"Pol Fernández juega siempre bien. Es lo más parecido que vi a (Pepe) Basualdo en todo este tiempo. Son jugadores únicos, que pareciera que tienen un escarbadiente debajo de la pera y van mirando todo lo que va pasando. Sabe todo lo que pasa en un partido de fútbol".
El tremendo elogio no lo dijo cualquiera. Se escuchó en febrero de 2022 en ESPN Equipo F y salió de la boca de Juan Román Riquelme, actual vicepresidente de Boca Juniors, máximo ídolo del club y uno que entiende de fútbol como pocos.
No fue ni el primero ni el último halago. Román y Pol siempre se tiraron flores públicamente. Aunque claro, a los pocos meses también hubo un llamado de atención: "Pol no está jugando ni la mitad de lo que puede jugar".
Hoy por hoy, uno de los dueños de la cinta del plantel dirigido por Jorge Almirón se prepara para el partido más importante de su vida: la final de la CONMEBOL Libertadores 2023 frente a Fluminense, el sábado 4 de noviembre en el Maracaná, con transmisión de Star+ (sólo para Sudamérica).
Una fija camino a La Gloria Eterna
El mediocampista de 32 años dijo presente en los 12 partidos disputados hasta el momento por el Xeneize en el torneo de clubes más importante del continente. Aunque las estadísticas indican que no sumó goles ni asistencias en sus 1063 minutos (2° detrás de Chiquito Romero), su nombre quedó marcado por el penal que aseguró el pasaje a la final, en la visita a Palmeiras.
“Cuando acomodé la pelota eran silbidos de todos lados. Cuando entró solamente escuché a la gente de Boca. Se me ocurrió festejar así, fue como abrazarlos a los hinchas y estar conectados”, describió en diálogo con El Canal de Boca. Una celebración que quedará guardada para siempre si se consigue la Séptima.
Más allá de los títulos que consiguió en 2022, el arranque de este año no fue el ideal. Por su condición de capitán, fue destinatario de reprobaciones en el contexto de los malos resultados que derivaron en la salida de Hugo Ibarra. Hace pocos días, confesó que sufrió problemas personales que lo afectaron en el rendimiento. Cuestiones que suelen ser invisibles y que explican los diversos momentos que atraviesan los futbolistas, tan vulnerables como cualquier otro trabajador aunque se crea lo contrario.
De menos a más
Los inicios del nacido en Granadero Baigorria coincidieron con los últimos tiempos del histórico 10 en el Xeneize antes de partir a Argentinos.
A Guillermo Matías (no muchos deben saber que se llama así...) le costó asentarse y por eso encontró mayor continuidad en los préstamos en Rosario Central y Atlético Rafaela. Su explosión futbolística llegó finalmente en Godoy Cruz y en Racing, que le compró el pase, dio la vuelta olímpica en la Superliga 2018/19, bajo las órdenes de Chacho Coudet. A partir de allí, se transformó en un coleccionista de estrellas.
Pasó seis meses sin demasiado rodaje en Cruz Azul, donde levantó la Supercopa MX, y gracias al llamado de Riquelme, tuvo la posibilidad de volver cedido al club que lo vio nacer, para sacarse “la espinita” de lograr más cosas, más allá de la lejana Copa Argentina 2011/12. Se transformó en la primera incorporación de la gestión Ameal-Pergolini y la apuesta de Román rindió frutos: Pol aportó para la obtención de la Superliga 2019-20 y la Copa Maradona 2020 con el equipo de Miguel Ángel Russo. Cuando todo parecía que a fin de año se iba a hacer uso de la opción de compra, el Xeneize informó a través de un comunicado que el jugador decidió no continuar y el futbolista dejó de ser tenido en cuenta en los últimos partidos.
Aunque River Plate, San Lorenzo y Racing mostraron interés en contratarlo, regresó a Cruz Azul, donde ayudó a romper la sequía de 23 años sin títulos. Otra deuda saldada.
En 2022 llegó un nuevo llamado de Riquelme para regresar a Boca, que esta vez le compró el pase. La polémica quedó atrás. Y otra vez llegó para gritar campeón en la Copa de la Liga y en el Torneo de la Liga. “Hicimos una incorporación muy importante y muy necesaria como la de Pol Fernández. Vino un año y ganó el bicampeonato. Se fue a México, volvió en 2022 y volvió a ganar el bicampeonato. No tengo más que sacarme el sombrero ante ese jugador. Es una estrella. Es el jugador más inteligente del fútbol argentino. Y sin dudas, está entre los dos o tres mejores del país", dijo el responsable del Consejo de Fútbol en El Canal de Boca.
Un cambio de paradigma
La elección de Almirón de colocar a Pol como mediocampista central fue en contramano del prototipo de volante raspador y aguerrido con el que suele identificarse el hincha de Boca. De más está decir que su estilo está a años luz de lo que en su momento popularizaron Antonio Rattín, Blas Armando Giunta o Mauricio Serna, por citar algunos casos. Además, la decisión de nombrarlo capitán, con el bajo perfil que suele tener, le generó cuestionamientos en su momento.
La personalidad para hacerse cargo del penal decisivo en la revancha de semis, con el recuerdo fresco del que desvió frente a Nacional, pudo haber cambiado el concepto hacia su persona. Aunque no llame la atención con sus declaraciones frente a los micrófonos, es un hombre de la casa que decidió volver en un par de ocasiones y que forma parte de un equipo que puede quedar en la historia.
El Mundo Boca está expectante. La mejor forma de hablar de Pol Fernández es dentro de la cancha, con la pelota en los pies. Así lo entiende Riquelme, que algo sabe de eso.