La defensiva de los New England Patriots terminó la campaña de la misma forma en que la inició: sin poder poner freno a nada.
Al final, la unidad dirigida por Matt Patricia debe ser señalada como la principal responsable de la derrota de los Patriots en el Super Bowl LII a manos de Nick Foles y los Philadelphia Eagles.
Tom Brady tuvo el que, quizá, sea el juego más productivo de su carrera de 18 años en la NFL tras completar 28 de 48 pases para 505 yardas y tres touchdowns –sin intercepción—y aún así, se fue de Minneapolis con las manos vacías.
La actuación de Brady, además de exculparlo absolutamente de la derrota, sólo hace más notable que el talón de Aquiles de los Patriots fue su defensiva, la cual permitió 538 yardas totales, 164 por la vía terrestre y 374 por la aérea.
Además, permitió que los Eagles tuvieran éxito en el 62.5 por ciento (10 de 16) de sus conversiones de tercera oportunidad e hicieran buenas las dos que enfrentaron en cuarta, incluida la acción en la que Foles atrapó el pase de touchdown a envío de Trey Burton.
Philadelphia promedió 7.6 yardas por jugada a la ofensiva y 6.1 por acarreo, cifras que le abrieron un abanico de posibilidades a Foles en terceras oportunidades.
En resumen, la defensiva de los Patriots simplemente fue incapaz de frenar al ataque de los Eagles en momentos clave, al menos una vez, para darle a su ofensiva la oportunidad de hacer algo más en los minutos finales.
Si bien la defensiva de los Eagles, que fue una de las mejores en 2017, tampoco fue impenetrable en el Super Bowl LII, logró hacerse presente en un momento crítico con el balón suelto provocado por Brandon Graham y que le permitió a Foles y compañía preparar el gol de campo que obligó a Brady a ir por el touchdown en los segundos finales.
Si bien la defensiva de los Patriots mejoró en relación a su pobre actuación en la primera semana de la temporada regular ante los Kansas City Chiefs, bien puede afirmarse que, tras lo visto en ese encuentro y los siguientes tres, cualquier mejoría sería muy notable.
Los Chiefs le anotaron 41 puntos a los Patriots, en Foxborough, en un duelo en el que sumaron 537 yardas totales, 185 de ellas por tierra, y en el que promediaron 8.3 yardas por jugada y le permitieron a Alex Smith, un quarterback que no es reconocido por su productividad, lanzar para 368 yardas y cuatro touchdowns.
En promedio, los Patriots permitieron 32 puntos por juego en los primeros cuatro encuentros de la campaña, tuvieron marca de 2-2 en ese lapso y tres de esos juegos fueron en el Gillette Stadium.
Ante los Eagles, la tónica fue prácticamente la misma para New England al permitir más de 500 yardas totales y que Foles, quien se hizo de la titularidad por la lesión de Carson Wentz, lanzara para 373 yardas y tres anotaciones, además de completar el 65.1 por ciento de sus envíos (28 de 43).
Los Patriots también fallaron en la eficiencia defensiva en zona roja, uno de los aspectos en los que fueron más exitosos en la segunda mitad del calendario regular y Playoffs, al permitir que los Eagles se llevaran puntos, incluidos dos touchdowns, en cuatro incursiones.
En septiembre, la defensiva comenzó a cavar una tumba a la que los Patriots no pudieron evitar caer en el momento menos oportuno.