vestuario”.

En privado, algunos compañeros de equipo dijeron que han notado su lenguaje corporal cuando alguien hace una mala jugada o pierde una asignación. Ocurrió el domingo, cuando Rodgers levantó los brazos tras un pase incompleto al ala cerrada Kenny Yeboah, un balón lanzado a sus pies. Como dijo un jugador, “Es como, ‘Vamos, hombre, estamos todos juntos en esto’”.

La relación de Rodgers con el receptor Garrett Wilson también ha sido objeto de escrutinio. Eso comenzó en el campo de entrenamiento, con discusiones en el campo. Intentaron descartarlas como momentos acalorados entre dos competidores, pero Wilson ha echado humo en las últimas semanas cuando Rodgers ha confiado en su viejo amigo Davante Adams como su WR1. Wilson afirmó que “no hay nada de cierto” en las especulaciones sobre un distanciamiento entre ellos.

Las críticas de Rodgers a su ex compañero Mike Williams tampoco sentaron bien a algunos. Después de la derrota de la Semana 6 ante los Bills, Rodgers criticó a Williams en una conferencia de prensa posterior al partido por correr la ruta equivocada en una intercepción crítica al final del partido, la infame debacle de la “línea roja”. Rodgers, en gran detalle, explicó cómo Williams, una adquisición de la temporada baja, se suponía que debía correr una ruta vertical (marcada en los campos de práctica con una línea roja). Esa jugada puso fin a la breve estancia de Williams en los Jets.

Davamte Adams fue adquirido al día siguiente en un intercambio; Williams fue enviado a los Pittsburgh Steelers tres semanas después.

“La saga de la línea roja de Mike Williams fue una dura mirada a su liderazgo”, señaló Fitzpatrick a ESPN. “Él asumirá la culpa en las conferencias de prensa, pero muchas veces, para mí, se siente vacío debido al lenguaje corporal en el campo y los gestos de ojos durante el juego”.

“Su arrogancia funciona para los compañeros cuando están ganando y puede ser contagiosa, y positiva, para el equipo. Pero es odiado por muchos que no le conocen, porque parece engreído”.

Fitzpatrick, que se retiró tras la temporada 2021, jugó contra Rodgers y le ha estudiado de cerca como analista de Prime Video, lo que le ha permitido llegar a esta conclusión:

“Estoy seguro de que a la mayoría de sus compañeros de equipo realmente les gusta estar cerca de él y gravitan hacia su energía”, dijo Fitzpatrick. “Sé a ciencia cierta que trata a la gente de forma correcta, lo cual es estupendo de oír, pero se ha convertido en una figura tan polarizadora, porque o estás con él o no lo estás”.

“Si no estás [con él], entonces eres estúpido [a los ojos de Rodgers] - una postura extraña e infantil que tengo que imaginar que aleja a mucha gente una vez que dejas de tener interacciones diarias con él”.


A PESAR DE UN JUEGO INCONSISTENTE, Rodgers terminará entre los líderes de la franquicia para una sola temporada en QBR total (48.3, quinto), yardas de pase (3,623, sexto) y pases de touchdown (24, noveno). Con un partido sólido el domingo, terminará entre los cinco primeros en las tres categorías. Con un partido para la eternidad, podría desafiar el sagrado récord de Namath de 4,007 yardas en 1967 y convertirse en el segundo quarterback en la historia de los Jets en eclipsar las 4,000 yardas. Rodgers necesita 385 yardas para batir el récord de Namath.

El descargo de responsabilidad: La historia de los Jets no es brillante. De hecho, ningún quarterback, ni siquiera el legendario Namath, ha recibido un solo voto para el MVP de la NFL.

“Gran parte de su temporada ha estado plagada de lesiones”, dijo Adams sobre Rodgers. “No quiero decir 'plagada', pero ha sido algo por lo que ha luchado. Obviamente, no ha podido ofrecer su mejor versión”.

“Ha sido uno de los mejores quarterbacks que han jugado a este deporte y, pase lo que pase a partir de ahora, eso no se le puede quitar. Tener 40 años y jugar al nivel que se espera de él no es fácil. Pero ha hecho un gran trabajo estadísticamente, intentando recuperarse”.

Más sano que a mitad de temporada, Rodgers ha producido la séptima mayor cantidad de yardas de pase en las últimas cuatro semanas (996), alimentando los rumores de un regreso en 2025. El nuevo director general y el nuevo entrenador tendrán mucho que decir al respecto, al igual que Rodgers, que ha dicho que no está decidido sobre si jugar o no. Su tenue relación con Johnson probablemente no ayudará.

La sensación en la organización es que Johnson está listo para seguir adelante, según personas familiarizadas con el pensamiento del propietario. Una persona dijo que estaría “sorprendido” si Johnson firma el regreso de Rodgers.

Aaron Rodgers ha hablado abiertamente sobre la posibilidad de ser liberado, casi sonando como si estuviera desafiando al equipo a hacerlo. Recientemente se burló de Johnson, diciendo que el hijo adolescente del propietario estaba involucrado en la operación de fútbol. Eso probablemente no sentó bien en la gran oficina.

El plan, dijo Rodgers, es tomarse un tiempo en la temporada baja antes de tomar una decisión sobre si se retira. Está claro que quiere controlar su propio destino.

“Tanto si quiere jugar otro año como si no, es un miembro del Salón de la Fama y un MVP, y eso no se lo puedes quitar”, reiteró Moses. “Una cosa sobre los libros de récords y estadísticas y cosas así: Puedes intentar quitarle a un tipo sus récords, pero no puedes quitarle el hardware. Y él tiene muchos”.

Aaron Rodgers calificó estos como “los dos mejores años de mi vida”, en un sentido espiritual: nuevas amistades y una nueva apreciación del juego. Le gustaría que hubiera más victorias. Igual que la afición. El universo, a menudo cruel con los Jets, no ha cambiado.