MIAMI -- Los reyes cardíacos golpearon de nuevo. Los Kansas City Chiefs se coronaron campeones de la NFL por primera vez en 50 años.
Por tercera vez en esta Postemporada, los Chiefs revirtieron un déficit de doble dígito. Daba la sensación de que Kansas City no estaba en su día. Patrick Mahomes estaba incómodo y había sufrido dos intercepciones.
“(Los 49ers) tienen una defensiva increíble y nos complicaron la vida”, admitió Mahomes. “Simplemente estoy contento de que pudimos encontrar la brújula al final. Tenemos corazón y perseverancia”.
Sin embargo, por esa misma razón es que decimos que Mahomes es un talento generacional. Con él, Kansas City nunca está fuera de un partido, dado que puede capitalizar en un abrir y cerrar de ojos y eso fue exactamente lo que hizo cuando su equipo se encontró abajo 20-10 al inicio del último cuarto, primero con un touchdown a Travis Kelce y luego con otro a Damien Williams, ambos en series de 5:06 minutos combinados.
Los Chiefs no fueron el equipo más consistente durante la temporada, pero, para vencerlos, hay que ejecutar durante los 60 minutos y los 49ers no pudieron hacerlo.
Una vez más, con el partido bajo control, tal como sucedió cuando era el coordinador ofensivo de los Atlanta Falcons, Kyle Shanahan abandonó el ataque terrestre demasiado pronto y su equipo lo pagó caro.
Y qué decir de Andy Reid, quien finalmente logró ese tan esquivo primer Super Bowl.
“Todo comenzó en México”, opinó Reid minutos después del triunfo en el Super Bowl LIV. “Es allí donde este equipo empezó a engranar”.
Reid ha sido uno de los mejores entrenadores en jefe, de los más creativos a la hora de llamar jugadas y los resultadistas se negaban a darle crédito. Es un gran profesor, algo comprobado por el éxito que ha tenido su árbol genealógico de entrenadores.
La diferencia fue que esta vez tenía al quarterback que tanto tiempo buscó . Con todo respeto para Donovan McNabb y Alex Smith, dos excelentes pasadores, el talento de Mahomes es sencillamente distinto.
Mahomes pronto firmará un contrato de más de $40 millones por temporada y más que merecido lo tiene, porque a esas habilidades naturales las complementa con el carácter que mostró a lo largo de todos estos Playoffs.
El año pasado, los Chiefs se quedaron muy cerca de la gloria. La defensiva fue su talón de Aquiles, pero vaya si esa unidad apareció en grande cuando más importaba.
Después de maniatar a Derrick Henry y a los Tennessee Titans en el Juego de Campeonato de la AFC, hicieron lo propio con el temible ataque terrestre de los 49ers, al limitarlo a 141 yardas. Lo único que lastimó a la defensiva de los Chiefs fueron las reversibles.
La salud de Chris Jones fue vital para este éxito renovado y la apuesta por Frank Clark demostró pagar dividendos, cuando muchos alegaban que le habían pagado de más.
Breshaud Breeland y Kendall Fuller sumaron intercepciones. Esencialmente, Kansas City retó a Jimmy Garoppollo y éste no pudo.
“Nunca perdimos la fe”, declaró Reid. “Creímos en cada uno de nosotros y este es el premio”.
Mucho más fácil hacerlo cuando tienes una ofensiva de ese alto voltaje. Crédito para Damien Williams, quien, a mi juicio, merecía ser el MVP tras un enorme partido, pero el premio terminó en manos de Mahomes, quien se convirtió en el primero en la historia en ser campeón y ganarlo antes de los 25 años de edad.
Justicia aparte, es lo que necesitaba la NFL.
Es el cierre del círculo en un paso del testamento que ya es realidad, dado que la nueva generación ya está aquí.
Mahomes es la nueva cara de la NFL y la liga está en buenas manos.