Lionel Messi fue abucheado por los seguidores de Paris Saint-Germain el domingo. Un día antes, Cristiano Ronaldo marcó un triplete para Manchester United y conversó con el icono de la NFL Tom Brady en un encuentro de grandes figuras después del partido en Old Trafford, convenientemente a la vista de las cámaras, en el campo de juego, para que todo el mundo pudiera verlo.
Estos dos momentos no podrían haber sido más contrastantes para dos jugadores que han dominado el fútbol mundial durante casi 15 años. Pero las apariencias engañan, y la virtuosa actuación de Cristiano ante Brady enmascara la realidad de su paso por Old Trafford desde que regresó al club, 12 años después de marcharse a Real Madrid, procedente de la Juventus el pasado mes de agosto.
Antes de su triplete contra Tottenham, el 59º de su extraordinaria carrera, Ronaldo sólo había marcado un gol en 2022. Un gol en 10 apariciones, para ser precisos, y había sido relegado al banco por el entrenador interino Ralf Rangnick para un partido en Burnley durante dicho lapso. Su ausencia del equipo en la derrota por 4-1 ante Manchester City el 6 de marzo, atribuida oficialmente a una lesión de cadera, hizo que el jugador regresara a Portugal acompañado por titulares que sugerían que estaba descontento en United y dispuesto a marcharse durante el verano.
Las dudas sobre la presencia de Ronaldo en el equipo de United han crecido durante las últimas semanas: ¿es capaz de jugar como centro delantero? ¿Ya se le está notando la edad (37 años)? ¿United ha sacrificado tontamente la ética del equipo para acomodarse a él? Todas éstas son cuestiones que se siguen planteando cada vez que Cristiano no hace lo que hizo el sábado, cuando jugó como un hombre 10 años más joven.
La historia de Messi en PSG es similar. El argentino, tres años más joven que Ronaldo, fue fichado por el líder de la Ligue 1 para convertirse en la última pieza del rompecabezas del equipo en la Champions League. La idea, que tiene sentido desde el punto de vista del fútbol de fantasía, era que una delantera formada por Messi, Neymar y Kylian Mbappé resultaría imparable en la máxima competición europea. Sin embargo, la realidad siempre supera a la fantasía y Messi fue abucheado durante la victoria del domingo contra Burdeos (Neymar también fue blanco de los abucheos), porque PSG se despidió de la Liga de Campeones en los octavos de final tras desperdiciar una ventaja global de 2-0 contra Real Madrid en la última media hora del partido de vuelta.
Messi, un jugador que alguna vez dominó la competencia y la ganó cuatro veces, contribuyó con nada más que un penal fallido en el partido de ida. Anotó cinco goles en siete partidos de la Champions League, incluyendo dos contra RB Leipzig que aseguraron un triunfo 3-2, mientras que un sorprendente gol contra Manchester City el pasado septiembre dio lugar a una victoria por 2-0 en París. Pero PSG fichó a Messi para que entregue mejores resultados que esos, o que los dos goles que aportó en 18 juegos de liga hasta ahora. Él fue fichado para ganar la Champions League, pero PSG ya quedó afuera y Messi no ha sido capaz de hacer la diferencia.
De todas maneras, PSG debería estar de regreso para hacer otro intento en la Champions League la próxima temporada. Una ventaja de 15 puntos en la cima de la Ligue 1 asegura que ganarán el título francés y le dará a Messi algo para celebrar. También le dará algo de ventaja por encima de Cristiano, quien terminará la temporada con las manos vacías a menos que pueda inspirar a United para conseguir un muy poco probable triunfo en la Champions League en París en mayo. (Recibirán a Atlético Madrid el martes con un empate 1-1 tras el partido de ida).
Aunque la reincorporación de Cristiano Ronaldo fue un viaje nostálgico con un gran impulso comercial para United, fue fichado principalmente para hacer que el equipo de Ole Gunnar Solskjaer pase a ser un serio competidor de cara al título de la Premier League. De todas maneras, Solskjaer fue despedido en noviembre y United no tiene esperanzas en la carrera hacia el título, ellos incluso tendrán dificultades para terminar dentro del top 4, con Arsenal un punto adelante y disfrutando del lujo de tres partidos bajo control.
Cristiano se sumó al equipo con el objetivo de terminar su carrera en United con un trofeo, pero su primera temporada quedará desdibujada en nada más que una carrera para evitar jugar en la Europa Conference League la próxima temporada. Sus 18 goles en 32 partidos quizá no cuenten para nada.
Está bien, hubo momentos brillantes para Messi y Cristiano. El gol de Messi contra City probablemente haya sido lo mejor del astro de PSG, mientras que Cristiano tiene su hat trick con los Spurs y unos cuantos goles ganadores de partidos en la Premier League y en la Champions League. ¿Pero algo de todo eso ha sido realmente valioso para United o PSG? ¿Messi o Cristiano realmente han hecho que sus equipos mejoren? Ninguno ha ayudado para que sus respectivos clubes alcancen sus objetivos y, por momentos, ambos han sido una distracción del necesario pero demandante trabajo de construcción del equipo.
No ha sido precisamente como Last Dance, la serie de ESPN+ acerca de Michael Jordan y su última temporada con los Chicago Bulls, para ninguno de los dos. El tiempo de Messi en París ha sido un cuento de pasos en falso e insatisfacción, mientras que Cristiano ha sido como un artista solitario que extraña a su compañero de baile.
Y lo cierto es que puede que las cosas no mejoren. Con un año más y con más presión para lograr los resultados esperados, nadie puede decir que todo mejorará para ellos la próxima temporada.