Pese a atravesar prácticamente siete meses sin coronaciones, la tenista bielorrusa Aryna Sabalenka (1ª) protagonizó una segunda parte de temporada soñada, gritando campeón en US Open, Cincinnati y Wuhan para finalizar el calendario por primera ocasión en la cima del ranking WTA.
Cabeza visible de un equipo unido y carismático, tal como lo muestra continuamente a través de redes sociales, la nacida en Minsk encontró un conductor ideal en su compatriota Anton Dubrov, quien tomó las riendas en 2020, en reemplazo del ruso Dimitry Tursunov y del alemán Dieter Kindlmann, para estrenarse absolutamente en el Top 10, levantar 12 de sus 17 trofeos en el circuito y convertirse en la principal rival de la polaca Iga Swiatek (2ª).
"Ella siempre lo intenta demasiado duro, nunca verás que no lo haga. No importa cómo esté jugando, ya sea increíblemente bien o no tanto, igualmente peleará", expresó el ex número 1.935 del mundo, el cual solo participó en torneos ITF entre 2013 y 2015, en declaraciones al medio Arab News.
Siguiendo por la misma línea, el graduado en Cultura Física, que en abril de 2019 se había sumado como compañero de peloteo, reveló: "Cuando ella tenía 16 podía ver los mayores avances por su actitud. Si alguien le dice que debe hacer algo y acepta, aunque se trate de una nueva técnica, ella lo hará el siguiente día, no solo en práctica sino también durante los puntos en los partidos. La mayoría de los jugadores recurren a los viejos hábitos más seguido. Creo que ese es su talento".
Por otro lado, el ex asistente del combinado nacional femenino juvenil manifestó: "Honestamente no creo que pueda mantener el número 1 del mundo, pero pienso que ha madurado para entender qué necesita para sostener este nivel. Lo único que puede hacer es su próximo partido. Al ser número 1 todos querrán enfrentarla al no tener nada que perder, mientras que ella, con todo el estrés, deberá seguir siendo consistente o más todo el tiempo".
“Creo que debe encontrar el modo de adaptarse a todas las situaciones. Ahora lo está haciendo mucho mejor. Eso pasó en China, donde en el final de la temporada, ya cansada, aceptó que no estaba jugando su mejor tenis y aún así halló una solución", extendió el europeo, de 29 años.
Por último, Dubrov se refirió a la clave para trasladar la supremacía de su pupila en canchas duras hacia otras superficies: “Creo que manejar la preparación es el mayor desafío para nosotros como equipo. Hay muy poco tiempo entre Roland Garros y Wimbledon, siendo diferentes superficies. Así que pienso que se debe más a aprender a lidiar con el calendario, la preparación y su adaptación a las diferentes cosas".