Con un fútbol dominante y una gran actuación de Pedri y Oyarzabal, la selección de Luis de la Fuente mantuvo el liderato del grupo
La selección española prolongó su paso firme en la fase de clasificación con una plácida victoria ante Georgia en Elche, que la consolida como líder del grupo y la acerca de forma casi definitiva al próximo Mundial.
El conjunto dirigido por Luis de la Fuente, pese a las ausencias de varios de sus hombres más destacados, mantuvo su estilo reconocible: toque, paciencia y verticalidad. Desde los primeros minutos, España impuso su ritmo, moviendo el balón con criterio bajo la dirección de Pedri y Zubimendi. Solo los postes y la actuación sobresaliente de Giorgi Mamardashvili, portero del Liverpool, evitaron un marcador más amplio.
La primera polémica llegó al minuto seis, cuando Kochorashvili derribó a Ferran Torres dentro del área, pero el árbitro, tras revisar con el VAR, decidió no señalar penalti. España no perdió la calma. Oyarzabal tuvo una clara ocasión que se marchó por encima del travesaño antes de que Yeremy Pino abriera el marcador, aprovechando una genial asistencia de Pedri y un toque final de Le Normand.
Tres minutos después, una nueva acción mágica de Pedri dejó a Ferran solo ante el portero georgiano, que detuvo el penalti cometido sobre el propio delantero. Lejos de frustrarse, el equipo español siguió atacando con insistencia, liderado por un Pedro Porro muy activo en la banda derecha.
Georgia, replegada y sin espacios, apenas logró conectar con sus figuras Kvaratskhelia y Mikautadze, completamente desconectados. Las ocasiones siguieron cayendo del lado español, con Merino, Oyarzabal y Porro probando a Mamardashvili, quien respondió con seguridad una y otra vez.
El segundo gol se hizo esperar, pero llegó con justicia. Oyarzabal, incansable, ejecutó un brillante tiro libre desde la frontal que venció al guardameta georgiano para el 2-0 definitivo. Con el partido controlado, De la Fuente aprovechó para rotar, dando minutos a Borja Iglesias, Llorente y Barrios.
España levantó el pie del acelerador en los últimos compases, consciente de su superioridad. Aun así, Ferran tuvo una última oportunidad que volvió a frustrar el portero rival.
Fue una noche de dominio absoluto, juego coral y paciencia, con una España que dejó clara su jerarquía y que ya acaricia el billete al próximo Mundial.
